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Mi hijo es muy desordenado

Mi hijo es muy desordenado

Todos los niños tienen la mala costumbre de sacar un juguete, cansarse de él, sacar otro, y así hasta que la habitación se llena de trastos, que luego nunca se acuerdan de recoger. ¿Por qué son tan felices en medio del desorden? La respuesta está clara: les aburre ordenar; pero si no le enseñas desde pequeño, cuando sea adolescente su cuarto parecerá una leonera

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¿Por qué el niño es tan desordenado?

A partir de esta edad, los niños tienen más autonomía y comienzan a jugar solos en su habitación. Se montan sus propias historias y les encanta sacar todos los juguetes que tienen a mano. Pero después, nunca son capaces de recogerlo todo. Y a ti, que te encanta el orden, te parece increíble que una persona pueda ser feliz en medio de ese caos; pero tu hijo lo es. ¿Por qué?

Pues porque a pesar de que en la película Mary Poppins ordenar parecía muy divertido y sencillo, la realidad es que es una tarea que aburre enormemente a los niños pequeños. No les gusta recoger porque significa que ha llegado el final del juego y toca el rollo de ordenar. Les pasa lo mismo que cuando se tienen que ir del parque o dejar un partido de fútbol a medias. No quieren terminar con la diversión.

Para ellos la vida se basa en jugar y pasarlo bien, aún no son conscientes de que también implica responsabilidades y tareas menos agradables. Si una cosa no les gusta, no la hacen. Y es que a los niños les da igual que las cosas estén ordenadas o no.

Pero a esta edad todavía es posible moldear su carácter y enseñarles a dejarlo todo recogido una vez termina el juego. En general es más fácil ser desordenado que ordenado, pero es posible crear el hábito.

 

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¿Cómo enseñar al niño a ser ordenado?

- Para empezar, edúcale en el ejemplo, es decir, en casa todos debéis ser ordenados. Si llegas a casa y te quitas los zapatos y los dejas en el salón, poco le puedes pedir a tu hijo.

- Hazle ver que ser ordenado no es una opción. Hay que serlo y punto. Igual que hay que lavarse los dientes después de comer o ducharse todos los días.

- Sé paciente y no te rindas si ves que no te hace caso. Nunca debes ordenar tú lo que le has mandado a él. Las palabras “anda deja, ya lo hago yo”, deben desaparecer de tu vocabulario.

- Recompénsale si arregla sus cosas sin rechistar. Por ejemplo, proponle ver una peli después o jugar un rato con la consola. Pero no le hagas regalos, no debe asociar hacer lo correcto con ganar un premio obligatoriamente.

- Explícale por qué es necesario ser ordenado: porque mamá y papá también lo son, porque las cosas se encuentran más rápido si están en su sitio, porque la habitación resulta así más agradable (sobre todo para las visitas), etc.

- Facilítale el trabajo: su cuarto debe tener baúles o arcones de plástico y los armarios deben estar a su altura (al menos las baldas y cajones en las que él debe guardar todo).

- Podéis jugar a ver quién es más rápido ordenando. No será tan divertido como en Mary Poppins, pero la competición le gustará (los niños siempre quieren ser los primeros).

- Evita acumular cosas innecesarias o inservibles. Cuando sus juguetes se estropeen y ya no sirvan o no los use, podéis donarlos o, simplemente, tirarlos sin son inservibles.

- Presenta el momento de ordenar como una parte más del juego. Primero se sacan los juguetes, luego se juega y, por último, se ordena todo. Si lo interioriza, le será más sencillo. 

- Sed claros y precisos. Es mejor utilizar frases en las que se concrete lo que esperamos que haga: "Guarda los juguetes en sus cajas" o "Cuelga la ropa en el armario".

- Desde los 2 años se puede empezar a enseñar al peque a ordenar sus cosas. Podéis hacerlo al principio con una canción o cuento para que le resulte más divertido. A medida que crezca, se pueden buscar otras motivaciones como pegatinas, pequeñas recompensas, medallas, etc.

- Avisa con antelación de que la hora del juego se acaba y llega el momento de recoger para que se vaya haciendo a la idea. Incluso puedes dejarle 5 minutos más para que se quede más satisfecho.

- Elogia su esfuerzo, aunque no quede todo perfecto o en su sitio.

- Practicar es la forma de aprender, así que no recojas por él y ten paciencia, verás cómo de mayor es ordenado. 
 


Fuente:

Álava, Silvia (2014), Queremos hijos felices, Madrid, Actitud de Comunicación. 

Fecha de actualización: 23-11-2022

Redacción: Irene García

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