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Helados, una sana tentación

Helados, una sana tentación

Tomar helados es sano, ya es oficial. Y más aún, no sólo es sano sino recomendable. Así lo ha demostrado un grupo de expertos quienes, gracias a un estudio, han podido comprobar cómo el consumo de helados ayuda a cubrir la ingesta recomendada de algunos nutrientes esenciales.

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Papel de los helados en la nutrición infantil

Tres helados a la semana puede ser suficiente para mejorar una dieta inadecuada, según un equipo investigador de la Universidad Complutense de Madrid, donde se ha realizado un estudio que además revela que un 13% de los escolares presenta una dieta deficiente, 8 de cada 10 caso podrían mejorarla y tan sólo un 6% puede decir que tiene una nutrición muy buena.

El trabajo también manifiesta que los menores presentan ingestas insuficientes de determinados nutrientes como la vitamina D, que contribuye con el mantenimiento de los niveles normales de calcio y fósforo en el torrente sanguíneo y al mantenimiento de la salud del hueso; el yodo, esencial para el correcto funcionamiento de la glándula tiroidea (encargada de la producción de hormonas, que regulan el metabolismo basal y afectan el crecimiento y grado de funcionalidad de otros sistemas del organismo) y el zinc, importante para el buen funcionamiento del sistema inmunológico y la cicatrización de heridas.

En el caso concreto de las niñas, el informe destaca el consumo deficiente de hierro (el 50,6% presenta aportes inferiores a los recomendados) y de calcio (el 56,2% no consume lo necesario). Según Rosa María Ortega, miembro del equipo de investigación y catedrática de Nutrición de la Universidad “en la población femenina las deficiencias en hierro y calcio son frecuentes y tienen gran impacto en la salud y funcionalidad, concretamente a partir de la adolescencia las chicas presentan importantes pérdidas de hierro debido a la menstruación. Y en lo que respecta al calcio, está muy implicado en el correcto crecimiento y desarrollo, y en la prevención de problemas de salud, como la osteoporosis, en etapas posteriores de la vida”.

 

¡Al rico helado!

Al realizar el estudio los expertos evidenciaron un consumo muy bajo de helados entre la población escolar (sólo un 15,4% manifestaron consumir helados habitualmente) por lo que se plantearon la posibilidad de aumentar la presencia de este alimento en la dieta de los niños, añadiendo 3 helados por semana en el menú de aquellos que no los consumían.

El experimento dio un resultado positivo. Así, al incluir tres helados semanales se observa, además de una mejora global del perfil nutricional, un aumento notable de las cantidades de riboflavina (vitamina B2), vitamina B12, vitamina A y especialmente de calcio, cuyo aporte, gracias a las tres raciones semanales, se sitúa en el 102.7% de lo recomendado.

Asimismo, de este estudio se desprende que, si bien es cierto que con la introducción del helado aumenta la ingesta de energía, el incremento puede ser compensado con un aumento en la actividad de los niños (que siempre resulta deseable y necesaria) ya que son mayores las ventajas nutricionales que se obtienen.

Para las profesoras Ana Mª Requejo y Rosa Mª Ortega, coordinadoras de este estudio, “el consumo actual de helados es muy bajo entre la población escolar por lo que podría ser incrementado sin problemas y con algunas ventajas ya que, como se ha analizado en este estudio, contribuye al incremento del aporte de algunas vitaminas y minerales que se toman en una cantidad inferior a la aconsejada por un elevado porcentaje de los escolares”. Y añaden “otro de los aspectos a destacar es que el helado tiene además un dimensión lúdica y placentera que hace que para el niño sea un alimento apetecible al tiempo que sabemos que le está aportando nutrientes muy valiosos”.
 


Fuentes:

Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid https://www.ucm.es/nutricion1/

Fecha de actualización: 23-05-2020

Redacción: Irene García

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