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Causas y tratamiento del mucocele

Causas y tratamiento del mucocele

El mucocele es una acumulación de líquido salivar que causa un bulto pequeño en el labio. Normalmente se reabsorben solos de manera espontánea pero, si no es así, hay que recurrir a la cirugía.

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¿Qué son los mucoceles?

El mucocele es un bulto pequeño que puede medir entre 1 mm y varios centímetros y que a simple vista puede parecer una ampolla, pero no lo es. Se diferencia de una ampolla en que está cubierto por una gruesa capa de tejido y, además, está situado en una parte mucho más profunda de la dermis. Además, presenta una coloración igual que la mucosa o algo azulada.

El mucocele puede tener un tono entre los colores rosado y azul oscuro, o incluso, si hay sangrado interno, apreciarse como rojo oscuro. Las versiones más superficiales de esta alteración bucal pueden resultar más azuladas o blanquecinas.

Además, cuentan con una textura lisa, suelen ser blandos al tacto y pueden presentar formas redondeadas o ligeramente alargadas.

El bulto puede ir creciendo poco a poco o bien estabilizarse. También puede desaparecer o regresar al cabo de un tiempo.

Normalmente, los mucoceles aparecen tras un traumatismo o golpe en el labio, incluso puede aparecer tras morderte el labio ya que, al morder, puede producirse la rotura de un vaso principal o accesorio de las glándulas salivares, causan la acumulación de la saliva en los planos epiteliales.

Los mucoceles no son dolorosos y aparecen generalmente en la parte interna del labio inferior, aunque también pueden aparecer en el labio superior, la cara interna de la mejilla o la lengua.

Existen varios tipos de mucocele:

1- Mucocele por extravasación. Es el tipo más habitual y es más frecuente en niños y adolescentes. Aparece a causa de mordeduras, piercings en la boca, ortodoncia o hábitos como mordisquear un lápiz.

2- Mucocele por retención. Es menos frecuente y suele aparecer en mayores de 40 años. Su aparición está relacionada con la presencia de un lito o piedra que se forma con las impurezas del líquido salivar y obstruye las glándulas salivares.

Aun así, es un problema poco habitual cuya incidencia oscila entre el 0,4 y el 0,8 % de la población general.


¿Cómo se tratan los mucoceles?

En la mayoría de los casos se curan de manera espontánea con el paso de los días, sin necesidad de hacer nada.

También puedes emplear algunos remedios naturales para que desaparezca como la aplicación de miel para reducir la inflamación o enjuagues bucales diarios para ablandarlo.

Algunos especialistas en odontología creen que puede ser buena la aplicación de esteroides tópicos en la zona, para acelerar el proceso de curación y desaparición de los mucoceles cuando estos se encuentran en una fase inicial de desarrollo. Pero no hay estudios que lo confirmen.

Y si se rompe, puede ser necesario acudir al profesional de medicina para que nos diga cómo cuidar la herida para evitar infecciones.

Sin embargo, si el mucocele no se reabsorbe solo con el tiempo, puede ser necesario recurrir a una pequeña cirugía para abrirlo y drenarlo, especialmente si crece o se vuelve molesto al producir roces o daños al hablar o comer.

Si fuera así, el médico puede usar diversas técnicas quirúrgicas como el láser, para extraer la mucosa. En esta intervención se usa anestesia local, por lo que es una operación ambulatoria que no requiere ingreso.

La opción quirúrgica contempla dos procedimientos diferenciados para la extracción de la molesta protuberancia: cistectomía y cistostomía. La primera se suele realizar cuando el tumor se encuentra en las glándulas salivales mayores, y consiste en inocular completamente la lesión, con su cápsula y contenido.

Mientras que la cistostomía suele aplicarse en aquellos casos en los que los mucoceles se encuentran cerca de estructuras muy importantes, y consiste en la apertura de un espacio entre la cavidad en la que se encuentra el quiste y la superficie exterior.

Después de la operación se recomienda una dieta blanda y fría mientras se cura la herida causada, así como enjuagues con antisépticos para evitar una infección.

Una semana después se retiran los puntos de sutura. Lo normal es que no quede ninguna cicatriz. 


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