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Vive una Navidad más ecológica

Vive una Navidad más ecológica

La Navidad implica muchas cosas: alegrías, celebraciones, regalos, estar con la familia… pero también consumismo, derroche, contaminación, etc. Sin embargo, siguiendo una serie de sencillos consejos puedes lograr que esta Navidad sea la primera de una larga lista de fiestas más ecológicas (y por qué no, más baratas) en las que no haya que matar abetos sin sentido, despilfarrar millones de euros en luces o talar miles de árboles para hacer papel de regalo

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Indice

 

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El árbol de Navidad

La mejor opción para respetar el medio ambiente es comprar un árbol artificial, que además nos puede durar muchos años ya que no se estropea de un año para otro.

Sin embargo, todavía hay mucha gente que prefiere el tradicional abeto natural. En España ya no se talan árboles de los bosques para usarlos en estas fechas, sino que hay una producción específica destinada a venderse por Navidad. Los abetos deben comprarse en viveros especializados y en establecimientos que den unas mínimas garantías de la procedencia del árbol.

El árbol debe estar vivo y con su respectivo cepellón (masa de tierra que rodea las raíces) en buen estado, para asegurarnos de que el abeto no ha sufrido daños (ni sus raíces) y que no tiene parásitos. Para saber si el abeto está en buen estado, la Fundación Biodiversidad nos da un truco que no falla: la tierra del cepellón no debe cuartearse ni caerse, sino que debe mantenerse compacta envolviendo las raíces.

Una vez que se lleva a casa, debe tener unos cuidados especiales. Plántalo en una maceta grande, situada en una habitación con temperatura baja y riégalo periódicamente humedeciendo sus hojas con un pulverizador. Lo mejor es tenerlo en una terraza y nunca más de dos semanas. 

Y acabadas las fiestas, viene el segundo problema: qué hacer con él. Lo más conveniente es buscar un servicio de recogida (la mayoría de los ayuntamientos lo realizan), para evitar que se acumulen en las basuras y acaben quemados en cualquier basurero, en vez de reciclarlos y aprovecharlos. Otra opción, si tu árbol tiene raíz, es entregarlo a un centro que lo replante. 

No utilices musgo ni acebo como elementos decorativos, ya que son plantas en peligro de extinción y su recolección está prohibida. De hecho, los frutos del acebo son un recurso alimenticio invernal, cada vez más escaso, para los animales salvajes del bosque. Emplea elementos decorativos artificiales que hacen el mismo efecto y también sirven de un año para otro. Tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán.


No derrochar energía

La cantidad de adornos con luces de esta época también suponen un continuo despilfarro. Las luces del árbol, las del Belén, las que adornan las casas, las calles… Para gastar la menor energía posible conviene usar bombillas de bajo consumo, micro-bombillas o módulos que reducen un tercio el consumo eléctrico pero no la decoración.

También se deben limitar las horas de encendido, tenerlo sólo en momentos especiales y no todo el día y toda la noche. Si los ayuntamientos y comercios adoptaran medidas parecidas, se notaría una reducción enorme en el consumo.
 

 

Recicla la Navidad

Una vez acabadas las fiestas, llega el momento de recoger, guardar los adornos y tirar todos los desperdicios. Todos los años se ven el día 7 de enero contenedores de basura y sus alrededores llenos de papel de regalo, cajas de juguetes y de comida, e incluso los árboles de Navidad o juguetes que han quedado obsoletos ante los nuevos.

Esta desastrosa imagen se debería evitar, ya que cada objeto tiene su lugar de reciclaje. Clasifica cada cosa que vayas a tirar y hazlo en su lugar idóneo. Los cartones al contenedor del papel, los embalajes de comida al amarillo, las botellas al de vidrio, las pilas gastadas al de las pilas… Recicla el papel de envolver que esté en buen estado, aprovéchalo para la próxima vez que tengas que hacer un obsequio. 

Hay que tener cuidado al elegir regalos, ya que muchos de sus envases destruyen recursos naturales y contaminan el agua al fabricarlos. Cuando se convierten en residuos tienen un notable impacto ambiental, tanto si se depositan en vertederos como, sobre todo, si se incineran. Una forma económica de evitar este problema es elegir productos con envases reciclables.

Otro acto ecológico de renovación y reciclaje es comenzar el año haciendo limpieza de ropa, muebles y demás objetos que hace tiempo dejaron de usarse y permanecen guardados en el fondo de los armarios o en cualquier rincón de la casa. Hay organizaciones que se encargan de enviar a países del Tercer Mundo juguetes y ropa que estén en buen estado. Infórmate.

Otras entidades se dedican a recoger y reciclar ropa, ordenadores, máquinas de escribir, muebles... Por su parte, muchos municipios ponen a disposición de sus habitantes servicios especiales de recogida selectiva de residuos.
 

 

Comprar pensando en el medio ambiente

- La comida precocinada implica más envasado y consumo de energía (preparación, conservación...). Los productos frescos, de temporada o menos elaborados resultan más baratos, más sabrosos y tienen menos aditivos (conservantes, colorantes...).

- No compres pieles, ni cosméticos que usen animales para su experimentación.

- Compra juguetes instructivos y pedagógicos. Valora que el juguete no use pilas: es más participativo, ahorrarás dinero y evitarás el impacto que causa su vertido indiscriminado.

 

- Compra el contenido y no el envase. Los envases y embalajes son un problema serio para el medio ambiente. Un 40% de la basura doméstica son residuos orgánicos, del resto, un 80% lo constituyen envases. Este porcentaje crece sin cesar y se dispara en Navidad.
 

Por una Navidad más ecológica

• Año nuevo, vida nueva. Aprovecha el cambio de año para deshacerte de todas esas cosas que ya no utilizas.

• En tus adornos navideños usa lámparas de bajo consumo. Recuerda que las luces navideñas deben ser un elemento de decoración y no de iluminación.

• Sustituye las luces por adornos confeccionados con flores, hojas, ramas de árboles, etc. Si los elaboras tú mismo con tus hijos, pasaréis un buen rato todos juntos a la vez que ahorráis energía. 

• Recicla y reutiliza los adornos de otras Navidades.

• Cuando compres árboles de Navidad, a ser posible, elige aquellos que tienen raíz; pasadas las fiestas podrás acudir a un centro de recogida para su posterior replantación.

• No utilices el musgo ni el acebo como elementos decorativos. Son plantas en peligro de extinción, y su recolección está prohibida en muchas comunidades autónomas.

• Felicita a tus seres queridos con postales de ONG solidarias con el entorno social y medioambiental.

• Incluye en las postales mensajes ecológicos ("deposíteme en un contenedor de papel").

• Elige juguetes y regalos fabricados con materiales duraderos y ecológicos.

• Recupera juguetes ya usados o regálalos a otros niños.

• Decántate por los regalos artesanales. Aprovecha estos días de fiesta para elaborar obsequios personales. Si los trabajos manuales no son tu fuerte, visita las tiendas solidarias de Comercio Justo. Seguro que encuentras algo con lo que sorprender a los tuyos.

• Reutiliza papel de regalo ya usado o, en su defecto, usa papel reciclado.

• Pacta el intercambio de regalos con tus familiares y amigos para no gastar en miles de regalos a cada uno.

 


Fuente: Fundación Biodiversidad. Fundación Consumer. Ecologistas en Acción.

Fecha de actualización: 20-05-2020

Redacción: Irene García

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