Apneas en niños
El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) es un conjunto de problemas respiratorios bastante frecuente. Según los estudios de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), 1 de cada 10 niños de entre 2 y 8 años presenta apnea del sueño, un trastorno que, aunque no es grave, sí puede llegar a ser peligroso si no se corrige.
Indice
- ¿Qué es el SAOS?
- Síntomas del Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño
- ¿Por qué aparecen las apneas?
- Diagnóstico y tratamiento de las apneas infantiles
¿Qué es el SAOS?
El síndrome de Apena-hipopnea durante el sueño es un trastorno del sueño que se debe a un estrechamiento o bloqueo de las vías aérea del aparari respiratorio superiores durante el sueño.
El SAOS consiste en interrupciones frecuentes y cortas de la respiración mientras se está durmiendo. Generalmente duran unos 10-15 segundos, aunque pueden llegar a durar hasta 90 segundos.
Este síndrome es bastante habitual en niños de entre 2 y 8 años y condiciona su descanso y aprendizaje, por lo que es muy importante conocer los síntomas para hacer un diagnóstico precoz y, así, evitar efectos secundarios más serios.
Síntomas del Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño
- El primer síntoma que alerta de este trastorno son los ronquidos, no obstante, menos de la mitad de los niños que roncan por la noche sufren SAOS.
- Pausas en la respiración o apneas.
- Sueño agitado. Puede incluso sufrir pesadillas, terrores nocturnos o episodios de sonambulismo.
- Sudoración nocturna excesiva.
- Intranquilidad al dormir.
- Dificultades respiratorias. Es frecuente que los niños que padecen este trastorno respiren por la boca de día.
- Irritabilidad.
- Déficit de atención e hiperactividad.
- Problemas de aprendizaje y mal rendimiento escolar.
- Cansancio.
- Cefaleas.
- Sed intensa al levantarse.
- Nicturia (aumento de la eliminación de orina por la noche).
- Terrores nocturnos.
- Mojar la cama o enuresis.
- Poco aumento de peso.
Además de los síntomas antes descritos, a largo plazo el SAOS no diagnosticado ni tratado puede provocar retraso mental, trastornos de conducta, problemas de crecimiento, pulmonares e incluso cardiacos.
¿Por qué aparecen las apneas?
La causa más habitual de la aparición de este trastorno son unas amígdalas demasiado grandes que obstruyen la faringe, dificultando el paso del aire al estar tumbado. En ese momento se interrumpe la respiración y bajan los niveles de oxígeno.
También las infecciones respiratorias pueden provocar su aparición.
Por eso es un síndrome frecuente en niños de 2 a 8 años, porque en estas edades son muy habituales las infecciones de las vías respiratorias y el crecimiento anormal de las adenoides o amígdalas.
Asimismo, hay que tener en cuenta factores de riesgo para desarrollar esta patología, como sobrepeso u obesidad, alteraciones craneofaciales congénitas, parálisis cerebral, enfermedad de células falciformes, peso bajo al nacer, antecedentes familiares de apnea obstructiva del sueño o problemas neuromusculares.
Diagnóstico y tratamiento de las apneas infantiles
Si se sospecha que el pequeño padece esta enfermedad, lo primero es acudir al profesional de pediatría quien hará un estudio preliminar y una evaluación física del niño.
Para confirmar el diagnóstico se puede solicitar una polisomnografía, que registra los valores corporales durante el sueño, una tomografía computada o un encefalograma.
También se puede hacer una oximetría, un registro de los niveles de oxígeno durante la noche que se puede hacer en casa. Sin embargo, a veces no logra proporcionar el diagnóstico, en ese caso se deberá someter a la polisomnografía.
El tratamiento más habitual es extirpar las amígdalas (adenoamigdalectomía), lo que favorece la respiración y el descanso, aunque no influye positivamente en los problemas de aprendizaje o comportamiento que se puedan haber desarrollado.
Los esteroides nasales tópicos, como fluticasona y budesonida pueden aliviar los síntomas de la apnea del sueño en algunos niños con apnea obstructiva del sueño leve.
También se emplea a menudo la cirugía con radiofrecuencia o láser, que utiliza estas técnicas para reducir el tamaño de las amígdalas sin necesidad de extirparlas.
Otra opción, si la cirugía no es posible, es la terapia con Presión Aérea Positiva Continua (CPAP), una máscara con oxígeno que se le suministra al niño mientras duerme.
La apnea obstructiva del sueño pediátrica puede tener complicaciones graves, entre ellas, retraso en el crecimiento, problemas cardíacos o incluso la muerte, por lo que se debe tratar cuanto antes.
Fuentes:
SEPAR Síndrome de apnea de sueño
https://www.separ.es/?q=node/802
Fecha de actualización: 24-03-2022
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