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Síntomas y tratamiento de la costocondritis

Síntomas y tratamiento de la costocondritis

La costocondritis es la inflamación de uno de los cartílagos que conecta la costilla al esternón (hueso del pecho). Causa un dolor agudo e intenso que puede confundirse con un ataque al corazón, pero no es una enfermedad grave.

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Indice

 

¿Qué es la costocondritis?

Todas las costillas excepto las últimas 2 están conectadas al esternón por un cartílago. Cuando este cartílago se inflama causa dolor torácico. De hecho, es la causa más habitual de este tipo de dolor. 

Entre las principales causas de la osteocostocondritis encontramos las lesiones torácicas, el ejercicio vigoroso, levantar objetos pesados, esfuerzo por toser, infecciones tras cirugías, uso de fármacos por vía intravenosa, artritis reumatoide, artrosis o espondiloartritis anquilosante, infección en una articulación causada por virus, bacterias u hongos (tuberculosis, sífilis o aspergilosis), tumores. Aunque muchas veces aparece sin causa concreta alguna.

También hay diversos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de sufrir esta dolencia, como ser mujer mayor de 40 años. El síndrome de Tietze, una variante de la enfermedad, se presenta en adolescentes y en adultos jóvenes.

El síntoma más común de esta enfermedad es el dolor intenso en el tórax y la sensibilidad de la zona al tacto. Además, puedes causar otro tipo de molestias como:

- Dolor punzante y agudo que puede trasladarse a la espalda o el estómago

- El dolor es más habitual en el lado izquierdo del esternón, por eso a veces se confunde con un ataque al corazón

- Aumento del dolor al respirar hondo o toser

- Sensibilidad al presionar la zona que une la costilla con el esternón

- Menos dolor al estar quieto y más al hacer ejercicio físico o moverse

- Afecta a más de una costilla


¿Cómo se trata esta afección?

Lo primero para administrar el mejor tratamiento es confirmar el diagnóstico, lo cual se puede hacer mediante una historia clínica, un examen físico y una radiografía de tórax. Durante la exploración física el médico palpará el esternón para comprobar si hay zonas más sensibles o hinchadas.

Si bien no existe un análisis de laboratorio o una prueba por imágenes para confirmar un diagnóstico de costocondritis, el profesional de medicina puede pedir ciertas pruebas, como un electrocardiograma, una radiografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética para descartar otras enfermedades.

En muchos casos no hace falta ningún tratamiento y la costocondritis desaparece por sí sola en unos cuantos días o semanas.

Sin embargo, puede reaparecer o tardar más tiempo en curarse, lo que puede resultar muy molesto para el paciente. En estos casos se pueden seguir una serie de terapias y consejos para aliviar el dolor y evitar que vuelva a aparecer:

- Aplicar compresas calientes y frías en la zona. El hielo también puede resultar de ayuda.

- Evitar ejercicios o actividades que puedan empeorar el dolor.

- Tomar analgésicos o antiinflamatorios no esteroideos. Si el dolor es muy fuerte, te pueden recetar tranquilizantes que contengan codeína u oxicodona. Pero debe hacerse con cuidado ya que pueden generar dependencia.

- Los antidepresivos tricíclicos se utilizan para controlar el dolor crónico, especialmente si este dificulta el sueño.

- El medicamento para la epilepsia gabapentina también ha sido exitoso en el control del dolor crónico.

- Realizar sesiones de fisioterapia y ejercicios específicos. Los ejercicios de estiramiento, por ejemplo, pueden ser útiles.

- Osteopatía. 

- Realizar terapia de estimulación nerviosa con un TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea), un dispositivo que envía una corriente eléctrica a la zona de dolor para evitar que las señales de dolor lleguen al cerebro.

- Si nada funciona, se puede inyectar un anestésico y un corticoesteroide directamente en la articulación con dolor.


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