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Bebés con pecas

Bebés con pecas

Las pecas (o efélides) son manchas oscuras de la piel, pero su origen es diferente al de los lunares. No hay un acúmulo de melanocitos sino que son células normales que producen más melanina de lo habitual. Y, como en la mayoría de los casos, suelen aparecer estas tras la exposición solar no están presentes en el nacimiento de los bebés. Son más típicas, eso sí, en bebés y niños de piel clara y hay que saber que tienen un componente familiar importante, pero hay más…

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Índice

Las pecas son, en definitiva, esas manchas pequeñas, redondeadas y de color marrón que salen en la piel del cuerpo humano, en especial en el cutis. A estas se las conoce también con el nombre “efélides” y son un tipo benigno de mancha en la piel que aparece debido a un aumento del pigmento de melanina en la epidermis.

Para muchos profesionales de la salud en realidad dichas pequitas son una lesión benigna formada por las células que sintetizan el pigmento de la piel o melanocitos y que se manifiestan habitualmente como una mancha de color marrón o negro de medida pequeña en la piel. Para diferenciarlas de las manchas hay que saber que las pecas son de color marrón claro o rojizo y de un tamaño pequeño, mientras que las manchas solares o lentigos tienen un color que varía desde el marrón claro al oscuro.
 

¿Por qué aparecen las pecas?


Pues bien, lo cierto es que las pecas son pequeñas manchas en la piel que pueden presentarse por una predisposición genética o también por la falta de cuidados a la exposición solar. Cuando aparecen en bebés, por tanto, suele ser más bien debido a la predisposición genética, sobre todo si odavía son muy pequeños y no les ha dado casi el sol. Las pecas, de hecho, tienden a ser un rasgo genético especialmente cuando los miembros de la familia tienen piel y cabello de tonalidad clara.
 

¿Son malas las pecas?


Lo cierto es que la gente con mucha frecuencia pregunta si las pecas son o no malas y, aunque la respuesta en realidad es que no lo son y que no van a malignizar, con lo que sí suelen relacionarse es con “daño solar” que nos indica que es una piel clara que ha recibido bastante sol a lo largo de la vida y por ello el riesgo de sufrir cáncer de piel es también mayor. La manera de prevenir que estas aparezcan y se intensifiquen para disminuir el riesgo de cáncer de piel es evitar la exposición solar y utilizar protección solar 50+ todo el año.

En el caso de los bebés y niños, por ejemplo, no malignizan, pero al tener tantas manchas sí podría hacer más difícil descubrir lesiones de riesgo. En este caso en concreto estos niños van a requerir una protección solar máxima porque además son los mismos que suelen tener una piel muy clara y, como consecuencia de ello, también un mayor riesgo de quemaduras solares y otras lesiones de la piel.
 

¿Cuándo consultar con el pediatra?

Has de tener en cuenta que si tu bebé tiene pecas y lunares antes de los seis meses, estos son grandes, tienen formas o colores raros o incluso crecen rápidamente deberás consultar con el pediatra cuanto antes para que sea él quien pueda hacerle a tu pequeño una adecuada valoración.
 

¿En qué se diferencian las pecas de los lunares?


Tanto las pecas como los lunares es algo de lo que en algún momento se va a hablar o bien va a pasar por la cabeza de los progenitores, pero hay que saber diferenciarlos. Los lunares son lo que en términos médicos llamamos “nevus melanocítico”. Estos están formados por melanocitos, que son las células que contienen la melanina y, cuando se agrupan, se ven como una manchita oscura, más oscura que el resto de la piel y generalmente son de color marrón o negro.

Y las pecas, por otra parte,  son manchas oscuras de la piel, células normales que producen más melanina de lo habitual. Pero, a diferencia de las pecas, suele ser bastante raro que los lunares estén presentes en el recién nacido porque habitualmente aparecen alrededor de los seis o doce meses, aumentando en número y en tamaño hasta más o menos los 25 años, momento además a partir del cual ya no deberían salir nuevos lunares. No obstante, según algunas investigaciones, hasta un 1% de recién nacidos puede tener lunares.
 

¿Qué dicen los expertos sobre las pecas en bebés y niños? ¿Qué se debe hacer al respecto?


Según explican algunos expertos en dermatología y venereología la aparición de las pecas que no solamente se circunscriben al rostro sino también a otras áreas más expuestas al sol como los hombros es más frecuente en los niños a partir de los 7 u 8 años. Y, además, se considera que los efectos de la radiación solar en la aparición de estas manchas sobre la piel tiene su mayor incidencia hasta los 20 años para después ya ir decreciendo y ser bastante rara su aparición a los 30.

Los expertos, además, recuerdan que los padres son siempre un modelo para sus hijos por lo que si ellos se protegen adecuadamente sus hijos también lo harán. Y sí, hay que proteger siempre a los niños del sol, pero también hay que tener en cuenta que, si hay pecas en el rostro de bebés y niños es un indicador de que han tomado mucho el sol y la piel está avisando de no tomarlo más y de que, además, existe la necesidad de una protección mayor. Y, aunque es cierto que existen ya algunos métodos en los adultos para mejorar el aspecto de las pecas, son técnicas muy agresivas para la piel de bebés, niños y adolescentes. De hecho, no se recomienda en absoluto su uso.

Sin embargo, cuando aparecen en los bebés “las pecas” como tal sí son un poco preocupantes según los expertos. De hecho, aseguran que las pecas que se encuentran en los bebés recién nacidos pueden ser parte de un nevo congénito o marca de nacimiento u otros signos de otras anomalías congénitas. Y, aunque parezcan similares, la implicación clínica y la importancia de su presencia al nacer en áreas no expuestas al sol deben abordarse. Cuando empiecen a notarse deberás ir con tu bebé al dermatólogo. Recuerda que, aunque en muchas ocasiones las pecas son bonitas para los niños y aparentemente tienen “algo de estilo”, el cáncer de piel no lo es tanto, así que si tu bebé nace con pecas habrá que concertar cita cuanto antes con su pediatra o con el dermatólogo en caso de que sea necesario porque, aunque probablemente no sea nada, es mejor no lamentarse.
 

El capital solar se agota


Sí, es cierto que nacemos todos nosotros con un capital solar que vamos agotando con cada exposición al sol. Las personas con pieles más claras, de hecho, disponen de una menor cantidad de este capital y es por eso por lo que hay que cuidarlas aún más ya que, además, a largo plazo podrían presentarse algunos posibles problemas como las quemaduras crónicas si no se toman las precauciones. Lo mismo sucede, por tanto, con la piel de los bebés, que al ser tan blanquita en muchos casos y además tan delicada hay que cuidarla mucho más para prevenir en la medida de lo posible esa aparición de las pequitas en los más pequeños.


Fuente:

Stanford Children´s Health: https://healthier.stanfordchildrens.org/es/por-que-los-bebes-no-tienen-pecas/

Fecha de actualización: 11-10-2020

Redacción: Ana Ruiz

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