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Orejas de soplillo en bebés

Orejas de soplillo en bebés

Muchos bebés nacen con las orejas separadas, lo que comúnmente se conoce como orejas de soplillo. Sin embargo, en muchos casos este problema se nota menos conforme el niño crece y hacen lo propio la cabeza y el pelo. En otras ocasiones esta deformidad estética se sigue notando al crecer, lo que puede causar problemas psicológicos en el pequeño.

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¿Por qué tiene las orejas despegadas?

Todos los padres analizan el aspecto físico de sus bebés en cuanto nacen: sus ojos, su nariz, su boquita… y sus orejas. A muchos padres les preocupa que éstas estén despegadas de la cabeza y es cierto que 1 de cada 30 bebés nace con las orejas más separadas de lo normal.

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Este problema no es una malformación congénita ni afecta a la audición del bebé o su salud, es simplemente una deformidad estética que se produce porque en los últimos meses de embarazo la oreja no completó su posición normal respecto a la cabeza. Se debe a que falta uno de los pliegues de la oreja llamado antehelix lo que produce una excesiva profundidad en la concha de la oreja. Normalmente se da en ambas orejas.

Eso sí, para que se considere que está realmente despegada la parte superior lateral debe de estarlo a más de 2 cm de la cabeza. Si no, simplemente estará un poco más salida de lo normal.

 

¿Se pueden corregir las orejas de soplillo?

Como decíamos, las orejas de soplillo no afectan a la correcta audición del pequeño pero sí es cierto que puede afectar a su autoestima y su relación con los demás si se siente acomplejado a causa de este defecto o los demás niños se ríen de él.

En algunos casos las orejas despegadas tienden a notarse menos al crecer ya que la cabeza hace lo propio y el pelo largo o el flequillo pueden disimularlas.

No obstante, si supone un problema para el niño puede recurrirse a varios métodos para juntarlas más al cráneo:

- Otoplasia: operación de cirugía plástica y estética en la que se corrige este defecto. Es una operación muy sencilla y rápida que se suele realizar con anestesia local y la recuperación es muy rápida.

Antes se pensaba que no se podía realizar esta operación antes de los 7 años, pero se ha comprobado que desde los 3 años es una intervención muy segura. En estas edades el cartílago de la oreja es muy elástico y maleable, por lo que se puede plegar con facilidad para corregir su forma, así que también es eficaz. Además, se ha comprobado que el realizar esta cirugía precozmente no altera el crecimiento posterior de la oreja.

No obstante, se recomienda esperar porque, a veces, al crecer el resto de la cara las orejas se notan menos despegadas, por lo que puede ser innecesario realizar la cirugía. Asimismo, es necesario realizar una serie de curas tras la intervención y, cuanto mayor sea el niño, más sencillas serán estas.

Por lo tanto, la otoplastia en bebés se aconseja cuando las orejas son muy prominentes (más de 25 mm de separación), muy planas (oreja escafoidea) o cuando presentan aspecto de cuenco o de copa. En estos casos se sabe que la forma del pabellón auricular no va a mejorar por sí sola.

- Método Auri: desarrollado por unos especialistas daneses, consiste en sujetar las orejas durante el día con unas tiras hipoalérgicas y por al noche con un clip de plástico. Se debe llevar a cabo este tratamiento durante unos 6 meses y es más eficaz cuanto menor sea el niño ya que las orejas de los recién nacidos son más maleables.

- DisRas: creado por una madre extremeña, es un corrector que se puede comprar en las farmacias y consiste en una prótesis de silicona transparente que se coloca detrás de la oreja y se adhiere a la cabeza pegando las orejas al momento. Hay que cambiar la prótesis cada 15 días. Lo que no está comprobado es que corrija el problema, pero sí que atenúa el defecto estético al instante. No se recomienda en menores de 3 años.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 26-05-2021

Redacción: Irene García

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