Niños narcisistas: el amor propio tóxico

Indice

• ¿Qué es el narcisismo?
• Algunos síntomas narcisistas
• Gérmenes del narcisismo
• Abordar el narcisismo cuanto antes, el mejor remedio

 

¿Qué es el narcisismo?

El narcisismo se define como un hábito de la personalidad caracterizado por un amor propio exagerado. Su nombre viene del mito griego de Narciso, un joven que se enamoró de su propio reflejo plasmado en el agua hasta que, sin poder apartar la mirada de sí mismo, acabo arrojándose al agua.

Tácticas de superioridad, el sentimiento de ser individuos superiores cuando, en realidad, se sienten emocionalmente inestables e es el epicentro de la actitud narcisista. Por tanto, se podría decir que se trata de una autoestima falsa, o hueca, que se puede desinflar fácilmente.

 

 

Algunos síntomas narcisistas

Los niños narcisistas pueden mostrar esta actitud de una manera más o menos obvia y, como sucede con la mayoría de aspectos psicológicos, puede reflejarse de maneras muy variadas.

Puede que veas que exageran sus triunfos y talentos, que esperan ser continuamente elogiados, que no tengan empatía o que se intenten convertir en protagonistas de toda situación o que tengan la percepción común de que otros están celosos de ellos.

Otro aspecto relevante de una actitud narcisista es una autoestima frágil y reactiva, que hace que sean heridos fácilmente o reaccionen con enfado ante cualquier crítica y sean tremendamente motivados por los elogios o la admiración.

Un niño narcisista también puede tender a obviar las reglas por considerar que él/ella sabe mejor que nadie cómo actuar y no las necesita.

 

 

Gérmenes del narcisismo

El narcisismo en los niños puede venir de múltiples fuentes: la crianza, factores genéticos, el entorno…

Un estudio realizado entre 565 niños y niñas de 7 a 11 años y sus padres y madres determinó que aquellos progenitores que tendían a sobrevalorar a sus hijos en esta etapa de desarrollo -diciéndoles que eran superiores a otros o que tenían derecho a recibir un tratamiento especial- eran más proclives de producir niños narcisistas.

Frente a esto, es recomendable elogiar el proceso o trabajo, en lugar de habilidades innatas, lo que les puede llevar a pensar que son listos, ágiles, buenos…por naturaleza y no tienen que trabajar en ello o demostrar nada.

Los psicólogos también coinciden con que una falta de atención emocional o de cariño en la infancia puede llevar al desarrollo de una personalidad narcisista, en la que el niño o adolescente se cubre de un aura de fortaleza y autosuficiencia aparente.

 

 

Abordar el narcisismo cuanto antes, el mejor remedio

No obstante, la personalidad no es algo estanco e inamovible, sino que se va desarrollando junto a habilidades cognitivas o sociales. De ahí la importancia de intervenir cuando vemos que nuestro hijo presenta aspectos de personalidad narcisista para evitar que vayan a más o se enquisten.

1. Evita elogiarle en términos absolutos. En lugar de “Qué listo eres siempre” o “¡Nunca pierdes en las carreras!”, elogia sus esfuerzos concretos. “¡Has estado muy rápida en tu carrera de hoy!”.

2. Se selectivo y céntrate en alabar su esfuerzo concreto. El truco con los elogios está en encontrar el equilibrio, intenta no loar cada cosa que hace para evitar que sienta los elogios como algo necesario. Además, no te limites a un “Buen trabajo”, en su lugar, dile que te ha gustado cómo ha trabajado y se ha organizado para sacar esa buena nota o cómo ha ayudado a su amigo cuando se ha caído en el parque.

3. Atiende sus emociones. Habla con tu hijo de sus emociones, establece una comunicación abierta para que le puedas ayudar a gestionar aquello que sienta, especialmente con aquellas difíciles como la envidia, el odio o la sensación de superioridad frente a su entorno.

4. Dale afecto. Hazle saber que le quieres y asegúrate de mostrarle ese afecto y no solo decírselo. Las cosquillas, las caricias, los abrazos, los besos…son siempre necesarios.  

 

Imagen: Michał Parzuchowski