Cómo prepararse para el embarazo
Cada vez son más las parejas que planifican el momento de quedarse embarazados. Para lograrlo lo más rápido posible y sin complicaciones, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) recomienda la consulta pregestacional previa al embarazo desde el momento en que se desea tener un hijo. Así se reduce notablemente el riesgo de problemas para la madre y trastornos al feto
Indice
- Optimizar la fertilidad
- Tener una alimentación sana para poder embarazarse
- Cambiar el estilo de vida para quedar embarazada
- El impacto ambiental en el embarazo
- Estar en forma para el embarazo
- El papel del padre en la fertilidad
Optimizar la fertilidad
Lo primero que deberéis hacer será dejar los anticonceptivos. Algunos métodos, como los preservativos y el diafragma, pueden dejar de usarse inmediatamente. Igualmente, la fertilidad se recupera casi de inmediato después de dejar de tomar la píldora o de retirar el DIU. En cambio, si utilizas métodos de liberación lenta (como los implantes subdérmicos), debes tener en cuenta que puedes tardar hasta nueve meses en volver a ser fértil, debido a que el anticonceptivo se libera poco a poco a lo largo del tiempo.
También debéis haceros una revisión general de vuestro estado de salud y comprobar una serie de puntos con vuestro profesional de medicina:
- Comprobad vuestra salud sexual. La mayoría de infecciones de transmisión sexual se curan con facilidad, pero pueden causar problemas si se ignoran.
- Si no estás vacunada contra la rubéola, hazlo antes de quedarte embarazada, ya que el bebé puede padecer sordera y ceguera si te contagias de esta enfermedad ya embarazada. También es aconsejable vacunarse contra la gripe si te vas a quedar embarazada en otoño o invierno.
- Realízate una citología para comprobar que todo está en orden y no tienes ningún problema que impida la concepción. De la misma manera, es recomendable que tu pareja se haga un espermiograma, para contrastar la calidad y cantidad de su esperma.
- Si sufres alguna alteración, como anemia, asma, hipertensión, enfermedad tiroidea o diabetes, discute con tu profesional de ginecología u obstetra los riesgos y el tratamiento durante la concepción y el embarazo.
- Estar hormonalmente sanos. El equilibrio hormonal es necesario para la concepción. Las hormonas se fabrican a partir de los nutrientes de los alimentos, de manera que para producir esperma y óvulos sanos necesitamos un sistema digestivo capaz de descomponer y absorber los nutrientes esenciales.
- Preparad vuestro historial familiar y antecedentes étnicos para valorar la probabilidad de sufrir determinadas enfermedades y, en su caso, realizar un estudio genético.
Tener una alimentación sana para poder embarazarse
Hace falta tiempo y preparación para aprender a comer sano. Por eso, unos meses antes debes iniciar una alimentación saludable y coger tu peso ideal, ni muy delgada ni muy gorda. Si no pesas lo suficiente, es más probable que tengas un bebé pequeño. Si estás por encima de tu peso, es más probable que tenga alta presión sanguínea y diabetes.
Las bases de una dieta sana son:
- Proteínas: Las mujeres necesitan alrededor de 45 g de proteínas al día. Las mujeres embarazadas 50-60 g. Cuando se está intentando concebir, es importante asegurarse una cantidad adecuada de proteínas para facilitar el desarrollo del óvulo. La carne y el pescado son las principales fuentes de proteínas, pero también las obtenemos de los productos lácteos, verduras y legumbres como guisantes, judías y lentejas. Sin embargo, demasiadas proteínas tampoco son buenas.
- Hidratos de carbono: Son enérgicamente valiosos, pero lo importante es el tipo de hidratos que comemos y su equilibrio. Los hidratos de carbono complejos son mejores que los simples, ya que éstos producen alcoholes que pueden resultar tóxicos para el organismo y provocan fluctuaciones en los niveles de azúcar. La dieta debe incluir hidratos de carbono complejos como legumbres, cereales, pasta integral y pan. El secreto es evitarlos al final del día, cuando se quedan más tiempo en el organismo.
- Ácidos grasos esenciales: Son importantes para el equilibrio hormonal, el sistema inmunitario y la salud de los ovarios, óvulos y esperma. Debes comer unos 30 g de frutos secos al día y 300 g de pescado graso a la semana. Los suplementos de omega-3 y omega-6 también son recomendables.
- Agua: Beber agua, al menos dos litros al día, te mantiene hidratada, ayuda a la circulación sanguínea, es importante para el transporte de nutrientes y hormonas y para mantener la presión sanguínea. La hidratación también ayuda a tener una buena mucosidad vaginal, unos folículos engrasados y un buen suministro de sangre a las paredes uterinas para que puedan alimentar al óvulo fertilizado.
- Vitaminas y minerales: algunas vitaminas y minerales son esenciales para un buen embarazo, como el ácido fólico, el yodo, el zinc, la vitamina E, el hierro... El ácido fólico se debe tomar en forma de suplementos desde 3 meses antes de la concepción para evitar los defectos del tubo neural.
