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Mitos sobre la alimentación

Mitos sobre la alimentación

El exceso de información, la rumorología, los “cuentos de la abuela”… hace que surjan multitud de sentencias falsas sobre cómo debe ser una alimentación completa, sana y variada, así como sobre las dietas milagro para adelgazar y de lo que es conveniente o no durante el embarazo

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Indice

 

Sobre nutrición…

- Las grasas de los alimentos son importantes para nuestro cuerpo: por supuesto, son imprescindibles para nuestro organismo, pero se han de consumir con moderación.

- Las vitaminas aportan energía: No, las vitaminas son nutrientes reguladores, muy necesarios, encargados de la función de defensa de nuestro organismo.

- Las legumbres y las verduras contienen fibra: ¡Efectivamente! Tienen fibra soluble, un elemento que nuestro organismo no absorbe y que, por tanto, no alimenta.

- Los aceites de origen vegetal no provocan colesterol: Cierto, como son cadenas de células débiles, el organismo las desestructura antes de que se adhieran al interior de las arterias, por lo que no provocan arterioesclerosis.

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- Una dieta vegetariana estricta provoca déficit nutricional: Totalmente cierto. Solo se puede ser vegetariano estricto cuando el cuerpo ya ha desarrollado todo su crecimiento, y aún así los vegetarianos deben comer muchas legumbres con cereales y muchos frutos secos para sustituir las proteínas animales. Si se quiere que un niño sea vegetariano desde bebé, este debe de estar totalmente sano y darle un aporte extra de ciertos minerales y vitaminas.

- Tomar altas dosis de complementos vitamínicos incrementa el rendimiento físico: Los complementos vitamínicos no son necesarios si seguimos una dieta equilibrada. Tomar más vitaminas de las necesarias no aporta ningún beneficio al organismo, en ningún caso aumenta el rendimiento físico y puede ser perjudicial para la salud. Los complementos solo se deben tomar bajo prescripción médica.

 

Sobre las dietas adelgazantes…

- Los diuréticos provocan pérdida de peso: ¡En absoluto! Los diuréticos solo provocan pérdida de agua por la orina, que recuperamos en cuanto bebemos un vaso de agua. Además, tomados sin receta pueden acarrear una importante pérdida de minerales necesarios para nuestras funciones vitales.

- Los laxantes son efectivos para perder peso: ¡Absolutamente falso! Los laxantes provocan momentáneamente pérdidas de peso que se compensan en cuanto se come algo. Además, pueden ser muy perjudiciales para el intestino, pues pueden destrozar la flora intestinal.

- La mayoría de los alimentos light tienen calorías: Sí, pero en menos cantidad que sus homólogos “enteros”. Los alimentos light tienen una reducción energética de un 30% con respecto al producto normal. Existen dos grandes grupos cuando se habla de productos ligeros; los alimentos a los que se les quita su contenido de grasa y los alimentos a los que se les añaden sustancias llamadas edulcorantes para endulzar sustituyendo al azúcar.

El primer grupo engloba a los alimentos como la leche desnatada, el yogur, los quesos hechos a base de leche descremada, la mayonesa light, etc. A este tipo de alimentos se les quita la grasa, pero conservan todos sus demás nutrimentos como las proteínas y el calcio (aunque la leche pierde las vitaminas liposolubles A, D, K y E). En el segundo grupo están una gran variedad de alimentos (refrescos, pasteles, chicles, dulces, gelatinas, leche y yogur de sabor) que contienen edulcorantes como la sacarina.

- Las calorías indican la grasa que contienen los alimentos: ¡No! Las calorías indican el calor que los alimentos pueden aportar al cuerpo en forma de energía. Mantienen estable la temperatura del cuerpo y la energía sobrante nos sirve como combustible.

- El pan integral y el pan blanco tienen las mismas calorías: ¡Falso! El pan integral aporta menos calorías que el blanco y es más saludable porque, como está hecho con harina no refinada, tiene más fibra y más vitaminas. Ahora bien, si contiene semillas, estas incrementan su poder calórico.

- Sudar mucho hace perder peso: Falso, sudar hace perder agua que luego debemos reponer para que el cuerpo no esté deshidratado, pero no reduce las grasas, que es lo que realmente nos haría perder peso.

- Beber agua antes de las comidas adelgaza: No adelgaza, llena, por eso se hace beber agua a los que siguen un régimen de adelgazamiento: así, cuando se sientan a comer tienen la sensación de estar llenos y mastican los alimentos con más tranquilidad.

