¿La complexión física influye en el parto?

Cada mujer es diferente y la complexión física varía muchísimo de unas a otras. Las hay muy altas, muy bajas, de complexión grande, pequeña, etc. Nada de esto tiene importancia, en principio, ya que lo que realmente puede influir en la progresión de un parto es el tamaño de la pelvis.

Y es una pelvis demasiado estrecha dificultará la salida del bebé por el canal de parto.

Generalmente, la zona pélvica de la mujer sufre una serie de alteraciones durante el embarazo para adaptarse al pequeño, del mismo modo que su cabecita también se adapta al espacio que tiene. Sin embargo, a veces no se consigue un hueco suficiente para que se produzca el parto natural y hay que recurrir a una cesárea.

No obstante, no solo influye el tamaño de la pelvis, también el tamaño del pequeño, la posición en la que esté colocado e incluso la posición de la placenta.

Si tu médico sospecha que tienes la pelvis estrecha, lo que puede dificultar el parto natural, puede medir el tamaño de tus caderas o de la pelvis con un aparato que se llama pelvímetro y hacer un control durante toda la gestación.

No obstante, como decíamos, es difícil saber hasta el momento del parto si el bebé podrá salir o no de forma natural ya que hay muchos condicionantes que tener en cuenta:

- La forma de la pelvis. Una pelvis acorazonada puede requerir fórceps para sacar al pequeño. Las pelvis redondeadas (las más comunes) no dificultan el parto. Las pelvis ovaladas también pueden necesitar fórceps o cesárea. Las pelvis aplanadas tampoco ofrecen dificultad.

- La pelvis no es una estructura rígida y fija sino que puede adaptarse, al igual que el pequeño.

- Si la pelvis es estrecha, el parto en cuclillas puede favorecer la salida del bebé.

- Un bebé no muy grande saldrá más fácilmente aunque la pelvis sea un poco más estrecha que uno muy grande.

Y hay que tener en cuenta que es muy raro encontrar un caso de desproporción pelvis-cabeza.