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Manías obsesivas en niños, síntomas y tratamientos

Manías obsesivas en niños, síntomas y tratamientos

Como todos sabemos las manías son unas costumbres y conductas que se repiten con bastante frecuencia y que ayudan a algunos niños a controlar acontecimientos externos. A medida que los niños crecen las rutinas suelen seguir reforzándose. Sin embargo, las manías que se alargan durante un tiempo muy prolongado pasan a ser obsesiones.

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¿Qué son las manías?

Las manías forman parte de los trastornos del ánimo y, como decíamos, estas pueden ser transitorias, es decir, que tienen una duración limitada, o por el contrario ser algo más graves, lo que puede formar parte de algo más serio como el trastorno bipolar o el estado maníaco. Las manías son pequeños hábitos adquiridos de forma casi inconsciente con el paso del tiempo y son muy difíciles de erradicar. Además, es importante tener en cuenta que estas conductas o manías de las que hablamos pueden presentarse a cualquier edad, aunque lo más habitual es que si se presentan lo hagan en torno a los tres o cuatro años.

Sin embargo, el problema viene cuando estas manías se convierten ya en “trastornos obsesivo-compulsivos”, puesto que estos comportamientos repetitivos ocupan tanto tiempo en su vida que les impiden tener una jornada o funcionamiento diario normal. La obsesión hace referencia al estado del niño que tiene en la mente una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella. Es decir, estas obsesiones son ideas o pensamientos repetitivos, inquietantes o desagradables, no deseados, que surgen de manera reiterada y de forma incontrolable en la mente del niño generando en la mayoría de las ocasiones un temor persistente y un alto grado de ansiedad.

 

Síntomas de manías obsesivas en niños

Es posible detectar las manías obsesivas en niños y, además, un diagnóstico precoz de la enfermedad y también la aplicación de un tratamiento cuando se observan los primeros síntomas, lo que contribuye a aumentar la calidad de vida de este y a prevenir que el trastorno pase a un estado más serio.

Y aunque, como decimos, resulte algo complicado diagnosticar algunos síntomas que implican la presencia de manías obsesivas en niños, una forma de poder hacerlo es, según los expertos, cuando por ejemplo al niño se le desordena una fila de juguetes que había colocado y se enfada de una forma tan histérica que ni sus padres pueden controlarlo ni reconducir la situación. En este caso se trata de manía obsesiva u obsesión, ya que no sucede esto cuando interrumpes una manía “habitual”.

Pero ¡ojo! ...Nunca debemos confundir las manías con los tics. Estos últimos hacen referencia a otro tipo de conductas muy repetitivas e incontrolables. Y aunque sea una actitud o comportamiento casi continuo no es lo mismo que la manía obsesiva. Los tics les ayudan a controlar la ansiedad, aunque los propios niños no son conscientes de ello en la mayoría de las ocasiones.

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Además, la mayoría de los tics nerviosos remiten de forma espontánea antes de llegar a la adolescencia y sin requerir ningún tipo de tratamiento. Además, hay que tener en cuenta que ante la aparición de un tic nervioso en el niño no debemos insistirle en que deje de hacerlo ya que estoy puede intensificar su angustia y empeorar el problema.

El castigo por parte de los padres o bien de los profesores no lleva a ningún lado en absoluto, tan solo a un círculo vicioso difícil de solucionar. Por tanto, cuanta menos importancia se le dé al tic, antes desaparecerá. Lo único que deben hacer los padres es tranquilizar al niño y minimizar el problema.

 

Tratamiento de las manías obsesivas

Las manías en los niños sí tienen tratamiento. De hecho, las alternativas que han demostrado verdadera eficacia son el tratamiento farmacológico, que consigue la remisión de los síntomas, y la psicoterapia cognitiva conductual, con la misma eficacia que el anterior si se hace de manera óptima. No obstante, cuando estas se combinan incrementan las probabilidades de mejora y remisión de síntomas.

Sin embargo, hay que tener siempre en cuenta que, tal y como sucede con cualquier tratamiento, estos tardarán tiempo en hacer efecto, y además habrá que mantenerlos durante un tiempo tras la mejoría, ya que en muchas ocasiones se pueden producir recaídas.


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