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Bebés con lunares

Bebés con lunares

Los lunares son un tipo frecuente de crecimiento en la piel. Normalmente estos aparecen como pequeños puntos marrones oscuros que son causados por grupos de células pigmentadas. Por norma general, estos lunares suelen aparecer en la infancia o en la adolescencia. ¿Tiene tu bebé lunares? ¿Es peligroso? Te lo contamos…

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Índice

 

¿Cómo son los lunares?

La mayoría de las personas adultas por norma general suelen tener entre diez y cuarenta lunares aproximadamente. Muchos de ellos pueden cambiar de aspecto o desaparecer con el tiempo. Además, la gran mayoría de los lunares suelen ser inocuos, aunque en algunos casos podrían suponer algo más grave. Pero ¿es frecuente que los bebés tengan lunares?

Lo cierto es que según la dermatóloga Jatziri Chávez, “solamente el 1% de los bebés nace con lunares, ya que la aparición de estos comienza normalmente entre los seis primeros meses y el primer año de vida".

El típico lunar es ese lunar de color marrón que tenemos la gran mayoría en alguna parte del cuerpo, aunque lo cierto es que en cuanto a color y textura dependerá del lunar, pues hay algunos más bien de color canela o rosados, y otros marrones o incluso negros. Además, la textura también va a ser algo que dependerá del lunar que aparezca puesto que algunos pueden ser más suaves, otros pueden tener relieve y en algunos puede aparecer vello. El tamaño de los lunares también va a variar porque hay algunos lunares bastante más grandes que otros.

Además, también se ha de tener en cuenta que las manchas café que todos nosotros tenemos se conocen como nevos melanocíticos, mientras que todos aquellos lunares registrados desde el nacimiento reciben el nombre de nevos congénitos, aunque ambos deben monitorearse de forma periódica. Además, recordad que las imperfecciones en los más pequeños requieren de atención especial. Son los nevos congénitos los que presentan mayor riesgo de ser lunares malignos. No obstante, no solamente como decíamos hay que llevar el control del número de lunares sino también cualquier cambio de forma o tamaño, e incluso color que podría estar indicado algún tipo de anormalidad.

Existen dos grandes tipos de nevus:

- Nevus congénitos: son aquellos lunares que ya están presentes desde el nacimiento o que aparecen en los dos primeros años de vida. Su incidencia está entre el 1 y el 6%. Suelen ser lunares planos o abultados con más vello que el resto de la piel. Su tamaño va desde los pocos centímetros hasta ocupar grandes áreas (nevus gigantes). Crecen a medida que el niño crece.

- Nevus adquiridos comunes: son los más frecuentes y, aunque pueden aparecer a lo largo de toda la vida, suelen hacerlo con mayor frecuencia durante la infancia y adolescencia. Su tamaño es generalmente pequeño. Los ha de muchos tamaños, formas, redondos, planos, abultados, lisos… Pueden aclararse a medida que el niño crece.

La aparición de los lunares va a depender siempre de la herencia genética al igual que sucede con otros factores. Además, a medida que el bebé va creciendo los lunares podrían aumentar.

Es importante acudir a un especialista en dermatología o pediatría para la revisión del bebé ya que la revisión de la piel por parte de un especialista va a reconocer el tipo de mancha. Pero ¿cómo podrán revisarlo los padres desde casa? Pues bien, muy sencillo porque podrán aprovechar el momento del baño o todos esos momentos en los que les cambiamos la ropa al bebé para revisar la piel y observar nuevas apariciones en caso de que las hubiera.
 

¿Un lunar puede convertirse en melanoma?

El melanoma (cáncer de piel) puede aparecer en cualquier parte de la piel y no exclusivamente sobre un lunar o mancha, pero los cambios en los lunares pueden ser señal de melanoma, especialmente en los nevus gigantes.
 

Cambios en los lunares que deben ponernos en alerta

Asimetría: una mitad no es igual que la otra.

Bordes mal definidos, que dejan de ser redondeados y se extienden irregularmente por algún lado.

El lunar presente más de un color, sobre todo azul, negro o rojizo.

El lunar sangra, pica o molesta.

Aumenta o disminuye de tamaño rápidamente.

Presenta cualquier tipo de alteración: cambio de color, descamación, cambio de textura, etc.

 

¿Qué debo hacer si le sale un lunar a mi hijo?

El estímulo para la aparición de lunares es en realidad la Luz Solar. Por ello, hay más probabilidad de que le salgan más lunares a unas personas que a otras. De hecho, dependerá de lo sensible que sea la piel de cada uno o de lo que se exponga regularmente al sol. No obstante, lo ideal es que ante la aparición de nuevos lunares se acuda al pediatra con el bebé. Además, la aparición de nuevos lunares suele ser un signo de alarma bastante frecuente. Lo mejor siempre será consultar con un dermatólogo para descartar que el bebé o el niño están ante una lesión que podría llegar a convertirse en un melanoma maligno.

 

 ¿Cómo deben eliminarse los lunares?

Por lo general, la mayoría de los nevus no requieren ningún tipo de tratamiento salvo que afecten a nivel estético, haya mayor riesgo de lesión debido al roce, o el médico indique extirparlo por el riesgo de malignización. 

Los lunares podrán ser eliminados por motivos médicos o bien por motivos estéticos: con cirugía menor o con láser. Pero ¿en qué se diferencian? Lo primero que se debe saber es que eliminar los lunares con láser está indicado especialmente para todos aquellos que tienen un tamaño o relieve pequeño, o aquellos cuya extirpación plantea mayores problemas por el lugar donde se encuentran. Ello, no obstante, no incide en absoluto sobre la piel sana ya que solamente van a producir quemaduras sobre los puntos de un color específico.

¿Y el procedimiento quirúrgico de medicina? Este se utiliza para otras lesiones de un tamaño o profundidad mayores. Se trata de un método bastante más clásico o tradicional porque se trata en realidad de extraer de la superficie cutánea los lunares no deseados mediante técnicas de rasuración o de biopsia por punción.

Y en el caso de que, por ejemplo, el lunar o los lunares no vayan a eliminarse, en algunos casos lo que se decide no extirpar el lunar tanto en recién nacidos como en niños pequeños cuando todavía son los padres quienes tienen la potestad para decidir si se le quita o no dicho lunar por lo que será completamente necesario vigilar estos hasta la pubertad cuando la extirpación bajo anestesia local es más factible. Por ello, el seguimiento y vigilancia de estos lunares por dermatólogos especializados es completamente necesaria.

 

¿Es completamente necesario que se eliminen?

Está claro que bajo un punto de vista estético a medida que el niño o la niña crece va a ir desarrollando su lunar y/o lunares pelos terminales gruesos que van a ir adquiriendo también un aspecto abultado y verrugoso. Es por este motivo por lo que cuando los lunares se presentan en zonas muy visibles a edades, quizás, desde un punto de vista médico, muy precoces, pueda ser deseable su extirpación, aunque también se ha de tener en cuenta que cuanto más grande sea el lunar más posibilidades tiene este de transformarse en un melanoma.


Fuentes:

Nieto, Marianela; Hernández, Manuela (2009), Ya estoy en casa. Preguntas y respuestas clave para el cuidado del bebé. Eduforma.

Fecha de actualización: 29-06-2021

Redacción: Ana Ruiz

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