¿Cómo ayudar a mi hijo a adaptarse al Jardín?

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• La adaptación del niño al Jardín de Infancia
• ¿Cómo ayudar a los niños a adaptarse al jardín de infancia?

 

La adaptación del niño al Jardín de Infancia

Algunos pequeños desde muy temprana edad tienen que asistir a la escuela debido a que sus padres tienen la necesidad de dejarlos porque tienen que trabajar, por lo que será importante considerar algunos aspectos para evitar la angustia por la separación y que la asistencia al Jardín de los niños sea placentera y productiva, y no dolorosa y angustiante.

Como padres debemos motivar a nuestros pequeños para que quieran aprender cada día más, y debemos empezar enseñándoles  a ser más independientes, reforzando sus actividades motoras gruesas para que caminen por sí mismos, así como también expresar sus ideas y necesidades a través del lenguaje, sin convertirnos en los adivinos más grande del mundo, impidiendo con esto la fluidez en su lenguaje; con la lectura de cuentos podremos despertar en ellos el deseo de aprender a leer, además de ampliar su vocabulario y proporcionarles aprendizajes a través de las lecturas. 

Con todo esto estaremos preparándolos para iniciar su ingreso al Jardín de niños, en donde se relacionarán con niños de su misma edad, adultos ajenos a su entorno familiar y aprenderán lecciones que le facilitarán la vida reforzando valores y normas de convivencia como el respeto, los límites, saber compartir, ceder, seguir instrucciones… que serán la base para las siguientes etapas escolares y todo esto en un ambiente cordial y de juego.

La adaptación al Jardín de Niños cada pequeño la irá logrando en forma gradual y progresivamente, como individualidades que son y considerando las particularidades de su entorno familiar, tendrán avances y regresiones o puede ser inmediata o demorarse días o semanas.

Para lograr este proceso tendremos que ser pacientes, tolerantes y muy firmes ante las conductas que nuestros pequeños tengan en estos momentos, lo importante será siempre demostrarles cuánto los queremos, sin que esto implique engancharnos con su llanto y rabietas. En estos momentos el pequeño también puede presentar repentinos malestares físicos como fiebres, dolores estomacales y de cabeza, que suelen presentarse hasta que logran el proceso de adaptación a esta nueva experiencia. Será importante observar con atención estos síntomas ya que si persistieran no dudes en consultarlo con su médico de cabecera o con el especialista en conductas infantiles.

Los niños entre los 3 y los 5 años de edad han avanzado mucho en su desarrollo, pero todavía les falta un largo camino por recorrer, por lo que será importante que papá y mamá lo acompañen y lo hagan con calidez y paciencia, para que logre crecer seguro de sí mismo (identidad y autoestima).
 

¿Cómo ayudar a los niños a adaptarse al jardín de infancia?

La elección que se haga del Jardín de niños debe ser la adecuada, ya que a esta edad el niño tiene un gran potencial a desarrollar como su curiosidad, le gusta explorar, experimentar por lo que hay que saber guiarlos sin presionarlos o reprimirlos, responder adecuadamente a sus preguntas con pocas palabras y sin mentiras. Por lo que será importante tomar en cuenta algunos aspectos de la Institución como: la filosofía, currículum, normatividad de trabajo y su reglamento.

Visitad el Jardín de Niños previamente para que familiarizaros con el docente que atenderá  a vuestro pequeño, y podáis observar cómo es la interacción de este con sus alumnos, como responden los niños a sus indicaciones y si están tranquilos y contentos. La educadora deberá ayudar al pequeño en la construcción de nuevas relaciones de apego para que pueda vincularse a un nuevo espacio educativo.

Dedica un tiempo para hablar con tu hijo sobre el Jardín de Niños y las actividades que ahí realizará como por ejemplo colorear, leer cuentos y si en casa inicias con él alguna de ellas le facilitarás su ingreso al preescolar.

Cuanto más calmados y confiados estéis vosotros como padres acerca de la decisión de enviarlo al Jardín de Niños, más seguro se sentirá el pequeño.

El proceso de adaptación requiere paciencia y tranquilidad. El primer día  preséntale a tu hijo su maestra y toma un poco de distancia para que ellos entablen una relación. La educadora deberá conocer ya algunas características de sus alumnos (previamente se le comunicaron el día que la conocieron los padres, o en el proceso de adaptación previo al inicio de clases que se recomienda hagan los niños por algunas horas) para que la bienvenida sea más personalizada y tu pequeño se sienta feliz y seguro a su cuidado.

Si tu hijo se aferra a vosotros y se niega a ingresar a la escuela, no os molestéis, tratad de entender que probablemente aún no ha madurado emocionalmente y no está preparado para enfrentar la separación y la adaptación a un nuevo ámbito social, y esto le provocará ansiedad manifestada en rabietas, llantos, agresividad o malestares físicos, lo que requerirá de la experiencia de la educadora para aplicar estrategias metodológicas afines a los niños y lograr una mejor adaptación de sus alumnos, desde luego con el apoyo de los padres que nunca deberán marcharse sin despedirse, ni a escondidas, así como tampoco prolongar este momento.

Al terminar el día  de actividades, procura ser puntual para recoger a tu pequeño y tomarte el tiempo para platicar y jugar con él para que pueda sentir que solo será por unas horas que no podrá estar con papá y mamá, pero que es tan divertida la escuela como estar con vosotros, anímalo a que te comparta lo que hizo durante la mañana y demuéstrale alegría y entusiasmo por sus logros. No olvides preguntarle a su maestra si surgió algo relevante o las dudas que tengas sobre cualquier cambio que observes en tu pequeño.

De no lograrse la adaptación al paso de un tiempo razonable de los niños al preescolar puede causar problemas futuros en el desarrollo emocional y afectivo, creando niños indecisos, con dificultad para adaptarse a los cambios de manera positiva y poco eficiente, que daría como resultado problemas en el aprendizaje. La alternativa que se debe emplear es acompañar al pequeño en este proceso, teniendo una comunicación abierta y constante entre padres de familia y docentes, trabajando conjuntamente tanto en el hogar como en la institución con amor, paciencia y en beneficio de los pequeños.