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Cómo dar los medicamentos al bebé

Cómo dar los medicamentos al bebé

Si el pediatra le ha recetado alguna medicina a tu bebé, podrás comprobar que el momento de dársela llega a convertirse, en la mayoría de las ocasiones, en una verdadera lucha entre ambos, ya que cuando estamos enfermos lo exteriorizamos no estando receptivos, y más aún si no nos gusta lo que se nos ofrece; algo que también le ocurre ahora a tu pequeño.

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Índice

 

¿Cuándo dar medicamentos al bebé?

En general, no se debe dar medicamentos al bebé sin consultar antes al pediatra, sobre todo si no se trata de paracetamol o antiinflamatorios, que pueden darse siempre siguiendo las indicaciones previas del médico en cuanto a dosis y motivos en caso de fiebre alta que no se pasa, molestias o dolor causados por alguna infección o por la inyección de las vacunas, etc.

Por lo demás, los antibióticos, antihistamínicos u otros fármacos nunca se deben dar al niño si no hemos ido antes al pediatra para confirmar el diagnóstico y el mejor tratamiento, especialmente en lo que respecta a los antibióticos, ya que mucha gente sigue usándolos ante virus, y no son efectivos contra los virus, solo contra las bacterias. El uso excesivo de antibióticos puede causar resistencias y problemas de salud. 

Así que no des medicamentos sin antes consultar al pediatra o profesional de medicina.


¿Cómo ofrecerle los jarabes o medicamentos líquidos?

Si ya le has tenido que dar medicamentos en alguna ocasión, habrás tenido la oportunidad de corroborar lo verdaderamente inquieto que puede ser tu pequeño, así como su habilidad para escupir todo aquello que no le gusta, haciendo que haya que forzarle a la hora del jarabe; pero incluso así, éste acabará repartido por los lugares donde menos te lo esperes, excepto en su boca.

Los jarabes suelen contener en su envase el método apropiado para su administración, sin embargo, en estas edades, uno de los más eficaces es la tradicional jeringuilla o jeringa de plástico. Para dárselo con éxito, dentro de lo posible, puedes colocar al pequeño en varias posturas: sentado en tus rodillas dándote la espalda, en su sillita frente a ti o como si fueras a darle el biberón. A la hora de introducir la jeringuilla en su boca, hay que orientarla hacia la parte interna, y hacia atrás, de una de las mejillas, administrando el jarabe en pequeñas cantidades para que sea capaz de tragarlo. Recuerda aclarar la jeringuilla tras cada uso. 

Intenta que el bebé esté distraído, que no note que estáis nerviosos por algo o se pondrá a la defensiva. Puedes hacerle alguna gracia, un juego con las manos, cantarle una canción… lo que sea para que esté relajado y puedas darle la medicina.

Si lo escupe entero, dale de nuevo la misma dosis. Si ha tragado la medicina y la vomita al poco, es mejor que le ofrezcas menos cantidad o que esperes un rato por si ha tragado lo suficiente para que le haga efecto y se le pase la fiebre, por ejemplo.


¿Y las gotas en los ojos?

Lo primero que hay que hacer es lavarse bien las manos y preparar todo lo necesario para echar las gotas al pequeño.

Para aplicar el colirio o las gotas para los ojos, utilizados para tratar infecciones oculares, es necesario limpiar el ojo del pequeño con un algodón mojado con suero fisiológico, lavándolo desde el interior hacia el exterior. Con su cabecita mirando hacia arriba, le sujetamos los párpados con una mano, mientras que con la otra le aplicamos el número de gotas asignadas por el pediatra, asegurándonos de que han entrado correctamente. No debes agarrarle ni hacer nada que le pueda resultar “intimidante” o se pondrá en alerta y nervioso. Si puedes, que alguien te ayude, resulta más sencillo.

Si el niño es un poco mayor, puedes explicarle lo que vas a hacer para que no se asuste y contarle que esa medicina es necesaria para curar sus ojos.

Otra técnica, ideal para niños complicados, es colocar una gota en el lagrimal y luego pedirle que abra el ojo. De esa forma, la gota entrará sola, aunque es posible que parte se pierda. Una tercera posibilidad es tumbar al niño de lado y echar la gota en el rabillo, en la parte externa del ojo.


Consejos para otras presentaciones

• Tumbar al niño de lado es una manera eficaz para administrar las gotas para los oídos. Tras limpiar el oído externo con un algodón seco suavemente, tiramos ligeramente del lóbulo hacia atrás para permitir que las gotas entren más fácilmente. Es recomendable dejar al bebé en esta posición durante unos minutos para que las gotas entren en el oído correctamente sin riesgos de expulsión.

• Para ponerle un supositorio a tu bebé, puedes colocarle de varias maneras: tumbado en la cama sujetándole los tobillos y flexionando sus piernas hacia el pecho, o tumbado boca abajo encima de tus rodillas o donde te resulte más cómodo. Sujetándole las piernas, introduce el supositorio, apretándole posteriormente el culito para que no lo expulse.

Por último, no olvides que no debes darle medicamentos si no se los ha recetado el pediatra y que, aún así, deberás prestar mucha atención tanto a la cantidad como al producto que le administres. 


Fuente: Blog EnFamilia de la AEP. 

Fecha de actualización: 09-03-2022

Redacción: Silvia Paredes

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