Bebés prematuros… ¿y después qué?
En los últimos años se ha observado un aumento de las cifras de recién nacidos prematuros, actualmente entre el 9-10% de los niños que nacen, lo hacen antes de concluir la gestación completa. Estos bebés requieren unos cuidados especiales al nacer y un mayor seguimiento por parte de sus padres y de su pediatra. Pero… ¿les quedan secuelas una vez que crecen? ¿Son más propensos a coger ciertas enfermedades? ¿Su desarrollo es más lento? Y sobre todo, ¿qué pueden hacer sus padres para evitar estas enfermedades y estimular su desarrollo?
Indice
- La alimentación y el sueño de un bebé prematuro
- La visión y la audición del bebé prematuro
- Enfermedades a las que son más propensos los bebés que nacen antes de tiempo
- Vacunas y bebés prematuros, ¿qué se hace?
- El aprendizaje escolar
- ¿Cómo ayudar a los prematuro a desarrollarse?
Los bebés prematuros son todos aquellos que nacen antes de la semana 37 de gestación. Los partos prematuros pueden suceder por muchos motivos, aunque los más habituales son hipertensión arterial o preeclampsia, problemas cardiacos o renales, infecciones vaginales o de las membranas amnióticas, placenta previa, parto gemelar, etc.
Los bebés prematuros necesitan un cuidado especial durante sus primeros dos años, sobre todo los que pesaron menos de 1.300 g al nacer y estar un tiempo en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal. Estos bebés nacen sin estar totalmente formados, con lo que su desarrollo es más lento y tardan más tiempo en hacer lo que otros bebés de su edad. Incluso los dientes les suelen salir más tarde. Hay que tener en cuenta que los bebés nacidos a término les llevan unas semanas (a veces hasta 4 meses) de ventaja. Por eso, normalmente, hasta los 2 años de edad no consiguen alcanzar a otros bebés de su edad.
La alimentación y el sueño de un bebé prematuro
Con frecuencia, se les da a los neonatos prematuros vitaminas y hierro adicionales para ayudarles a crecer y mantenerse saludables. Después de más o menos cuatro meses de tomar gotas de hierro tu bebé tendrá aproximadamente la misma cantidad de este mineral que un bebé que nació a término.
Al comienzo, la mayoría de los bebés prematuros necesitan ser alimentados entre ocho y diez veces al día. No esperes nunca más de 4 horas entre una toma y otra de lactancia o se deshidratará.
Lo ideal es alimentarle con leche materna, ya que es el mejor alimento para él. Si no puede succionar directamente, se le puede dar la leche con jeringuilla o cuchara.
Cuando el bebé nace muy prematuro, se le puede alimentar por sonda, un tubito que va de la nariz o la boca al estómago.
Si la madre no tiene leche, se le puede ofrecer leche materna donada o, si no es posible, leche de fórmula especial con fortificadores.
En cuanto al sueño, los bebés prematuros duermen más horas que los bebés nacidos a término, pero lo hacen por periodos más cortos y se despiertan con mayor frecuencia.
La visión y la audición del bebé prematuro
Los órganos no están totalmente desarrollados en un bebé prematuro, sobre todo la vista y el oído. Los prematuros son más propensos a sufrir estrabismo (que suele desaparecer solo con los meses) y una enfermedad de medicina ocular llamada retinopatía de la premadurez (ROP por sus iniciales en inglés).
La ROP suele producirse en bebés nacidos antes de la 32ª semana. Es el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de los ojos. En el desarrollo, los vasos sanguíneos crecen desde la parte posterior-central del ojo hasta los bordes. Este proceso finaliza sólo unas semanas antes de la fecha de término de la gestación. En los prematuros no está terminado. Si el crecimiento de los vasos sanguíneos sigue normalmente, el bebé no desarrolla la ROP. En cambio, si los vasos crecen y desarrollan ramas anormales, el bebé presenta esta anomalía. En muchos casos no hace falta tratamiento; si hiciera falta, consiste en detener el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos con láser o con crioterapia (congelamiento) para proteger la retina y preservar la visión.
También se cumple que un mayor índice de prematuros necesita gafas, ya que la mayoría desarrollan miopía.
Los bebés prematuros también tienen mayor probabilidad de tener problemas de audición. Si notas que tu bebé parece no oírte, consulta enseguida a tu pediatra. También puedes hacer tú una pequeña prueba haciendo ruidos detrás o a un lado del bebé. Si no vuelve la cabeza, o no salta cuando hay un ruido fuerte, informa a tu médico.
Enfermedades a las que son más propensos los bebés que nacen antes de tiempo
Como es lógico, ni todos los niños presentan estas enfermedades ni tienen que padecerlas todas. Hay bebés prematuros que se desarrollan de manera normal. Dependerá de la edad de gestación a la que nacieron y el peso que tuvieron, así como del crecimiento y desarrollo posterior.
- Síndrome de dificultad respiratoria (SDR). La mayoría de bebés prematuros presenta problemas respiratorios, más aún si la madre fumó durante el embarazo. Los bebés con SDR carecen de una proteína llamada surfactante, proteína que impide que los pequeños sacos de aire que hay en los pulmones se colapsen. Además del tratamiento con surfactante, los bebés con SDR pueden necesitar oxígeno adicional y asistencia respiratoria mecánica para mantener dilatados los pulmones. Los bebés más enfermos pueden necesitar temporalmente la ayuda de un respirador que respire por ellos mientras sus pulmones maduran.
