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Cómo enseñar disciplina a un niño

Cómo enseñar disciplina a un niño

La disciplina es el compromiso con cualquier método efectivo de desarrollo de habilidades o aptitudes, o para seguir un determinado código de conducta u orden, aunque la disciplina puede tener connotaciones negativas. Además, la disciplina es, después del amor, una de las cosas más importantes que se le debe enseñar a un hijo.

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Índice

 

La importancia de la disciplina

La disciplina (o educación) es muy importante en la vida de cualquiera. Dentro de esta, uno de los objetivos más importantes es el autocontrol, es decir, que el niño sea capaz de controlarse por sí mismo, tenga y conozca una serie de valores y que, sobre todo, tenga educación. Sin embargo, cuando no la tienen los padres tienden a enfadarse o incluso a pegar al niño y esa no es la mejor solución. Hay que tomar una serie de medidas o llevar a cabo acciones, que no implican, por supuesto, la acción en sí misma de pegar.

El castigo físico, como hacían nuestros abuelos con nuestros padres ya no es aceptable. Además, no demuestra en absoluto nada de respeto. Por desgracia, hemos vivido durante muchos años (y seguimos todavía hoy) viviendo rodeados de violencia. Muchos creen todavía hoy que esta es la mejor forma de resolver las cosas, pero se equivocan porque en realidad no es así. De hecho, de esa manera lo único que se está consiguiendo es fomentar la violencia como forma de vida.

A muchos de los padres de hoy les habrán pegado sus padres porque eran otros tiempos y por eso para muchos hoy lo más normal es actuar así y hacer lo mismo que sus padres, pero se equivocan. Lo que hay que hacer es saber controlarse y darse cuenta de que ese no es el camino, por supuesto, para llevar una buena y adecuada disciplina. Cuando se reacciona de manera exagerada ante este tipo de situaciones y uno se muestra fuera de control es precisamente cuando queremos que los niños aprendan a controlarse ¿es así como queremos lograrlo? Desde luego que por ese camino nunca lo lograremos.

El niño cuando pierde el control necesita de una disciplina que se la habrá tenido que enseñar previamente, aunque solamente se conseguirá de verdad si el padre y la madre también la tienen porque se la enseñaron en su día. Abordar la disciplina, desde luego, no es en absoluto un tema fácil y sobre todo para muchos de los padres que nunca la llegaron a tener. Esa disciplina que es tan importante para enseñársela a los hijos y que ellos un buen día hagan lo mismo con sus nietos. Para lograrlo es importante establecer límites paso a paso, y para ello lo mejor es decidir con antelación qué límites se van o no a aceptar, pero, sobre todo, mantener la calma siendo también firme. Aquí van algunos consejos para enseñar disciplina a los niños:

- no amenazar si no se va a cumplir la promesa.

- contar hasta diez para relajarse antes de comenzar a hablar con el niño.

- darle responsabilidades independientemente de la edad que tenga.

- evitar todo el día estar encima de él.

- ser demasiado riguroso.

 

¿Por qué es tan importante hablar?

Son muchos los padres que tienen la costumbre de regañar y regañar en vez de comunicarse con su hijo y hablar con él para frenar o acabar con dicha situación. Por eso, cuando uno tenga que regañar deberá mantener la calma, relajarse y contar hasta diez. De nada servirá estar todo el día amenazando. Lo mejor será que uno se relaje y busque el mejor momento para hablar del tema. Y sí, aunque inevitablemente llegue el momento en que se tenga que regañar al niño al menos, al estar relajados, uno se podrá dar cuenta de que si mantiene la calma podrá decir siempre las cosas con más delicadeza y cariño.

También es posible, no obstante, que quizás uno se tenga que esperar unas horas, o por qué no, uno o dos días, pero seamos sinceros, los resultados pueden ser muy pero que muy positivos tanto para ambos. Lo ideal antes de tener cualquier discusión a viva voz es ponerse a hablar y hacerlo siempre con respeto, y sin gritos. Además, probablemente lo único que puede suceder si no se hace así es que el niño deje en algún momento de la discusión de escuchar al adulto. El objetivo de ninguna regañina o castigo debe ser, bajo ningún concepto, humillar al niño que en ese momento ha hecho algo malo sino simplemente ayudarle a aprender de sus errores, diciéndole mientras se le habla adecuadamente que ha actuado mal, que uno no debe comportarse de esa determinada manera y, sobre todo, hacerlo siempre con la conciencia tranquila, es decir, sabiendo que el niño siempre es consciente de que sus padres le quieren, y mucho, y que solamente tratan de que aprenda de sus errores.

Finalmente, hay que recordar que los niños siempre van a necesitar un cierto grado de disciplina que en absoluto se debe oponer a educar en la libertad y el cariño. Además, el valor de la disciplina será la clave para tener éxito en todas las etapas y un entrenamiento también para crear buenos y nuevos hábitos, pero jamás servir para regañar o castigar. De hecho, es importante también tener en cuenta que una mala disciplina, es decir, una disciplina mal gestionada no va a generar nunca respeto de los hijos hacia los padres.


Fuentes: AEP En Familia

 

Fecha de actualización: 19-04-2021

Redacción: Ana Ruiz

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