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Tratamiento de la entesitis

Tratamiento de la entesitis

La entesitis es un proceso inflamatorio de la entesis, la zona de inserción en el hueso de un músculo, un tendón o un ligamento. Causa dolor en la zona, inflamación y enrojecimiento. El tratamiento es similar a la tendinitis.

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Indice

 

¿Qué es la entesitis?

Los tendones son tejidos fibrosos que unen los músculos con los huesos, permitiendo la movilidad. Y el punto justo donde se unen los tendones con los ligamentos del hueso, se conoce como entesis. Cuando la entesis se inflama por diversas causas, aparece una enfermedad llamada entesitis.

Los síntomas más frecuentes son dolor, inflamación, sensación de calor y enrojecimiento en el punto doloroso, síntomas similares a los de la tendinitis, por eso a veces se confunde con esta, aunque el dolor es más localizado o referido, sintiéndose a lo largo del hueso.

La causa principal de la entesitis es un traumatismo tras un golpe o caída, aunque también puede surgir por el sobresfuerzo de la zona al realizar una serie de movimientos repetitivos. Por eso, es más común en personas que practican deportes de riesgo o contacto.

Puede aparecer en la cadera, hombro, rodilla, tobillo...

Sin embargo, también puede aparecer junto a otras enfermedades de reumatología como la espondilitis anquilosante, artritis psoriásica o la artropatía.

La entesitis puede cronificarse acumulando calcio y formando hueso nuevo donde antes había tendón. Por eso, es importante diagnosticarlo correctamente y tratarlo cuando antes. Para ello, puede hacerse una ecografía. 

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Tratamiento de la entesitis

El tratamiento de la entesitis consiste en reposo, uso de antiinflamatorios, infiltraciones y rehabilitación. Si la lesión no mejora, se puede recurrir a la cirugía.

Las infiltraciones de corticoides consisten en introducir por vía intrarticular una sustancia antiinflamatoria esteroidea. De esta manera se alivia el dolor de la zona y se puede reducir la inflamación.

Los antiinflamatorios no esteroideos se usan también para aliviar el dolor y la inflamación, aunque su uso prolongado puede causar ciertos efectos secundarios, especialmente al sistema digestivo.

También hay otros tratamientos alternativos que pueden usarse si lo anterior no sirve. Por ejemplo, la terapia de plasma rico en factores de crecimiento, que permite al enfermo una rápida regeneración y cicatrización del tejido sin necesidad de pasar por quirófano.

O los ultrasonidos y la electroterapia. Este tratamiento consiste en emitir una onda terapéutica mediante un transmisor, generalmente en forma de gel o agua, que trata los problemas de la entesis.

Por último, pueden usarse los TENS o Estimulación nerviosa transcutánea, que alivia el dolor al impedir que las células nerviosas se activen. O a la cirugía o la inmunoterapia. 


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