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Descubriendo los olores

Descubriendo los olores

Aroma a chocolate caliente, mmmm... ¡delicioso! ¿A lejía? ¡Arg! ¿Y el olor a gasolina, a canela o a queso? ¿Son buenos o malos olores? Todo depende de quién lo huela y de las palabras o de las imágenes que acompañen a estos aromas, porque a oler también se aprende

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Indice

 

Solemos subestimar el sentido del olfato, apreciando en primer lugar mucho más la visión y el tacto. Pero el olfato es posiblemente nuestro sentido más primitivo y el primero que usamos al nacer. Casi en el mismo momento, los bebés pueden reconocer los pezones de la madre por el olor a leche.

El olfato es pues un sentido muy interesante que servirá a tu hijo en el futuro no sólo para distinguir entre diversos perfumes sino para escoger los alimentos y apreciar sus sabores, así como para alejarse del peligro. ¡Edúcale desde pequeño a sacar partido a su nariz!
 

Tu olor, tranquilizador

Un aroma es sobre todo una emoción. Y es la trascripción de esa sensación asociada a una imagen, a una palabra, a un momento, lo que tu hijo recordará. No es de extrañar que lo que más le guste a tu hijo sea tu olor, que le reconfortará y le transmitirá seguridad, aunque no estés presente.
 

Construyendo su bagaje olfativo

Las formas, los objetos, los colores que nos rodean o con los que hemos convivido, están cargados de recuerdos asociados a olores, y es tan personal, que resulta muy difícil describir cómo huele algo a alguien que no lo ha olido. ¿Qué siente y con qué intensidad? ¿Con qué grado de acidez o dulzura?

En el olfato trabaja sobre todo el cerebro, por lo que es necesario un trabajo intelectual a la hora de memorizar un olor y recordarlo después. ¿Quieres iniciar a tu pequeño en esta experiencia? Aprovecha el buen tiempo para hacer una escapada al campo con él. La naturaleza es rica en olores y podréis disfrutar del agradable aroma de la hierba, de las moras, de las flores… Impregnaros de todos esos olores y explícale de dónde procede cada uno. Nada define mejor cada olor que su nombre. Si huele a musgo acércate a él y señálaselo: “Mmm… mira cómo huele el musgo. Es esto verde que hay pegado a las piedras ¿Lo puedes oler tú?”. De vuelta a casa puedes llevarte algunas hierbas aromáticas, flores o frutos para jugar al llegar.
 

Educando su olfato

Pero no todo es olor a rosas, a romero o a lavanda. La naturaleza es sabia y en muchas ocasiones los olores son indicativos de toxicidad o de la presencia de alguna sustancia perjudicial para la salud. En los animales, con este sentido mucho más desarrollado, el olor actúa de señal de alarma ante sustancias que deben evitar. Utiliza el olfato también para educar a tu hijo, explicándole por ejemplo por qué no debe poner los calcetines usados cerca de la comida; ya tienes un argumento que entenderá fácilmente. Con los productos de limpieza puedes hacer lo mismo. Mantenlos alejados de su alcance, pero les resultará más sencillo que obedecer si entienden el porqué que prohibiéndoselo simplemente. Déjales oler con cuidado un bote de amoniaco o de lejía, enseguida se darán cuenta de que el olor es desagradable, les pica la nariz e incluso les irrita los ojos. El niño asociará esos productos con un momento molesto, y los evitará.
 

Algunos juegos donde meter la nariz

1. Aplícale aceites de masaje, sales de baño, cremas hidratantes, etc.  El niño asociará el olor a una sensación de bienestar corporal. Esta sensación le predispondrá a descubrir otros aromas.

2. Coloca varios objetos con olores característicos (tu perfume, el aftershave de papá, el gel, su colonia, flores, césped recién cortado, frutas…). Tápale los ojos y deja que lo huela. El juego consiste en adivinar de qué se trata y a qué le recuerda. Aprenderá a reconocer los diferentes aromas y a trabajar su memoria olfativa desarrollando una imagen mental.

3. Sal a la calle y cubre los ojos de tu pequeño con un pañuelo a modo de antifaz. Llévale de la mano con cuidado y al entrar en cada tienda pregúntale dónde estáis. ¿Huele a medicinas? ¡Es una farmacia! ¿A pan recién hecho? ¡Una panadería! ¿Ahora a cartulinas, pinturas y libros? Sí, es una papelería.

 


Fuente:

Fodor, Elizabeth; Morán, Montserrat (2009), Todo un mundo de sensaciones, Madrid, Ed. Pirámide.

Fecha de actualización: 26-05-2020

Redacción: Lola García-Amado

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