- Apnea. A veces, los bebés prematuros dejan de respirar durante 20 segundos o más. Esta interrupción en la respiración se denomina apnea y puede ir acompañada de una reducción en el ritmo cardíaco y el bebé adquiere un tono azulado (cianótico). Los bebés prematuros tienen que estar bajo observación constante para detectar cualquier caso de apnea. Una vez que madura el sistema respiratorio, pasa el peligro.
- Hemorragia intraventricular (HIV). Las hemorragias cerebrales son comunes en algunos bebés prematuros, en particular aquellos nacidos antes de las 32 semanas de gestación. Normalmente, estas hemorragias se producen durante los primeros tres días de vida. Casi todas las hemorragias son leves y se resuelven solas. Las más graves pueden provocar daños cerebrales. En estos casos, los cirujanos suelen introducir un tubo en el cerebro para drenar el líquido.
- Conducto arterial patente (CAP). El CAP es un problema cardíaco comúnmente observado en los bebés prematuros. Antes del nacimiento, una arteria grande llamada conducto arterial hace que la sangre se desvíe y no pase por los pulmones ya que el feto recibe el oxígeno que necesita a través de la placenta. Normalmente, el conducto se cierra poco después del nacimiento para que la sangre pueda circular hacia los pulmones y absorber oxígeno. En los bebés prematuros, el conducto no siempre se cierra adecuadamente, lo cual puede llevar a una insuficiencia cardíaca.
- Enterocolitis necrotizante (ECN). Es un problema intestinal que dificulta la alimentación e hincha el abdomen. Si ocurre, hay que alimentar al bebé por vía intravenosa mientras se le trata con antibióticos.
- Ictericia. Los bebés prematuros tienen más probabilidades que los bebés nacidos a término de desarrollar ictericia ya que sus hígados no se encuentran lo suficientemente maduros. Se trata con fototerapia y mediante transfusiones de sangre.
- Anemia. Los prematuros normalmente no tienen suficientes glóbulos rojos, ya que los bebés almacenan hierro en los últimos días de embarazo para producir suficientes glóbulos rojos al nacer. Pero a los prematuros no les da tiempo. Estos bebés pueden tratarse con suplementos dietéticos de hierro, medicamentos que aumentan la producción de glóbulos rojos o, en último término, con transfusiones de sangre.
- Enfermedad pulmonar crónica o displasia broncopulmonar (DBP). Es un trastorno pulmonar crónico que afecta principalmente a los bebés prematuros que requieren tratamiento permanente con oxígeno suplementario. Estos bebés acumulan líquido en los pulmones y sufren cicatrices y lesiones pulmonares. Se tratan con medicamentos que facilitan la respiración y, poco a poco, se interrumpe el uso del respirador.
- Infecciones. Sus sistemas inmunológicos no están tan desarrollados, con lo que no son capaces de combatir las bacterias y virus que causan neumonía, sepsis o meningitis, entre otras. Para evitar las infecciones, es fundamental una higiene escrupulosa para prevenir el contagio de los virus respiratorios en la familia. Esas medidas son el lavado de manos con agua caliente y jabón, el evitar reuniones familiares grandes, evitar fumar en presencia del niño, desechar pañuelos usados, limpiar el entorno del bebé o no permitir que se acerquen a él personas resfriadas.
Vacunas y bebés prematuros, ¿qué se hace?
La tendencia de los últimos años es vacunar al bebé igual que si hubiera nacido a término, es decir, seguir el calendario de vacunación normal. Hay que vacunar según la edad real del niño. También se recomienda vacunar contra la gripe durante los 2 primeros años de vida a todos los niños que hayan sido prematuros.
El aprendizaje escolar
En la edad escolar, algunos de los niños que fueron prematuros presentan ciertos problemas:
1. Problemas de coordinación entre la vista y el movimiento: Copiar imágenes o palabras, especialmente si hay muchos objetos en la imagen; armar rompecabezas; aprender a escribir …
2. Problemas del habla: les cuesta seguir instrucciones; 0poner las cosas en un orden lógico; tienen un vocabulario deficiente para su edad; les cuesta aprender a leer; evitan participar en clase; tienen dificultad para recordar palabras.
3. Problemas del pensamiento: tienen mala memoria; les cuesta entender las conexiones espaciales de tamaño y distancia; tienen problemas para relacionar símbolos y sonidos; tienen dificultades con el pensamiento abstracto; les cuesta tomar decisiones.
¿Cómo ayudar a los prematuro a desarrollarse?
Además de cuidar mucho su crecimiento y llevarle al pediatra tan a menudo como se recomiende para seguir de cerca su desarrollo, existen una serie de pautas que los padres deben seguir para ayudarle a estimular su mente:
• Dale al bebé un ambiente interesante y juguetes educativos.
• Deja que explore su alrededor.
• Háblale mucho.
• Usa muchas expresiones faciales.
• Cántale.
• Léele en voz alta desde pequeño y continúa haciéndolo hasta que lea por sí solo.
• Juega con él y enséñale algo nuevo cada día.
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