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Cómo cuidar el pompis de tu bebé

Cómo cuidar el pompis de tu bebé

La piel del bebé es muy suave y delicada, y el contacto frecuente con las heces y la orina en la zona del pañal puede hacer que aparezca la llamada dermatitis del pañal, es decir, irritaciones y rojeces muy molestas para el bebé. Para evitarlo, debes extremar las medidas de higiene en la zona.

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Índice

 

Dermatitis del pañal

Uno de los problemas dermatológicos más habituales en los bebés son las irritaciones en la zona del pañal (pompis, muslos y zona genital). Cuando las heces y la orina se descomponen, liberan amoníaco que puede irritar y ulcerar la piel del bebé. Esto, unido a la humedad de la zona y a una temperatura demasiado alta, favorece la llamada dermatitis del pañal, una reacción inflamatoria que se manifiesta en forma de eritema o enrojecimiento de la piel.

Aunque es una lesión que suele desaparecer en unos días, es muy dolorosa y molesta para el pequeño ya que causa mucho dolor e inflamación, y, además, puede reaparecer si no se toman las medidas necesarias.
 

Consejos para cuidar el pompis del bebé

Por eso, debes tener en cuenta estos consejos a la hora de cuidar el pompis de tu bebé:

1- Cámbiale a menudo, si es posible, siempre que se haga del baño. Recuerda que la dermatitis surge como consecuencia de la irritación de la piel debido a la humedad, los cambios en el pH de la piel, el daño por las proteínas resultantes de las evacuaciones o la infección secundaria con bacterias u hongos.

2- En cada cambio, debes limpiar adecuadamente su piel. Usa agua tibia y jabón neutro o toallitas sin alcohol, especiales para pieles hipoalergénicas. Limpia bien entre los pliegues para que no queden restos de sus evacuaciones. No frotes al secar, hazlo con suaves golpecitos.

3- Siempre hay que limpiar de delante hacia detrás, especialmente en las niñas ya que la cercanía del ano a la vagina puede hacer que entren bacterias en esa zona causando infecciones. Levántale las piernas sujetándole los tobillos con una mano y límpiale únicamente la parte exterior de los labios.

En los niños, debes extender la limpieza a la tripa, los muslos y las nalgas ya que es frecuente que se manchen también en esas zonas. Presta especial atención a los pliegues y la zona de los testículos, que deben quedar limpios y secos.

4- Una vez limpio y seco, aplica una pomada protectora o calmante, según esté la piel del bebé, como Vitacilina Pomada Bebé. Las mejores pomadas son aquellas que contienen óxido de zinc, que previene daños a la epidermis y acelera el alivio de pequeñas heridas e inflamaciones; lanolina, un humectante que ayuda a calmar, suavizar e hidratar; vitamina A, que estimula la producción de colágeno; vitamina E, un antioxidante natural que protege a la piel del daño causado por los radicales libres; vitamina D, que ayuda a la cicatrización en la piel; y alantoína, que estimula la regeneración cutánea causada por las irritaciones, roces, grietas y rozaduras.

5- Después, ponle el pañal. Elige un pañal adecuado a su talla y que no le quede apretado para que la piel respire. Además, es importante que sea súper absorbente para que la piel permanezca en contacto con las heces y la orina el menor tiempo posible.

​6- Siempre que sea posible, deja el culito del bebé al aire. Será una sensación que le encante y ayudará a evitar la dermatitis y a curarla si ya le ha aparecido.

Si esta dermatitis se agrava, el eritema se hace más vivo e intenso y empieza a afectar a los pliegues. Y si no se trata con rapidez puede llegar a afectar a la zona de las nalgas apareciendo zonas erosionadas, vesículas y pápulas, e incluso puede sobreinfectarse por Candida Albicans. Por eso es importante que adoptes los consejos antes descritos.

 

 


Fecha de actualización: 14-10-2021

Redacción: Irene García

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