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Cómo enseñar a no pegar

Cómo enseñar a no pegar

Los niños cuando son muy pequeños y no llegan a los tres años aún les cuesta hablar y mostrar sus sentimientos. Como consecuencia, en la mayoría de las ocasiones para mostrar su enfado muerden o pegan a otros niños e incluso a adultos. La mayoría de las veces, los padres creen que el mejor método es devolverle el dolor para que comprendan que eso no se debe hacer. Pero, ¿es lo correcto?

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Índice

 

¿Por qué mi hijo pega?

Cuando cumplen los 18 meses tras el embarazo y el parto se inicia una etapa complicada para los pequeños porque no pueden comunicarse totalmente a través del lenguaje, etapa que suele durar hasta los 30 meses. Como medio de exploración para conocer todo lo que les rodea se basan en morder y pegar a cualquier cosa que les rodeé, incluidas personas. Sin embargo, cuando comienzan a hablar las mordeduras desaparecen, pero los golpes suelen perdurar varios años más.

Para evitar estas situaciones, lo primero es averiguar el motivo por el que tu hijo pega a otros niños o adultos. Debes fijarte en qué lugares lo hace, si es en tu casa u otros lugares particulares, o en la guardería o colegio. Igualmente, lo primero que debes pensar es que tu hijo está intentando tratar de comunicar algo. Puede ser porque esté cansado o que exista el riesgo de que sea una respuesta al bullying.

Los niños pegan a menudo por celos, ira, frustración, por no querer compartir… Los peques son muy egocéntricos y para ellos es complicado no ser el centro de atención, por lo que hay que tener mucha psicología con ellos.
 

¿Cómo evitar que el niño pegue?

Hay que hacerle creer que no hay ningún problema con que muestre sus emociones, porque es normal que desencadene sentimientos de enfado o celos, la importancia radica en cómo mostrarla. Para ello debes enseñarle unos comportamientos alternativos. Por ejemplo, en lugar de gritar o pegar, exponle que la mejor alternativa es el diálogo y explicar el por qué está molesto. Si todavía es muy pequeño y no sabe expresarse hazle saber que las manos sirven para dar abrazos y que entienda que pegar te produce desagrado.

Enséñale además que pegando hace daño físico a los demás y puede hacerles heridas, además de ponerles tristes.

Por otro lado, si ves que tu hijo golpea a sus juguetes, intenta que cambie su forma de juego y actúe tranquilamente sin comportamientos agresivos. Es decir, puedes coger un peluche suyo y abrazarlo para que vea que eso lo correcto. Igualmente, hay que intentar evitar que otras personas de la casa se peguen, ya sean hermanos o primos, porque estas posturas las suelen adaptar.

Si ves que pega a un niño, dile claramente “No se pega” y apártale del pequeño para que no le haga más daño. Llévale a otro sitio y explícale que pegar hace daño a los demás. Pregúntale el motivo para ayudarle a encontrar otra forma de resolver el problema que no sea pegando. Rebájate a su altura, mírale a los ojos e intenta comprenderle y ponerte en sus zapatos para ayudarle mejor.

Anímale a pedir perdón, pero no le obligues, ya que el perdón si no es sincero no sirve de nada.

Dile que repita contigo: “Se muerde a los alimentos, a las personas, no”. Debe entender que morder o pegar no es un comportamiento apropiado y tiene sus consecuencias. Por ejemplo, si pega por un juguete, quítaselo.

Finalmente, nunca le devuelvas el golpe a tu hijo porque va a generar sentimientos contradictorios: "mis papás pegan, yo también puedo pegar", además de hacerle sentir mal y acusarle daño físico. El ejemplo es fundamental, así que nunca jamás debes pegar si pretendes que tu hijo no lo haga.

Tampoco le digas frases como “eres muy malo”, porque si se siente avergonzado su enfado podría crecer, además de que los niños no son malos por naturaleza, pueden tener comportamientos poco correctos.

Y no olvides elogiar su comportamiento cuando se porte bien.  Es importante elogiar todas las situaciones que el niño resuelva sin morder o pegar.


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 28-07-2021

Redacción: Esperanza Pavón

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