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¿Qué hacer si tu hijo te interrumpe constantemente?

¿Qué hacer si tu hijo te interrumpe constantemente?

Muchos niños tienen la mala costumbre de interrumpir constantemente a sus padres cuando están hablando y normalmente en los momentos menos oportunos. Aunque es un comportamiento normal en los niños pequeños, debes ponerle coto para que aprenda a esperar su turno y respetar a los demás cuando hablan.

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Índice

 

¿Por qué los niños interrumpen constantemente?

El primer motivo es que los niños pequeños son muy impulsivos y lo quieren todo al momento. No saben esperar ni tienen paciencia, por lo que, si se les ocurre algo que les tienen que decir o pedir a sus padres, lo hacen al momento, aunque ellos estén hablando cara a cara o por teléfono con otra persona.

Esta impulsividad se debe a que la región frontal del cerebro, encargada de regular la conducta, no se ha desarrollado lo suficiente. Además, su memoria es muy corta, por lo que siente la necesidad de contarles a sus padres inmediatamente lo que quieren o necesitan porque sienten que, si no lo hacen así, se les olvidará.

Ten en cuenta también que, en los primeros años de vida, la mayoría de los padres atienden al momento sus necesidades y deseos, por lo que es normal que se acostumbren a exigir todo al momento y no sepan esperar.

Otro motivo es que no han desarrollado aún el pensamiento reflexivo, responsable de pensar en las consecuencias de nuestros actos, por lo que no se dan cuenta de que, si te interrumpen, te estarán molestando.

Asimismo, hasta los 6 años aproximadamente son muy egocéntricos, solo piensan en sí mismos y creen que todo gira en torno a ellos, por lo que no se dan cuenta de que los demás también tienen necesidades.

Por supuesto, muchas veces también interrumpen para llamar la atención o por celos, por eso no debemos reforzar ese comportamiento.

Con estas edades también están muy orgullosos de todos sus logros y quieren compartirlos con sus padres al momento. Por eso, debes entender que tu hijo no te interrumpe por molestarte, es algo normal, aunque no por eso debe permitirse.

 

¿Cómo lograr que el niño deje de interrumpir?

1- No le prestes atención al momento. Cuando veas que te interrumpe mientras estás hablando, no le hagas caso al momento. Si le atiendes, reforzarás esa forma de actuar. Por eso, es mejor que le digas que espere a que acabes de hablar o de hacer lo que estabas haciendo y luego ya le preguntes qué quiere. Así le enseñas a tener paciencia y controlar sus impulsos.

Si sigue interrumpiendo, agáchate, ponte a su nivel, mírale a los ojos y dile claramente que debe esperar un momento y que le responderás cuando acabes y aprenda a esperar su turno. También puedes tocarle el hombro, mirarle un segundo y girarte, para que comprenda que estás ocupado. Y una vez hayas terminado, dirígete hacia él y pídele que te cuente lo que necesita.

2- Enséñale autocontrol. Aprender a controlarse es complicado, no solo para los niños, pero debemos poner hincapié en esta enseñanza desde pequeños, muy útil para todos los aspectos de la vida. Una forma de practicar el autocontrol es mediante las técnicas de respiración: dile que coja aire por la nariz lentamente y, cuando sienta los pulmones llenos, lo suelte por la boca tranquilamente. Debe hacerlo varias veces, hasta que se note más calmado. Cerrar los ojos y contar hasta 10 también puede ayudarle a tranquilizarse.

3- Explícale cómo interrumpir cuando sea importante. En ocasiones puede que sea necesario que el niño te interrumpa, ya que puede estar en peligro o suceder algo importante que no puede esperar. En estas ocasiones, le debes enseñar cómo interrumpirte de manera educada y sin dar gritos. Por ejemplo, puede colocarte su mano encima de la tuya, tocarte el hombro o esperar enfrente de ti haciéndote algún gesto para que sepas que es importante.

Pero no basta solo con una señal, también debe saber qué situaciones son realmente importantes y le permiten interrumpir, ya que, para él, cualquier cosa que le pase es vital. Establece una lista de prioridades incluyendo diversas circunstancias y explícale en qué consiste cada una y el nivel de urgencia, ya que no es lo mismo hacerse daño que no encontrar un juguete.

4- Sé un buen ejemplo. La mejor manera de enseñar a un niño cualquier valor o aprendizaje es mediante el ejemplo. Si tú interrumpes constantemente a los demás, difícilmente conseguirás que no haga lo mismo. Cuando estés hablando con otra persona, espera siempre tu turno, sobre todo cuando hablas con tu familia y está él delante. Si interrumpes por accidente, pide perdón y cede de nuevo el turno de palabra.

5- No te enfades, le regañes o lo grites, ya que así solo conseguirás que el niño se enfade contigo y monte una rabieta, además de hacerle sentir mal. Lo que debes es, de forma calmada, hacerle ver que ese comportamiento es inapropiado y que le harás caso cuando pida el turno de palabra y le toque hablar, no antes. Por muy nervioso que te pongan sus interrupciones, debes mantener la paciencia.

6- Muestra siempre respeto a tu hijo. Hazle caso, pero al acabar lo que estabas haciendo. No debes ignorarle solo porque ha interrumpido, lo que debes hacer es pedirle que espere su momento y, una vez llegue, hacerle caso. Si le muestras siempre respeto, él hará lo propio contigo.

7- Entrena su paciencia. Como decíamos, la causa principal de las interrupciones es que los niños no saben esperar y lo quieren todo al momento. Por eso, debes entrenar su paciencia en otras situaciones. Por ejemplo, si te pide algo, no se lo des al momento, espera unos minutos. Si quiere ir a algún sitio y no podéis en ese momento, explícaselo y hazle ver que si espera tranquilo, le llevarás.  Si no atiendes a sus peticiones veloz como un rayo, aprenderá a entender que no estás a su disposición siempre y que, en ocasiones, hay que esperar.

Como consejo final, estos consejos no son eficaces al momento, sino a largo plazo, por lo que debes ser paciente y continuar con este tipo de educación, aunque parezca que no funciona de primeras, ya que la educación requiere tiempo y paciencia.

Si además, le dedicas todos los días un rato solo para estar con él y escucharle, verás que, a medida que crece y madura, interrumpe menos, se enfada menos y es más paciente.


Fuente:

Álava, Silvia (2016), Queremos que crezcan felices, Madrid, Actitud de Comunicación.

Fecha de actualización: 02-07-2021

Redacción: Irene García

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