Qué hacer con un niño caprichoso

Índice

• ¿Cómo son los niños caprichosos?
• Consejos para niños caprichosos

 

¿Cómo son los niños caprichosos?

Desde que nace, el niño se caracteriza principalmente por ser demandante. Desde un primer momento pide que se le alimente, le cambien de pañal o le presten atención. Además, cuando continúen creciendo lo más probable es que demanden por encima de sus necesidades reales. Por este motivo, será muy difícil lograr satisfacerle comprándole todos sus caprichos porque irá creando nuevas necesidades y siempre querrá más.

La falta de socialización del niño, el exceso de atención, la falta de normas y límites en la educación o unos malos ejemplos son algunas de las causas que hacen que un niño sea caprichoso.

Un niño caprichoso se define por su egocentrismo ya que no piensa en las necesidades de los demás. Este comportamiento es muy común en su desarrollo, pero es muy preciso  que aprendan también cuanto antes a saber complacer las necesidades del otro. Otra actitud clave es que se frustran con facilidad. Es decir, cuando se les dice que no, se cabrean gritando y llorando para llamar la atención y poder conseguir lo que sus padres le están negando. Asimismo, tampoco cuidan sus cosas porque no sabe valorarlas. Pierden interés rápidamente en lo que pidieron hace poco.

Otros rasgos de los niños caprichosos son:

- Obstinación y tozudez

- Egocentrismo, se piensa que todo gira a su alrededor

- Es infeliz y está insatisfecho, aunque se le dé lo que pide

- No valor lo que tiene

- Es descuidado

- No tiene disciplina ni se esfuerza
 

Consejos para niños caprichosos

Si tu hijo presenta estos comportamientos, debéis seguir los siguientes consejos:

1. La más importante es saber decir que no. Aprende cuanto antes a saber decir que no y no te sientas culpable por ello. Tienes que enseñarle que no todo se puede conseguir con sólo pedirlo y, sobre todo, mediante rabietas o llantos.

2. Pon normas y límites en cuanto a la educación de tu hijo. Por ejemplo, cuando vayáis a comprar dile que sólo adquiriréis lo necesario y no cedas cuando se enfade o lloriquee.

3. Si insiste en seguir pidiendo y estableciendo conductas inadecuadas, es mejor que lo ignores. Con los niños pequeños funciona muy bien la técnica del despiste, es decir, cambiar de tema o enseñarle otra cosa para que deje de pedir lo que sea.

4. Ni se te ocurra reírte cuando el pequeño muestre comportamientos inadecuados. Muchas veces es inevitable reírse cuando tu hijo actúa de forma inadecuada, pero tienes que impedirlo y, si no logras aguantar, sal fuera de la habitación porque pensará que recibe una recompensa agradable por su actitud.

5. Alíate con tu pareja para que actuéis de la misma ante estas situaciones. Evita que se refugie en su padre para así salirse con la suya. Tenéis que estar unidos en su educación.

6. Explícale la diferencia entre querer y necesitar y no lo sobornes para que se porte bien.

7. Cuando se esté portando bien prémiale con abrazos, besos o frases cariñosas.

8. Enséñale a compartir. Por ejemplo, recoge junto a tu hijo los juguetes que no use y dile que los vais a donar a alguna ONG. Así le enseñarás a que consiga apreciar las cosas que tiene.

9. Por último, si sigue enfadado intenta buscar alternativas a su capricho. Puedes llevarle al parque a que juegue con otros niños o invéntate un juego nuevo para jugar con los juguetes que ya tenga. 

Si nada funciona y va a peor, busca ayuda de un profesional de psicología.