• Buscar

Dieta para niños con intolerancia a la fructosa

Dieta para niños con intolerancia a la fructosa

¿Son tu hijo o tu hija intolerantes a la fructosa? ¿Sabes la dieta que les debes ofrecer ahora que su pediatra ha descubierto que son intolerantes? Toma nota…

Publicidad

Índice

La intolerancia hereditaria a la fructosa es un error congénito del metabolismo de la fructosa. Y no, no es lo mismo que la malabsorción de la fructosa. Lo primero de todo es saber definir qué es la fructosa y a qué se debe la intolerancia a esta en los niños.
 

¿Qué es la fructosa?

La fructosa es un azúcar simple que es capaz de unirse a otro, la glucosa, para formar la sacarosa, que es el azúcar común. Cuando comemos fruta o azúcar, la sacarosa libera glucosa y fructosa que son absorbidas en nuestro intestino y utilizadas por nuestro organismo.

Por tanto, un azúcar o hidrato de carbono que se encuentra mayoritariamente en las frutas, aunque también está presente de forma natural en la miel y las verduras, entre otros alimentos.
 

¿Y la intolerancia a la fructosa? ¿A qué es debida?

La intolerancia a la fructosa se produce cuando hay un error en la acción de la enzima encargada de degradarla, dificultando a las células intestinales su absorción. Esta dependerá de la cantidad y concentración ingerida y se deberá valorar individualmente ya que su capacidad de absorción varía en cada persona.

Al llegar la fructosa no digerida al intestino, esta reacciona con las bacterias intestinales fermentándose, produciendo gases y molestias gastrointestinales como, por ejemplo, el dolor abdominal, las diarreas o las náuseas. Sin embargo, también son muchos los niños cuya intolerancia hace que no estos no sean capaces de digerir la fructosa o el sorbitol produciendo además tres problemas:

- aparecen gérmenes que en condiciones normales no deberían estar ahí, porque no tendrían de qué alimentarse.

- algunos de ellos producen toxinas que irritan el intestino.

- dicha irritación puede hacer que la pared del intestino siga dañada haciendo perpetuar la intolerancia.
 

No es lo mismo intolerancia hereditaria a la fructosa que malabsorción de la fructosa

La intolerancia a la fructosa es un error genético del metabolismo de la fructosa que se da en 1 de cada 20.000 personas. Debido a este error congénito, cuando las personas que padecen IHF ingieren fructosa, esta es absorbida por las células intestinales, pero el organismo es incapaz de metabolizarla correctamente ya que carece de la enzima fructosa-1-fosfato-aldolasa (aldolasa B). Esta deficiencia genera que se acumule un producto intermedio de la degradación de la fructosa que es tóxico para el organismo. Es similar a la intolerancia a la lactosa, solo que, en este caso, el azúcar no digerido correctamente es la lactosa.

Y, por otro lado, la malabsorción de la fructosa es una situación mucho más común que puede afectar a más de un 30% de la población. En este caso, las células intestinales no son capaces de absorber de manera total o parcial la fructosa, generando síntomas gastrointestinales como diarreas, dolor abdominal, náuseas o gases.
 

Diagnóstico de intolerancia y malabsorción de la fructosa

La intolerancia hereditaria a la fructosa es una situación que se mantiene de por vida y que se diagnostica, generalmente, a una edad temprana mediante test bioquímicos y test genéticos. Aunque, en algunas ocasiones, el diagnóstico puede ser más tardío porque los niños adquieren aversión a los productos dulces o que contienen fructosa y no presentan estos síntomas tan marcados.

Por el contrario, la malabsorción de la fructosa, que puede ser irreversible o reversible, se diagnostica mediante un test de hidrógeno espirado. Este test se realiza tras un ayuno mínimo de 8 horas (puede beber agua), se toma una muestra de aire espirado del paciente en un pequeño aparato que contiene un sensor para hidrógeno. Este sería el valor basal. Después se administra al paciente una solución de fructosa, o una combinación de fructosa y sorbitol (que sería más sensible). En las 2-3 horas siguientes se recogen muestras de hidrógeno espirado, lo que nos dará el diagnóstico de la malabsorción. También se registra si el paciente tiene síntomas como dolor abdominal o diarrea.
 

Dieta para la intolerancia a la fructosa

 

PERMITIDOS

NO PERMITIDOS

Azúcares, edulcorantes y dulces

           

Jarabe de glucosa, glucosa, maltosa, maltodextrina Edulcorantes: aspartamo, sacarina, acesulfamo K y el ciclamato

Fructosa, sacarosa, sorbitol y dulces y edulcorantes que los contengan como caramelos, chocolates, chicles, etc.

Frutas y frutos

Ocasionales: aguacate, pepitas de calabaza o girasol (10 unidades/día), aceitunas maduras (25g/día), jugo de limón o lima (15 ml/día)

Todas las demás (incluso el tomate), incluyendo sus zumos y todos los productos que las contengan.

Verduras, hortalizas

Acelga, brécol fresco, espinacas, patatas viejas, setas (champiñones), escarola y endivias. Consumo limitado: apio, acelgas, berros, berza, brécol congelado, col, coliflor, lechuga, pepino y patata nueva.

Todas las demás.

Legumbres

Consumo limitado: lentejas, garbanzos, alubias y guisantes (como guarnición).

Todas las demás.

Cereales y derivados

Harinas y sémolas de trigo, avena, maíz, centeno, fécula de patata, arroz. Pan blanco y pasta. Papilla de cereales sin azúcar añadido.

Cereales o harinas integrales y la harina de soja.

Carnes, pescados y huevos

Todos los frescos.

Procesados que contengan fructosa, sacarosa o sorbitol

Leche y derivados

Lactancia materna, leche, leche en polvo sin fructosa, nata natural, quesos curados y frescos y yogur (sin frutas ni sacarosa)

Bebida de soja, leche condensada, yogur de frutas, de soja o edulcorado con sacarosa, preparados a base de leche con sacarosa (batidos, helados, etc.)

Aceites y grasas

Aceites vegetales, mantequilla y margarina.

Aderezos o salsas comerciales con sacarosa y fructosa.

Bebidas

Agua, agua mineral, infusiones (manzanilla, tila, menta), cacao y café.

Bebidas que contengan fructosa, sacarosa o sorbitol o hechas a base de frutas.

Condimentos y salsas

Especias, hierbas aromáticas, mostaza, sal, vinagre y levadura.

Aliños comerciales con fructosa o cualquier elemento que la contenga.

Fuente: Alimmenta
 

¿Es aconsejable hacer uso del comedor escolar en caso de intolerancia?

Es importante normalizar al máximo la vida del niño con una intolerancia hereditaria a la fructosa. El integrarlo en el comedor escolar es positivo e importante para su formación porque contribuye a la aceptación de su dieta.

No obstante, será necesario realizar un menú adaptado controlando la cantidad y el tipo de alimentación por un cuidador del comedor cuando el niño es pequeño y por el propio niño, cuando este sea más mayor y capaz de hacerlo por sí solo.


Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×