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Causas y síntomas de la meningoencefalitis

Causas y síntomas de la meningoencefalitis

La meningoencefalitis es una enfermedad en la que se producen a la vez la infección e inflamación de las meninges y del cerebro (el espacio subaracnoideo y el parénquima cerebral), es decir, meningitis y encefalitis. Aunque es más habitual en bebés de 6 meses a 2 años, puede ocurrir a cualquier edad y se asocia con altas tasas de mortalidad.

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Indice

 

¿Qué es la meningoencefalitis?

La meningitis es la infección e inflamación de las leptomeninges, la cubierta fina que, bajo la duramadre, recubre al encéfalo y a la médula espinal. Pero si esta infección e inflamación afecta también a las meninges, el espacio subaracnoideo LCR y el parénquima cerebral, hablamos de meningoencefalitis.

Esta enfermedad puede estar causada por un virus, una bacteria u otro motivo. Entre los principales virus que provocan la meningoencefalitis encontramos los virus enterovirus, arbovirus y el VIH; entre las bacterias principales la neisseria meningitidis (que causa el 90% de las enfermedades meningocócicas en todo el mundo), el streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae tipo B. También puede estar causada por una infección de hongos como la candida albicans, aspergillus fumigatus, criptococcus neoformans o mucor, protozoos o helmintos.

La familia de enterovirus (EV), que incluye: poliovirus, echovirus, coxsackievirus, rhinovirus y los propios enterovirus, producen en la mayoría de las ocasiones infecciones asintomáticas. Sin embargo, son la causa más común, tanto de meningitis como de encefalitis viral en la edad pediátrica (85-95% en meningitis y 10-20% encefalitis virales, respectivamente).

La inflamación también puede deberse a una enfermedad sistémica, ciertos fármacos, cirugías de la zona, tumores o quistes.


Síntomas principales de la meningoencefalitis

- Cefalea intensa

- Fiebre

- Rigidez en la nuca

- Somnolencia

- Si la meningitis es meningocócica, pueden aparecer puntos hemorrágicos en la piel

- Hipotermia

- Vómitos

- Fontanelas abombadas

- Crisis convulsivas

- Pérdida de conciencia.

Además, si la bacteria se introduce en la sangre diseminándose, causa sepsis meningocócica, un estado mucho más grave que puede ocasionar daños cerebrales e incluso la muerte.
 

¿Cómo se diagnostica la meningoencefalitis?

Es importante definir el cuadro clínico (meningitis, meningoencefalitis, encefalitis…) e intentar identificar la etiología lo antes posible, ya que puede ser importante para el manejo del paciente.

El profesional de medicina debe preguntar por: viajes, infecciones previas, medicación, exposiciones a enfermos, animales, insectos, comida contaminada y revisar el calendario vacunal, así como por otros antecedentes personales y familiares. Se hará también un examen físico y un estudio del líquido cefalorraquídeo. Por último, se puede hacer una resonancia magnética para observar el cerebro.


¿Cómo se trata esta afección?

Los casos víricos suelen ser menos graves y en la mayoría de los casos no requieren tratamiento, el enfermo se cura solo en un par de semanas sin dejar secuelas.

Los casos causados por un hongo u otro parásito pueden requerir medicación para acabar con el patógeno.

Sin embargo, las meningoencefalitis de origen bacteriano son mucho más graves. Por eso existe una vacuna para evitar cuatro tipos de bacterias: meningococo tipo A, B, C, neumococo y haemophilus B. El diagnóstico de la meningoencefalitis bacteriana se realiza analizando una muestra de líquido cefalorraquídeo mediante una punción lumbar para analizar qué tipo de bacteria es la causante. También pueden hacerse otras pruebas como una ecografía o un TAC.

En este caso habrá que administrar gran cantidad de antibióticos. Cuanto antes se detecte el problema y menos grave sea, más posibilidades de curación sin dejar secuelas.

Pero, como decíamos, al ser una enfermedad tan grave existe una vacuna para los tipos más graves. Hasta hace unos años solo se administraba vacuna contra el Haemophilus tipo b, el meningococo tipo A y C y el neumococo, pero desde 2013 existe también la posibilidad de vacunar a tu hijo contra el meningococo B, aunque esta vacuna por el momento no está incluida en el calendario vacunal oficial y, si quieres ponérsela a tu hijo, debes pagarla por tu cuenta. No obstante, se recomienda sobre todo en lactantes menores de 2 años. 

Las encefalitis tienen peor pronóstico que las meningitis, que suelen tener recuperación completa, aunque durante algunas semanas tras el proceso puedan presentar síntomas como: fatiga, irritabilidad, descenso de la capacidad de concentración o incoordinación.

En el caso de la encefalitis, el pronóstico varía en función de la edad (peor en menores de cinco años, neonatos y lactantes), las características del paciente (inmunidad, antecedentes…)... La mortalidad varía en función del virus implicado  y las complicaciones que surjan. Los pacientes pueden presentar secuelas neurológicas como: trastornos del aprendizaje, alteraciones del comportamiento o déficits motores.


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