¿Cómo ayudar a mi hijo con las pesadillas?

Indice

• ¿Qué es una pesadilla?
• ¿Cómo ayudar a mi hijo con pesadillas?

 

¿Qué es una pesadilla?

Es difícil encontrar a una persona que no haya tenido ni una pesadilla en su vida, ya que es parte del desarrollo de cualquiera el haber experimentado este tipo de sueño que provoca una mezcla de emociones entre miedo y angustia.

Seguramente a ti o a tu pareja os pasaba de niños, incluso es normal que todavía experimentéis alguna pesadilla, aunque ahora sois conscientes de que estáis teniendo una o de que eso estabais teniendo al despertar.

A diferencia de cuando eras niño, te das cuenta de que puedes saber fácilmente cuándo algo que soñaste era simplemente eso, un sueño, por lo que sabes identificar sin problema alguno la realidad de la imaginación.

Con lo anterior queremos que entiendas que los sueños también involucran en mayor parte la imaginación de una persona, además de que el contexto que tenga el sueño depende mucho del desarrollo y la etapa de vida en la que se encuentre quien la experimente.

El sueño del bebé comienza a desarrollarse ampliamente cuando su desarrollo es más notorio, por lo no va a soñar lo mismo cuando es un recién nacido que ahora que es consciente de distintas situaciones de la vida, por más sencillas que sean estas.

Para poder ayudar a tu hijo con este problema es necesario que sepas con claridad qué es una pesadilla, además de saber por qué se tienen.

Una pesadilla es una parasomnia relacionada con la fase del sueño REM (movimientos oculares rápidos), es un tipo de sueño en el que la persona experimenta ansiedad, angustia, miedo y puede despertarse por estas emociones.

Una pesadilla es totalmente diferente a un terror nocturno, por lo que debes diferenciar una de otra para poder ayudar a tu hijo cuando experimente una, así que te aconsejo identificar las siguientes señales de una pesadilla.

- Tu hijo puede despertar llorando, pero se va a acordar de qué soñó

- El niño despierta con miedo

- El niño puede describir qué vio o experimentó en el sueño

- Al niño le da miedo dormir por volver a experimentar lo mismo

Un terror nocturno puede presentar las siguientes señales:

- El niño despierta llorando, pero no reacciona

- El niño no se acuerda de su sueño

- El niño vuelve a dormirse cuando se calma

 

¿Cómo ayudar a mi hijo con pesadillas?

A diferencia de los terrores nocturnos del niño, tras una pesadilla puede tener mucho miedo de volver a dormir o quedarse sólo por la noche, ya que sabe que se acerca la hora del sueño.

Un niño no puede diferenciar con facilidad la realidad de la imaginación, aunque esto depende mucho de la etapa en la que tu hijo se encuentre, pero siempre es bueno que le expliques a tu hijo que su pesadilla se trataba de un sueño, pero que su mente es capaz de crearla como una imagen muy parecida a la realidad.

Puedes quedarte con tu hijo cuando haya experimentado una pesadilla, así hasta que pueda dormir más tranquilo y se dé cuenta de que sólo era un sueño.

Cuando el niño te diga que vio algo feo por la noche y te des cuenta de que se trata de algo que no puede ser real, es necesario que le expliques qué es una pesadilla, además de demostrarle las razones por las que no era algo real.

Consuélalo y quédate a su lado hasta que se duerma. Escúchalo con interés y no desdeñes sus miedos ni te burles de sus pesadillas. Una buena opción es buscar con él un final feliz para su mal sueño. 

Puedes intentar contarle cuentos con historias muy felices y coloridas antes de ir a dormir, además de asegurarte de que no está teniendo contacto con objetos o series de televisión que contengan material no apto para menores de edad.

Además, para evitar las pesadillas debes instaurar unos horarios de sueño y cumplirlos, así como una rutina antes de acostarse. Evita las películas o cuentos de miedo y actividades muy estimulantes antes de dormir que puedan causarle ansiedad o estrés. Es mejor actividades relajantes y tranquilizadoras, como leerle un cuento bonito.

Las pesadillas suelen durar hasta los 12 años y no alteran el sueño de los niños ni su descanso, pero si notas que está más cansado, pregunta a su profesional de pediatría.