- Si se combinan diferentes tipos de alimentos, es más probable engordar: Este es un mito debido a las creencias de una tendencia alimenticia que proponía no combinar los alimentos alegando que esta combinación ayudaba a engordar. Los científicos nunca han secundado esta teoría, que lo único que hace es que la persona que la sigue se fije más en las cantidades que ingiere y rechace algunos alimentos propiamente calóricos, lo que hace que reduzca su peso corporal, aunque también priva al organismo de nutrientes necesarios para una buena salud.

- Hacer a lo largo del tiempo muchas dietas de adelgazamiento provoca que cada vez sea más difícil perder peso: Está demostrado que hacer repetidas dietas provoca el efecto “yo-yo”, esto es, pérdida de kilos que se vuelven a adquirir enseguida. Cuando el organismo se adapta a perder peso, gasta menos nutrientes para “ahorrar”, provocando que sea más difícil perder peso y, en cambio, más fácil ganarlo.

 

Sobre el embarazo…

- Hay que comer por dos: Falso, hay que comer mejor, pero no duplicar la ingesta. Es verdad que se aumentan los requerimientos de proteínas y de minerales en el embarazo, pero con una dieta equilibrada que responda más a la calidad nutricional que a la cantidad. Tu ginecólogo podrá aconsejarte qué comer para que tu embarazo se desarrolle correctamente.

- No importa los kilos que se engorde: Totalmente falso. El término medio de lo que se debe engordar en el embarazo es de 200-300 calorías por día, para al final del mismo, haber aumentado tu peso entre 9-15 kilos. Si bien estas cifras, más que a un peso ideal, corresponden a una media estadística, por lo que depende de cada mujer según su peso y altura antes del embarazo, su actividad durante este periodo, etc.

Y es que es tan malo engordar poco como mucho. En el primer caso, si no lleva una dieta completa, pueden faltarle nutrientes que aseguren su correcto crecimiento, con lo que podrías dar a luz a un bebé de bajo peso para su edad gestacional (BPEG). Y si se engorda demasiado, el exceso de azúcares y grasas saturadas pueden provocar un peso exagerado para el bebé, dificultades en el parto y problemas de obesidad y diabetes a largo plazo en el niño.

- Si una mujer embarazada tiene un antojo debe consumirlo o de lo contrario su bebé quedará marcado: También es falso. El deseo irrefrenable de una mujer de comer algo especial, popularmente conocido como antojos, es causado por los cambios metabólicos y hormonales, que nada tienen que ver con las alteraciones cutáneas de distinta naturaleza que pueda sufrir el bebé. Es habitual que durante este periodo se experimenten cambios en los gustos por la comida, pero en ningún caso esos caprichos culinarios típicos de las gestantes afectarán al feto.

- El jengibre ayuda a combatir las náuseasCierto, la OMS ha reconocido los beneficios del empleo tradicional de la raíz de jengibre para prevenir las náuseas y los vómitos derivados del estado de gestación. En cualquier caso, ha de ser consumido con moderación. Puedes tomar jengibre seco, sin sobrepasar los 2 g por día. También lo puedes comer fresco, 2 g de jengibre seco corresponden a 10 g de fresco. Tómatelo a pequeños mordiscos, chupándolo o bebiéndolo en forma de infusión e incluso utilízalo rallado para aliñar ensaladas y platos. Si te resulta más cómodo puedes optar por las pastillas de jengibre, de venta en herbolarios.

- No se puede comer carne cruda: Lamentablemente es cierto. Durante estos meses está prohibido el consumo de carne poco hecha o cruda como los embutidos, así como de lácteos sin pasteurizar, pescado crudo o verduras sin limpiar adecuadamente, ya que en ellos se pueden encontrar ciertas bacterias como la listeria o el toxoplasma gondii, que provocan enfermedades que en una embarazada pueden llegar a ser graves.

- La comida picante le hace daño al bebé: Si antes del embarazo no te afectaba ninguna comida picante, no hay razón para que ahora perjudique a tu embarazo o a tu bebé, aunque puede aumentar tu riesgo de que presentes acidez estomacal.
 

 

 


Fuente:

¡Es fácil que coman de todo!, de Ada Parellada, con la colaboración de la especialista en alimentación Montserrat Saperas.

Fecha de actualización: 31-05-2020

Redacción: Irene García

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