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Mujeres en forma ¡en 30 minutos!

Mujeres en forma ¡en 30 minutos!

El ejercicio físico es imprescindible para mantenernos sanas y en forma, tanto antes como después del embarazo, además de ser una manera eficaz para recuperar la figura tras el parto; sin embargo, en la sociedad actual, la mujer carece del tiempo suficiente para hacer ejercicio y dedicarlo a su bienestar personal, por lo que estar en forma se ha convertido en un reto cada vez más difícil

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Indice

 

Una gran revolución

Aunque durante un tiempo existió una gran tendencia a apuntarse a los gimnasios para mantenerse en forma, parece que actualmente ésta se ha estabilizado, debido al escaso tiempo del que disponemos para sentirnos mejor con nosotros mismos. Con el objetivo de aumentar el bienestar físico de muchas mujeres nació la compañía Curves. Esta revolución se debe, principalmente, a su conocido método de 30 minutos. Adaptándose a las necesidades de la mujer actual, este programa de 30 minutos permite flexibilidad de horarios, obteniendo resultados en la mitad de duración respecto a un entrenamiento usual.

Los beneficios aportados a la salud por el ejercicio físico dependen de cómo realicemos esas actividades más que de la cantidad realizada; por ello Curves ofrece un programa de seguimiento totalmente personalizado. El método 30 minutos brinda una dinámica de entrenamiento activa y beneficiosa; un circuito que combina entrenamiento aeróbico, indicado para quemar grasa y mantener el peso ideal, y un entrenamiento de fuerza, para tonificar, endurecer y moldear la figura, que favorece la salud y el bienestar femenino.  Un método exclusivo para mujeres actuales que dispone de flexibilidad de horarios, además de un seguimiento y maquinaria específica para mantener el peso ideal o recuperarlo tras el embarazo.
 

Beneficios para las futuras mamás

Una disfunción, sufrida con más frecuencia en las mujeres que en los hombres, y que supone un problema actual de gran relevancia es la incontinencia urinaria, que conlleva la pérdida involuntaria de la orina debido a una alteración en la presión interna de la vejiga. Factores como el embarazo y la edad provocan una pérdida de elasticidad y tensión en el suelo pélvico, por lo que la vejiga y la uretra caen, y sus mecanismos de continencia sólo son efectivos en reposo. Entre las causas que debilitan el suelo pélvico se encuentran las siguientes:

• El embarazo, debido al incremento de peso del útero.

• El parto, al pasar el bebé a través de la vagina.

• El posparto, al ejercitar precozmente los abdominales, realizar saltos, practicar deportes o llevar peso.

• Los deportes, en especial de “salto” o “impacto”.

• La menopausia o por herencia, ya que dos de cada diez mujeres tienen debilidad innata en el suelo pélvico.

• Determinados hábitos como retener la orina o vestir prendas muy ajustadas, y otras causas, como la obesidad o el estreñimiento, facilitan la aparición de esta disfunción.

Las mujeres embarazadas, debido al cambio físico que experimentan durante y después del embarazo, son propensas a experimentar en mayor o menor grado esta disfunción. La incontinencia urinaria tras el parto afecta al 30% de las mujeres. Es por ello que la gimnasia de suelo pélvico es diagnosticada por muchos ginecólogos como medida de prevención para frenar estos problemas. En la actualidad hay diversos tratamientos para solventarlo, sin embargo uno de los más practicados, debido a la excelencia de sus resultados, es el entrenamiento de la vejiga. Esta metodología, basada en los ejercicios de Kegel, trata de fortalecer la musculatura del suelo pélvico para recuperar el control y la capacidad de la vejiga, lo que podría ayudar a:

• Eliminar o evitar la incontinencia agravada por el peso del bebé sobre la vejiga durante el embarazo.

• Facilitar el parto.

• Incrementar la circulación sanguínea en la zona rectal, evitando las hemorroides.

• Volver a una actividad normal tras el parto, sin temor a la incontinencia al reír, toser, estornudar o saltar.

• Tonificar los músculos vaginales y volver a una vida sexual normal tras el parto.

El método Curves integra los ejercicios de Kegel, gimnasia que puede desarrollarse en diferentes modalidades contrayendo  y relajando  el músculo pubococcígeo o PC:

• Lento: consiste en contraer el músculo mientras se cuenta hasta 5, respirando relajadamente.
Después, relajar el músculo durante 5 segundos más, manteniendo una respiración serena.
Es aconsejable realizar diez series diarias de este ejercicio.

• Rápido: en este ejercicio hay que contraer y relajar los músculos tan rápidamente como se pueda hasta que transcurran unos 2 ó 3 minutos. Se recomienda comenzar con 10 repeticiones de este ejercicio cuatro veces al día, e ir aumentando las series progresivamente hasta alcanzar las 50 repeticiones diarias.

• El ascensor: esta modalidad requiere cierta concentración pero asegura unos excelentes resultados. La vagina es un tubo muscular con secciones en forma de anillo dispuestas una sobre otra. En este ejercicio hay que imaginar que cada sección es una planta diferente de un edificio que se debe subir y bajar tensionando cada una de ellas. Se comienza subiendo suavemente hasta la primera planta, manteniendo la presión en ella durante un segundo, y posteriormente ir ascendiendo del mismo modo a tantas plantas como se pueda (normalmente no más de cinco). Una vez arriba, hay que bajar el edificio repitiendo la acción a la inversa y aguantando también un segundo en cada sección. Finalmente, se debe intentar llegar a la parte inferior empujando los músculos pélvicos hacia abajo (tal y como si estuvieras de parto). Para terminar es necesario relajar por completo la musculatura. Es importante mantener una respiración pausada durante todo el ejercicio y tratar de no realizar la presión con ayuda de los músculos abdominales.

• La onda: algunos músculos del suelo pélvico están dispuestos en forma de ocho, con tres anillos: un anillo se sitúa alrededor de la uretra, otro alrededor de la vagina y el último alrededor del ano. Este ejercicio consiste en contraer cada uno de estos músculos progresivamente, de delante hacia atrás, para relajarlos posteriormente en el sentido opuesto, de atrás hacia delante. Hay que realizarlo, diariamente, el mayor número de veces posible, con el objetivo de llegar al máximo control de los músculos pélvicos. En el caso de las mujeres que acaban de dar a luz, es muy importante que haya una total recuperación de los músculos perineales antes de comenzar a realizar ningún ejercicio, por lo que se recomienda consultar al médico para confirmar que la mujer está lista para iniciar gimnasia ligera tras el parto.
 


Fuente: Curves. 

Fecha de actualización: 28-07-2020

Redacción: Lola García-Amado

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