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La actitud ante el fracaso de tus hijos depende de ti

La actitud ante el fracaso de tus hijos depende de ti

Los niños aprenden a comportarse según el modelo que ven en sus padres, en cualquiera de los aspectos de la vida. Por eso es fundamental que vuestra actitud ante el fracaso sea positiva, para que ellos aprendan a levantarse y seguir a pesar del fallo.

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Índice

 

Los niños aprenden sobre el fracaso de sus padres

Aunque todos los padres y educadores saben que el ejemplo de los padres es fundamental en la educación de los niños, un estudio realizado en la Universidad de Stanford por Kyla Haimovitz y Carol Dweck, sugiere que los niños aprenden sus actitudes sobre el fracaso - ya sean positivas o negativas- de sus padres. Es decir, la manera en que sus padres les tratan y educan influye a la hora de construir sus puntos de vista internos acerca de la inteligencia propia, sus capacidades, si pueden conseguir o no superar sus retos, etc.

Si la actitud de los padres ante el fracaso es negativa, harán creer al niño que no tiene capacidades o inteligencia suficientes, lo cual influirá en su forma de actuar en el futuro ante cualquier reto. El niño creerá que la inteligencia es fija y que no puede mejorar. Mientras que la actitud contraria, el promover el aprendizaje y la mejora, hará que el niño crea en sí mismo. Cuando un niño tiene problemas, la actitud correcta de los padres no es hablar sobre el problema, sino buscar soluciones al mismo y hacerle ver que los puede superar.

Para llegar a estas conclusiones Haimovitz y Dweck hicieron diferentes experimentos, en uno de ellos pedían a los padres que les contaran cómo reaccionarían si su hijo venía con malas notas del colegio. Los padres constructivos no se centraban en el hecho en sí, sino que buscaban soluciones diciendo cosas como: “Me gustaría que mi hijo me diga qué es lo que hizo mal” o “Quisiera hablar con el profesor a ver cómo podemos resolverlo”. Por el contrario, los padres con mentalidad de fracaso se preocupaban de que su hijo no fuera bueno en los estudios y decían frases como: “No pasa nada si no eres el mejor en todo”. “Estos padres, indica Haimovitz, quieren consolar a sus hijos y apoyarles, pero realmente les están lanzando el mensaje de que no tienen suficiente capacidad para aprobar y sacar buenas notas”.

De hecho, la investigación sugiere que la preocupación, compasión, o el reconfortar a los niños no es una crianza efectiva. El experimento también demostró que los niños eran tremendamente sensibles ante las actitudes de sus padres: los niños cuyos padres pensaron que el fallo era malo tendían a pensar que la inteligencia es fija, mientras que los que pensaban que el talento es innato no tenían tanta prisa ya que, si eres inteligente y te esfuerzas, todo llegará.

La edad del padre también influye en la respuesta ya que aquellos padres con más edad tendían a tener una mejor actitud ante el fracaso.
 

Los errores pueden ser una oportunidad

Este estudio pone de manifiesto la importancia de la actitud que tengamos los padres ante el fracaso de nuestros hijos. Si ellos piensan desde pequeños que la inteligencia es maleable y se puede aumentar, tendrán más interés en aprender en el colegio para potenciar sus capacidades, en lugar de preocuparse únicamente por las notas de los demás. Estarán más centrados en la comprensión y el aprendizaje, en lugar de en las calificaciones.

Hay que ver los errores cómo una oportunidad para saber dónde se falla y potenciar esa área para mejorar en el futuro, en lugar de verlo como un lastre.

Por eso, es fundamental que, ante cualquier error o fallo del niño, no hagamos nunca comentarios negativos acerca de sus habilidades o capacidades, sino que le impulsemos a mejorar y a hacerlo mejor la próxima vez. 


Fuente:

Parents' Views of Failure Predict Children's Fixed an Growth Intelligence Mind-Sets https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/0956797616639727

Fecha de actualización: 19-01-2023

Redacción: Irene García

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