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Mitos sobre la enuresis

Mitos sobre la enuresis

La enuresis, la falta de control de la micción, especialmente por la noche, en niños mayores de 5 años, es un problema que afecta a un 20% de la población infantil. Los mitos y tabúes generados en torno a ella han propiciado durante años un malo o nulo tratamiento. Desmentimos algunos:

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Se hace pis porque no quiere levantarse e ir al baño

Falso. Mojar la cama es inevitable para los niños enuréticos. No lo hacen a propósito ni siquiera por pereza. Para entenderlo conviene conocer cómo funciona el sistema urinario: Cuando la vejiga se llena a lo largo del día, emite unas señales al cerebro que le indican que necesita vaciarse. Entonces contraemos los esfínteres controlando la micción hasta el momento de evacuarla. Los niños empiezan a ser conscientes de estas señales a partir de los 2 años aproximadamente, y es aquí cuando comienza el aprendizaje. Ahora bien, algunos, por distintas razones, no perciben esta sensación, sobre todo por la noche, hasta que han cumplido varios años más.
 
Una de las posibles causas de la enuresis es exigir al niño controlar la orina a una edad en la que aún no está preparado, su sistema urinario no es l suficientemente maduro aún para poder llevar a cabo un control de esfínteres, o también se baraja la posibilidad de que estos niños tengan el sueño tan profundo que ni estas señales puedan despertarles. 
 

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Es un problema que se pasa solo

 Es verdad, pero con matices. Casi todos los niños acabarán por no hacerse pis en la cama en algún momento de su vida. Hasta los 3 años es normal que los niños tengan episodios de micción involuntaria durante el sueño. De hecho, la comunidad médica no considera los escapes como enuresis hasta que estos se producen con 5 años y no recomienda tratamiento antes de los 6. Si bien, cumplida esta edad, aunque la curación espontánea suele ser del 10 o 15% antes de los 12, posponer el tratamiento confiando en que pase solo, puede acarrear una serie de inconvenientes en el niño, como pérdida de autoestima, vergüenza, sentimiento de culpabilidad… que crecen a medida que pasa el tiempo.

Una posible solución es despertarle por la noche y llevarle al baño

 

No es buena idea. Seguramente no se solucionará el problema y lo único que se consigue es interrumpir su sueño; el del niño y el de los padres.
 
 

El niño aprenderá si se le castiga lavando las sábanas

Presionando al niño castigándolo o avergonzándolo creyendo que de este modo dejará de hacerse pis es un grave error. No solo no se logrará este objetivo sino que puede empeorar el problema, por no hablar de los daños psicológicos que esto le pudiera ocasionar.
 
 

Es un problema psicológico

El origen de la enuresis no está muy claro, pero los expertos coinciden en que tiene que ver más con factores físicos que psicológicos. No obstante, puede ocurrir que algunos episodios emocionalmente críticos, como cambios drásticos en la vida del pequeño (divorcios de sus padres, muertes de seres queridos, llegada de un hermanito, problemas en el colegio, etc.) desencadenen enuresis secundarias. En estos casos el niño ya no mojaba la cama desde tiempo atrás, pero una situación concreta sirve de detonante para que vuelva a hacerlo. En este tipo de enuresis sí suele intervenir un factor psicológico o emocional. En las enuresis primarias, cuando el menor nunca ha dejado de hacerse pis, la naturaleza del problema parece estar ligada a factores anatómicos, hormonales, patológicos, etc.
 
 

Es un problema genético

Aunque no se sabe con certeza cuál es la causa exacta, parece descartado que esta se encuentre en los genes de los progenitores. Ahora bien, está demostrado que el 70% de los niños que padecen enuresis, tienen padres que pasaron por lo mismo.


Fuente:

Lujano Leyva, Claudia (1999), Control de esfínteres: una propuesta pedagógica para la escuela infantil y el hogar, Ed. Laertes.

Fecha de actualización: 21-01-2022

Redacción: Irene García

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