Cambiar el estilo de vida para quedar embarazada
Antes de quedarte embarazada, echa una ojeada a tu estilo de vida para ver lo que tienes que cambiar:
- ¿Bebes mucho alcohol? Un producto secundario del alcohol es el acetaldehído, que resulta tóxico para el esperma, por lo que hay que reducir su consumo de inmediato. Además, el alcohol agota las reservas de vitamina B y, dado que las bebidas alcohólicas son altamente caloríficas, engordan mucho. Una vez embarazada, deja el alcohol por completo.
- ¿Fumas? Si cualquiera de los dos fumáis, ha llegado el momento de dejarlo. El tabaco duplica los daños provocados por los radicales libres, al tiempo que roba nutrientes esenciales para el desarrollo de los óvulos y espermatozoides. Los hombres que fuman suelen tener una menor densidad de espermatozoides, con menos motilidad y más anomalías.
Fumar duplica el riesgo de una mujer de tener un hijo con bajo peso. La nicotina comprime los vasos sanguíneos del útero, disminuyendo el suministro de sangre al bebé, reduciendo la disponibilidad de oxígeno.
- ¿Duermes bien? Es muy importante dormir las horas necesarias (8 como mínimo) y de manera tranquila. El sueño equilibra el organismo y ayuda a acumular reservas energéticas. Proporciona descanso al cuerpo y al cerebro. Al planear un embarazo hace falta tener en cuenta el estilo de vida (acostarse, preferiblemente, a las 11 de la noche y levantarse a la misma hora cada mañana).
- ¿Realizas ejercicio físico?: el ejercicio físico es importante para la fecundación y el correcto desarrollo del embarazo. Alivia ciertas molestias y reduce el riesgo de complicaciones como diabetes gestacional, obesidad, preeclampsia, parto prematuro, estrés, etc.
El impacto ambiental en el embarazo
Las anomalías en el embrión son una de las causas principales de los abortos tempranos: impiden el desarrollo normal y el embrión muere. Muchos productos son potencialmente peligrosos:
- En casa: Productos de limpieza para el hogar, barnices, perfumes ambientales, pinturas, tintas de impresora, productos de belleza como los tintes o las lacas. Muchos contienen disolventes orgánicos que emiten vapores. El ftalato y el parabeno son sustancias químicas que se utilizan en algunos productos de maquillaje y de aseo.
- Metales a evitar: El plomo se halla cada vez en menor cantidad en la industria y la fabricación, pero todavía se puede encontrar. El plomo presente en los espermatozoides les impide anclarse al óvulo. La vitamina C puede contribuir a la eliminación del plomo en el organismo, junto con la pectina, que se encuentra en las manzanas, peras y plátanos. El mercurio se puede encontrar en el pescado contaminado. Otros metales a evitar son el cadmio (cigarrillos, fertilizantes, alimentos precocinados), el aluminio (cazos, papel de aluminio) y el cobre (joyería, DIU, cañerías de agua).
- Los pesticidas: Hay que evitarlos todo lo posible. Su exposición contribuye a abortos, partos prematuros y defectos congénitos. Hay que lavar bien toda la fruta y la verdura, llevar guantes de goma al practicar la jardinería y evitar repelentes de insectos que contengan DEET.
Estar en forma para el embarazo
El ejercicio regular te hace sentir más positiva y previene la depresión. Mejora la circulación y proporciona energía, haciendo que te sientas menos perezosa. Con 20-30 minutos de ejercicio al día empezarás a notar una mejoría.
Si comienzas o continúas un programa de ejercicios periódicos antes de quedarte embarazada, podrás preparar tu cuerpo para los esfuerzos del embarazo y el parto. La mayoría de las mujeres que hacen ejercicios antes de quedarse embarazadas pueden seguir haciéndolo durante el embarazo, sólo hay que encontrar uno adecuado (caminar, yoga, natación).
Además, practicar ejercicio ayuda a relajarse y a eliminar la tensión y el estrés, malos aliados en el camino de la concepción.
El papel del padre en la fertilidad
Tener un hijo es cosa de dos. Idealmente, desde que la pareja desea traerlo al mundo es conveniente que ambas partes se manifiesten implicadas. Aunque el papel biológico es sensiblemente diferente, el futuro padre debe participar en la gestación acompañando a la madre al médico, compartiendo las tareas de casa, preocupándose por su estado y mimándola.
Además, el embarazo es cosa de dos, así que el padre también debe cuidarse y hacerse pruebas de medicina para comprobar que todo va bien.
Cuando el pequeño llegue al mundo es importante que la pareja esté unida para mantener el equilibrio familiar. El padre no debe sentirse excluido, sino todo lo contrario, tiene que implicarse en todos los cuidados (baño, cambio de pañales, paseo, visitas al pediatra) y derrochar mimos, muchos mimos.
Fuente:
El cuidado del bebé antes del nacimiento, Zita West.
Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Fecha de actualización: 07-12-2021
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