El origen de los colores de la mariquita

Una de estas mariquitas, que no se sentía nada a gusto con el siniestro físico que le había sido otorgado, y que sentía una gran envidia por los colores vistosos y alegres de las mariposas que animaban el ambiente allá por donde iban, mientras que a ella todo el mundo la rehuía y se santiguaba en su presencia, decidió salir en busca del Creador y exponerle sus quejas

-"Señor". –dijo cuando se encontró ante Él.

–"Respeto tus decisiones y no te pediría esto si contase al menos con un solo amigo en la Tierra que me animase y me aceptase tal y conforme Tú has decidido que sea. Pero es que es tan triste sentirse repudiada y ver como todos huyen cuando yo me acerco. Dicen que soy la enviada de la Muerte y que quien se tope conmigo tiene los días contados. Por favor, Señor, ¿no podrías quitarme el luto de encima y alegrar mis alas con un toque de color? Me harías la criatura más feliz sobre la faz de la Tierra".

El Señor escuchó muy atentamente la petición de aquel pequeño insecto, sin interrumpirle, y se quedó observándolo fijamente durante un instante.

-"Tiene razón." –pensó. –Su aspecto es siniestro y repulsivo. Es comprensible que los demás desconfíen de ella.

Dios aceptó su error pero le molestó la frialdad y el desprecio con el que los demás insectos habían tratado a la mariquita. Por eso cuando le concedió el deseo de cambiar del triste color negro a un rojo vivo y llamativo puso especial atención en conservar algunos puntos negros sobre sus delicadas alas.

-"Quiero que tu nuevo aspecto sea la envidia de todos aquellos que antes te rechazaron por tu fealdad. Los puntos servirán para llamar más su atención ya que el negro destacará aún más sobre el rojo. Pero sobre todo quiero que mantengas algo de negro porque en cantidades moderadas es el color de la elegancia y de la perpetuidad. Es mi intención que este mensaje les quede bien claros a todos aquellos que ahora presumen de belleza y de agilidad, como por ejemplo, la mariposa. Cada vez que vean tus puntos quiero que recuerden que la belleza es efímera y que con el paso del tiempo de nada les sirve, excepto para acentuar aún más los rasgos del tiempo y destacar más las arrugas, sin embargo la elegancia no varía y perdura hasta el final."

Con este mensaje y cargada de ánimos la mariquita regresó a la Tierra, luciendo un nuevo y espectacular traje rojo con puntos negros, que fueron la envidia de todos, como predijo el Señor y que ciertamente le daban un aspecto señorial y frágil. Nunca más un insecto salió huyendo cuando una mariquita se le acerca. Y para los humanos se ha convertido en un símbolo de la esperanza y de la buena suerte.

FIN