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Las mochilas y la espalda de los niños

Las mochilas y la espalda de los niños

Problemas de espalda como la escoliosis son cada vez más frecuentes entre los niños ¿Qué parte de culpa tienen las mochilas?

Indice

 

Las mochilas no pueden ocasionar lesiones en niños si no hay patologías previas

Según el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), salvo casos puntuales en los que exista una patología previa, no hay una relación directa entre problemas de espalda y aspectos biomecánicos, como el peso de la mochila o cómo se transporta.

De hecho, el dolor de espalda en la infancia y adolescencia ha aumentado durante las últimas décadas, a pesar de recomendaciones como aligerar el peso de las mochilas. El 18,3% de los adolescentes tenía dolor de espalda crónico en el curso 2001-2002, porcentaje que se elevó al 21,6% en el 2013-2014, según un estudio de la Universitat Rovira i Virgili.

Lo importante es mejorar las capacidades físicas del alumnado, para que puedan responder a las demandas que tengan que asumir en cada curso y prevenir problemas musculoesqueléticos. En este caso, reforzando sus cuerpos a través de la actividad física, de manera que transporten las mochilas sin problema.

Desde el CPFCM también recuerdan que debe primar el sentido común y es desaconsejable cargar las mochilas en exceso. “Si niños y niñas quieren cargar más, han de entrenar para ello”, indica Pablo Herrera, vicedecano del CPFCM.

Respecto al otro asunto, si son mejores o peores las mochilas con ruedas, este elemento permite restar peso al caminar por un lugar plano, pero diversos estudios demuestran que hay una mayor exigencia en los miembros superiores del niño a la hora de vencer las irregularidades del terreno o subir unas escaleras. En estos lugares sería recomendable portarla sobre los hombros.

¿Cómo llevar entonces las mochilas?

En primer lugar, para asegurarte de que la mochila de tu hijo no está suponiendo una amenaza para su espalda, hay que adecuar el peso de esta al de tu hijo. A veces no se pueden reducir los libros que tienen que llevar a clase.

Ante esto, puedes dividirle el libro en fascículos, fotocopiándolo o, literalmente, separándolo. Puedes hablar con su profesor para ver la mejor manera de dividir el libro (por temas, por trimestre…). Así, sólo tiene que cargar con el material que esté utilizando, lo que reduce en gran manera el peso que carga. También puedes intentar comprarle cuadernos ligeros sin demasiadas hojas.

La colocación de la mochila en la espalda también es importante. Lo mejor es que vaya colgada en los dos brazos, pegada al tronco y con los libros de mayor peso pegados a la espalda. Sobre el tamaño de las mochilas, la guía que dan algunos pediatras es que deben llegar algo por debajo de las costillas, adaptándose a la curva de la espalda.

Las mochilas con ruedas, por otra parte, son erróneamente percibidas como mejores que las de espalda. Pero el hecho de que no vaya directamente cargada en la espalda no significa que no la pueda dañar. De hecho, la mayoría de profesionales coinciden en que las mochilas con ruedas suponen un perjuicio al ser arrastradas y cargadas en obstáculos como bordillos o escaleras.

Además, la mochila debe cumplir una serie de características:

- Correas anchas y regulables.

- Con poca profundidad para que el centro de gravedad de la carga no quede alejado del cuerpo.

- No debe ser más alta que el tronco ni más ancha que los hombros.

- Debe tener compartimentos diferentes.

Si el peso es demasiado, se puede ayudar con las manos. El peso debe ir en el centro de la espalda. Las cosas más pesadas se colocan cerca de la espalda. Hay que usar las dos correas. Hay que ir bien erguido y no llevarla puesta más de 15 minutos. 

 

Buenos hábitos para la espalda

No obstante, las mochilas son solo una pequeña parte. El proceso para una espalda sana y una buena higiene postural de tus hijos (y tuya) debe pasar por incorporar otros cambios. Cualquier tipo de deporte de forma regular evitará la atonía o falta de tono muscular en tus hijos, lo que no hace más que facilitar lesiones.

Los niños se pasan unas 8 horas al día en el colegio, y una gran parte de esas horas las pasan sentados. A esto se suma el tiempo que pasan sentados en casa, ya sea viendo la tele, leyendo, jugando a videojuegos…Por eso, es importante que incorporen hábitos para no dañar la espalda por malas posturas.

La mejor postura sentados es la del 4: con los pies apoyados en el suelo o alguna superficie, las rodillas en 90º y la espalda contra el respaldo. Cuando estén frente a un ordenador, asegúrate de que pueden apoyar los antebrazos en la mesa para no sobrecargar las escápulas (los omóplatos) y de que la pantalla está a un mínimo de 40 cm.

Además, es importante hacer ejercicio físico regular para mantener los músculos fuertes. 

Siguiendo estos consejos podrán evitar problemas como la escoliosis o la hemivértebra. Y si tienes dudas, consulta a su profesional de pediatría.


Fuente:

Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM)

Fecha de actualización: 03-03-2025

Redacción: Irene Gómez


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