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Nada de zapatillas con ruedines en el cole

Nada de zapatillas con ruedines en el cole

A raíz de un estudio de la Universidad Miguel Hernández de Elche que ha estudiado el mal impacto de las zapatillas ‘heelys’ en los pies de los niños, el Colegio General de Colegios Oficiales de Podólogos ha pedido que sean prohibidos en los centros educativos.

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Las zapatillas con ruedines son muy populares entre los niños. No es para menos, son zapatillas con una rueda en la zona del talón que permite ir patinando en tramos cortos. Esta rueda es un divertido complemento pero supone un problema a largo plazo cuando su uso es frecuente e inadecuado.

Los patines y las zapatillas tienen contextos distintos. Los patines permiten deslizarse y moverse más deprisa, son una forma de ocio; las zapatillas están diseñadas para proteger nuestro pie en el día a día, son un calzado. Pero ¿qué ocurre cuando se combinan patines y zapatillas?

 

Juguetes, no calzado

Desde la Universidad Miguel Hernández de Elche son firmes: las zapatillas con ruedines dejan de ser un calzado y pasan a ser un juguete. En un estudio sobre la salud podológica en los centros educativos de infantil y primaria de la Comunidad Valenciana, los investigadores de la universidad ilicitana han estudiado el impacto de estas zapatillas cuando son empleadas como calzado cotidiano.

Los resultados no son positivos. Aumenta la carga en el antepié (la parte delantera de la planta del pie), ya que son zapatillas con más tacón al tener que dejar espacio para la rueda. Esto supone un cambio en la carga del peso en el pie, que, en condiciones normales, queda soportado en gran medida (el 75%) en el talón. Además, aumenta también la presión sobre el talón y el peso de la zapatilla es más del doble que el de un calzado deportivo normal.

Con esto, en el estudio recomiendan que su uso se limite a una o dos horas a la semana. Lejos, por tanto, de las casi ocho horas diarias que pasan cuando se llevan al colegio.

 

Impacto fisiológico

Los pies de los niños están en continuo crecimiento hasta los 14 o 16 años. Es así de vital importancia que en su etapa de crecimiento el calzado sea adecuado para evitar potenciales afecciones o dolencias.

El hecho de que se cargue más peso en el antepié (como si camináramos de puntillas) se traduce a largo plazo en un menor desarrollo de los huesos del talón y un talón estrecho que pueda provocar futuros problemas. También puede acortar la musculatura posterior de las piernas (gemelos, sóleo e isquiotibiales) y provocar afecciones de espalda como hiperlordosis lumbar (curvatura lumbar exagerada).

Por otro lado, el peso mayor (más del doble) de este tipo de zapatillas sobre otras normales conlleva un perjuicio para la cadera, que necesita una mayor rotación para que el pie no choque con el suelo.

 

Prohibidas en los colegios

Todo esto ha llevado al Colegio General de Colegios Oficiales de Podólogos a pedir que en los centros educativos no dejen que los niños lleven estas zapatillas para evitar el uso cotidiano de estas zapatillas (aptas para un uso temporal) como si fueran un calzado normal. 


Fuente:

Colegio General de Colegios Oficiales de Podólogos

Fecha de actualización: 24-06-2020

Redacción: Irene Gómez

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