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Las mucopolisacaridosis en bebés

Las mucopolisacaridosis en bebés

Son un grupo de enfermedades hereditarias metabólicas cuya causa principal es la ausencia o deficiencia de ciertas enzimas necesarias para el funcionamiento de las moléculas glicosoaminoglicanos o glucosaminglucanos, cadenas largas de hidratos de carbono presentes en nuestras células y responsables de construir los huesos, tendones, cartílagos, piel, tejido conectivo, etc.

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Indice

 

¿Qué son las mucopolisacaridosis?

Las mucopolisacaridosis (MPS por sus siglas en inglés) son enfermedades hereditarias transmitidas a los hijos por padres portadores del mismo gen afecto (a excepción de MPS II o enfermedad de Hunter en que la madre es únicamente la portadora).

Es un tipo de enfermedad rara que aparece cuando la persona que la padece no produce cantidades suficientes de alguna de las 11 enzimas necesarias para tyransformar estas cadenas largas de hidratos en moléculas más sencillas.

Se trata, en concreto, de cualquiera de las once enzimas que se considera que son fundamentales en los procesos de construcción de huesos, tendones, cartílagos u otros elementos claves del cuerpo. Estas enzimas transforman los carbohidratos complejos o mucopolisacáridos, que son carbohidratos complejos, en moléculas simples.

Con el paso del tiempo, este mal funcionamiento provoca la acumulación en las células de los glicosaminoglicanos, lo que produce daños celulares permanentes y progresivos que pueden afectar al aspecto físico y el funcionamiento interno del organismo.

Los síntomas característicos son la hiperactividad, los desórdenes del sueño, la pérdida del habla en algunos casos, deformaciones físicas y en algunos casos, el retraso mental y la demencia. La esperanza de vida de los niños con estos síndromes no suele llegar a la pubertad.

Existen varios tipos de mucopolisacaridosis según la enzima que se vea afectada. Algunos de los más comunes son:

- Tipo I: gargolismo o enfermedad de Hurler. Existe un defecto de la enzima α-1-iduronidasa. Estos niños pueden vivir hasta la adolescencia y presentan talla baja, deformidades óseas, retraso mental, hepatomegalia, alteraciones oculares y facies de gárgola.

- Tipo II: Enfermedad de Hunter. Déficit de la enzima sulfatasa del iduronato. Produce también alteraciones en el desarrollo físico y mental del niño.

- Tipo III: Síndrome de Sanfilippo.

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- Tipo IV: Síndrome de Morquio.

- Tipo VI: Síndrome de Maroteaux-Lamy.

- Tipo VII: Síndrome de Sly.

 

El síndrome de Sanfilippo

Todas estas enfermedades se clasifican dentro de las denominadas “enfermedades raras”, es decir, patologías poco comunes que se presentan en un número reducido de personas. Hasta hace poco, estas enfermedades estaban prácticamente marginadas, sin embargo, el esfuerzo en los últimos años de las asociaciones de pacientes ha hecho que se investiguen y se busquen nuevas formas de tratar y curar a las personas afectadas por este tipo de dolencias.

Esto es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con el Síndrome de Sanfilippo que, gracias a la Asociación española de la Mucopolisacaridosis y síndromes relacionados (MPS España), ha pasado de ser una enfermedad rara, desconocida e incurable, a convertirse en protagonista de nuevas y esperanzadoras investigaciones de medicina con terapia génica.

Para el presidente de MPS España, Jordi Cruz Villalba, los avances y promesas que existen actualmente en relación con el síndrome de Sanfilippo son el paradigma de lo que está sucediendo, en general, con todas las mucopolisacaridosis, desórdenes lisosomales del almacenaje causado por una deficiencia enzimática. “Hace 10 años no había conocimientos  sobre qué eran estas enfermedades ni, por supuesto, opciones terapéuticas”, afirma Jordi Cruz, quien reconoce que “actualmente estamos recogiendo los frutos del esfuerzo realizado por todos”.

Para algunos de los tipos, de hecho, ya existe un tratamiento útil. “Esto no es fruto de la casualidad”, señala el presidente de MPS España, sobre todo si se tiene en cuenta que las MPS forman parte de las más de 7.000 enfermedades raras que existen descritas, muy pocas de las cuales aún no disponen de terapias apropiadas.

El síndrome de Sanfilippo, como describe la Dra. Mercé Pineda, de la Clínica Teknon y de la Fundació i Centre Mèdic Hospital Sant Joan de Deu (Barcelona), “se incluye dentro de las MPS tipo III: es una enfermedad rara lisosomal en la que todas las células del cuerpo presentan déficit de una enzima, lo que impide degradar y eliminar los glucosaminoglicanos; así, estos van llenando las células hasta que éstas dejan de funcionar y mueren”. El cerebro es el principal órgano afectado en estos casos, aunque los daños también se extienden por hígado, huesos, corazón,…

Se han descrito 4 tipos de síndrome de Sanfillipo (A,B,C,D), según la enzima que falte, aunque la evolución es similar en todos los casos (con una progresión más lenta en los tipos C y D). La más frecuente en España es la del tipo A y, por lo general, suele ser la forma más grave.

Se diferencian tres etapas básicas en el proceso de desarrollo de la enfermedad. La primera comienza con la aparición de trastornos en el habla, desórdenes de conducta, hiperactividad y agitación; la segunda etapa se caracteriza por una pérdida total del habla, la necesidad de acompañamiento al caminar, la imposibilidad de comer sin ayuda (normalmente con alimentos triturados para mejorar su deglución); finalmente, el paciente es incapaz de caminar, requiere atención las 24 horas del día y precisa ayudas respiratorias, medicación crónica para las crisis epilépticas, vigilancia nocturna (apneas) y la alimentación se debe realizar por medio de sondas o botón gástrico, hasta la pérdida total de sus facultades respiratorias.

El síndrome de Sanfilippo, como reconoce el presidente de MPS España y padre de una niña con esta enfermedad, “es una enfermedad muy dura para el paciente y para sus familias, ya que el enfermo va pasando por diferentes procesos debilitantes, todos ellos con una neurodegeneración bastante irregular y severa”.

 

Optimismo en las nuevas terapias

Son, además, muchas las limitaciones que subsisten en el tratamiento médico de esta enfermedad. Tal y como enumera la Dra. Pineda, “no tenemos aún un tratamiento curativo, la respuesta a los fármacos de elección es parcial, resulta especialmente difícil controlar los trastornos de conducta en estos pacientes y no disponemos aún de ningún recurso para evitar la regresión que se produce a nivel cognitivo, motor y del lenguaje ni motora”; según esta experta, “los pacientes se deterioran delante nuestro sin ninguna terapia curativa que poder administrarles”.

Ante esta nefasta evolución, la investigación ha ido logrando en los últimos años importantes aunque lentos progresos. El reemplazo enzimático se pondrá en breve en marcha, tanto tipo A como en el B y probablemente haya más adelante opciones como las chaperonas. En estos momentos, la mayor esperanza para los pacientes radica en el tratamiento génico, ya que los recursos farmacológicos actuales ofrecen resultados discretos. De la misma manera, recalca la experta, “la terapia génica confiamos en que podrá ser un tratamiento curativo para los pacientes con síndrome de Sanfilippo y para otras muchas mucopolisacaridosis”.


Fuentes:

Asociación española de la Mucopolisacaridosis y síndromes relacionados

Dra. Mercé Pineda, de la Clínica Teknon y de la Fundació i Centre Mèdic Hospital Sant Joan de Deu (Barcelona),

Fecha de actualización: 20-05-2021

Redacción: Irene García

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