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Causas (y soluciones) de la desobediencia infantil

Causas (y soluciones) de la desobediencia infantil

¿Por qué todos los niños se portan mal? ¿Por qué no es fácil lograr que nos obedezcan a la primera? ¿Es problema de la educación que les damos o es que les exigimos demasiado? ¿Cómo encontrar el equilibrio y lograr que nos obedezcan?

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Índice

Los niños no nacen siendo desobedientes, ni deciden no hacer caso a sus padres para “molestarlos”. Detrás de esta forma de ser habitual en niños, sobre todo de 2 a 5 años, está una serie de causas que merece la pena conocer ya que, así, entenderemos su comportamiento y conseguiremos de manera más fácil, y sin gritos ni peleas, que nos obedezcan.

 

1- ¿Cómo los educamos?

Una de las causas que pueden explicar su comportamiento es la forma de educar que tenemos. Los niños desobedientes por norma son más comunes en educaciones autoritarias, negligentes o condescendientes.

Así, los niños cuyos padres son muy autoritarios y su educación se basa en el castigo constante, es probable que acaben obedeciendo para evitar el castigo, pero no entenderán las razones de por qué deben hacer algo y acabarán siendo niños inseguros, de baja autoestima, resentidos y enfadados porque su opinión nuca se tiene en cuenta.

En familias de padres condescendientes, la figura del padre es débil. El niño sabe que con insistencia, puede lograr cualquier cosa. Son padres que prefieren ser amigos de sus hijos antes que imponerles normas y disciplina, por lo que ésta no existe.

Y en aquellas en las que los padres son negligentes, el interés por la buena educación del niño es menor, por lo que éste pronto entiende que puede hacer lo que le dé la gana porque nadie le hace caso. El vínculo afectivo suele ser menor y, como consecuencia, son niños con problemas de conducta.

El último modelo de educación es poco frecuente y se da en familias con problemas, pero antes de culpar constantemente a tu hijo de su desobediencia, examina vuestra manera de educar por si estáis en el caso 1 o el 2, con lo que la “culpa” podría ser vuestra.

 

2- Autoafirmación

A los 2 años los niños comienzan a desarrollar su personalidad y su independencia. Entienden que son una persona diferente de sus padres con capacidad de decisión propia y quieren afirmar su personalidad imponiendo sus normas. “Disfruta” poniendo a prueba a sus padres para ver hasta dónde puede llegar. No en vano, esta etapa se la conoce como los “terribles dos años”. La buena noticia es que es una fase pasajera, eso sí, si le dejas claro las normas y límites que no puede traspasar y no permites que lo haga nunca.

 

3- Llamar la atención

Los niños rápidamente se dan cuenta, como explica la psicóloga Silvia Álava en su libro Queremos que crezcan felices, de que se les hace mucho más caso cuando no obedecen que cuando sí lo hacen. Es decir, si se va a la cama en cuanto se lo dices, recibe u beso y un buenas noches. Si no obedece, protesta y se queja, los padres no tienen más remedio que quedarse con él hasta que consiguen que se meta en la cama. Y, aunque en ese intervalo de tiempo haya recibido gritos y amenazas, él se queda con el hecho de haber pasado más tiempo con sus padres.

Por eso, es necesario que el niño reciba más atención en positivo que en negativo, es decir, si obedece al momento, deberemos prestarle más atención y quedarnos más con él que si no lo hace.

 

4- Celos

Con la llegada del nuevo hermanito es habitual que los niños se porten peor ya que, relacionado con lo anterior, buscan llamar la atención de sus padres.

La envidia por el tiempo que se dedica al nuevo miembro de la familia puede hacer que su comportamiento se vea alterado. Para evitarlo, busca siempre momentos para estar a solas con él, sin el hermano, e intenta que se sienta especial.

 

5- Problemas en casa o el colegio

Problemas con otros compañeros, disputas con sus amigos, malas notas, discusiones constantes en la familia… Cualquier conflicto o situación complicada pueden hacer que el niño desobedezca y se porte mal. Intenta averiguar qué le está pasando.

 

6- Aburrimiento

Cuando los niños no reciben estímulos externos suficientes y se aburren, puede empezar a portarse realmente mal con tal de hacer algo y de que sus padres les hagan caso.

Cuando esta sea la causa, no hay más que buscar una actividad entretenida, leer un libro, hacer manualidades, bajar al parque, para que se porte mejor.

En conclusión, para minimizar los comportamientos desobedientes de tu hijo deberás averiguar por qué se porta así. No obstante, debes entender que cierto grado de desobediencia a estas edades es normal e incluso positivo ya que están aprendiendo cómo funcionan las reglas, qué ocurre cuando se las saltan, etc. Solo deberemos preocuparnos si se convierte en su forma habitual de proceder.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 16-01-2023

Redacción: Irene García

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