¿La algodistrofia se cura?
También conocida como síndrome de dolor regional complejo tipo I, esta enfermedad se caracteriza por provocar dolor, alteración del flujo sanguíneo, trastornos tróficos y deficiencia funcional en alguna extremidad, generalmente la muñeca.
Indice
¿Qué es la algodistrofia?
La algodistrofia o neuroalgodistrofia afecta sobre todo a las extremidades. Su localización más frecuente es la muñeca, aunque también puede darse en rodilla, pie, tobillo o, incluso, toda una extremidad (síndrome hombro-mano o cadera-pie).
Las lesiones suelen ser asimétricas, es bastante raro que aparezcan en ambos lados del cuerpo a la vez.
Generalmente, esta enfermedad aparece tras un traumatismo o después de una intervención quirúrgica. Esto provoca una disfunción del sistema nervioso, los nervios se encuentran alterados, lo que provoca un déficit de vascularización de la zona afectada, causando los diversos síntomas.
Es una enfermedad ósea crónica bastante rara e incapacitante que, aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más habitual en adultos de entre 35 y 65 años, especialmente mujeres.
Los síntomas principales son:
- Dolor crónico intenso en el hueso afectado (no afecta a músculos ni articulaciones)
- Sensibilidad excesiva a estímulos mecánicos o térmicos
- Alodinia e hiperpatia (dolor tras un estímulo débil que no debería causar ningún dolor)
- Debilidad de los músculos
- Incapacidad para realizar ciertos movimientos
- Temblor y contracciones musculares
- Atrofia de la piel y de los pliegues cutáneos
- Uñas engrosadas, de color blanco o con surcos
- Palidez o enrojecimiento
- Edema
- Pérdida de cabello
Existen dos tipos de algodistrofia: La algodistrofia de tipo I o algodistrofia de Sudeck, la forma más frecuente (90% de los casos), que no afecta a los nervios. Y la algodistrofia de tipo II que sí afecta a estos y su pronóstico es menos favorable.
¿Se puede tratar esta afección?
No hay un tratamiento 100% eficaz que elimine del todo los síntomas, aunque sí hay muchas terapias diferentes para atenuar los síntomas. Lo normal es recurrir a fármacos para el dolor como antiinflamatorios o analgésicos opioides, anticonvulsivos, glucocorticoides… uno de los que mejor funcionan son los bisfosfonatos, que disminuyen el dolor y el edema y mejoran la movilidad.
A veces se usan también bloqueos o estimulaciones del sistema nervioso como la estimulación eléctrica transcutánea o la estimulación de la médula espinal.
La fisioterapia también ayuda a mejorar el dolor y la movilidad y se emplean unas técnicas u otras según la etapa de la enfermedad.
La quinesioterapia y la balneoterapia también se pueden emplear. Incluso se puede llevar a cabo psicoterapia si el paciente sufre ansiedad o depresión.
La mejora es lenta y puede durar mucho tiempo, pero si se diagnostica a tiempo el paciente podrá hacer una vida casi normal.
Fuente:
Scielo: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0465-546X2007000200008
Fecha de actualización: 22-04-2022
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