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María lleva los tres lechones al colegio

Enviado por jazaks

María lleva los tres lechones al colegio

          Erase una vez una cerda que se llamaba María

. Ella vivía en una finca muy grande y acababa de tener tres lechones: Juan, Fernando y Diego. En el día siguiente ellos fueron conocer a la finca, era una finca muy grande y muy bonita, llena de gramínea y arbustos y había un río. Los 3 lechones pasaban muy bien jugando y bañándose en el río.
          Pasado unos días María  dijo que quería que ellos fueran al colegio porque con el pasar del tiempo los lechones se aburrirían de la finca. Con la noticia Juan y Fernando se quedaron muy contentos y empezaron a hacer planes para ir al colegio. Ya Diego se enfadó y dijo que ir al colegio era un rollo, que le gustaba estar en la finca y que no le gustaba nada la idea de estudiar.
          Juan y Fernando se quedaron sorprendidos porque para ellos estudiar era la posibilidad de conocer a nuevos amigos, aprender a leer, a escribir y a contar los números y también aprenderían otro idioma. Ellos estaban muy contentos. Pero Diego seguía enfadado y no quería ir al cole.
          María intentó convencer a su hijo Diego de que estudiar era muy importante y a la vez divertido, pero Diego insistió en decir que no.
          Por fin llegó el grande día, el día que Juan y Fernando fueron al colegio por la primera vez. Diego se quedó en la finca. Cuando Juan y Fernando llegaron de vuelta del colegio Diego les llamó para jugar y Juan y Fernando dijeron que no podían porque tenían que hacer los deberes y Diego dijo:
          - ¡Ves porque no quiero ir al cole! Si estoy muy bien aquí, hoy he pasado la mañana bañándome en el río.
          - Pero Diego - dijo Juan - Sí es cierto que pasamos muy bien en la finca, sobretodo cuando vamos al río, pero no podemos pasar el resto de nuestras vida sólo jugando en la finca. Tenemos que aprender las letras y los números para después aprender los temas.
          ¡Qué va! - retrucó Diego - Estudiar no vale para nada.
          - No Diego, estudiar nos sirve para aprender cosas que nos hacen la vida más interesante - contestó Fernando.
          - Pues dime para que sirve estudiar, para que sirve ir al cole - preguntó Diego.
          - ¿Te imaginas sin saber leer y escribir? ¿Y no se te ocurre que hasta para comprar el pan es necesario saber contar? - Preguntó Fernando.
          - Y con el pasar del tiempo vamos aprendiendo más cosas para en el futuro poder hacer una carrera, viajar o simplemente para tener conocimiento del mundo en que vivimos, así nos hacemos más curiosos y más queremos aprender. De esa manera no nos aburrimos - completó Juan.
          - O sea, que tu vas a estudiar, estudiar y estudiar, vas a pasar toda la vida estudiando. Yo prefiero quedarme en la finca - dijo Diego.
          Los días pasaban, Juan y Fernando seguían aprendiendo y Diego en la finca. Hasta que llegó el invierno y ya no había gramínea ni arbustos y tampoco era posible bañarse en el río. Mientras Juan y Fernando estaban en el colegio con los amigos aprendiendo, Diego se quedaba en la finca aburrido, el día se hacía muy largo y Diego estaba muy triste.
          Pronto llegó la primavera, Diego volvió a jugar y a bañarse en el río, pero hacía lo mismo todos los días. Ya Juan y Fernando jugaban, charlaban, estudiaban, uno ayudaba al otro, a Juan se le daba muy bien las matemáticas, ya Fernando sacaba muy buenas notas en conocimiento del medio, pero lo importante es que siempre tenían cosas que hacer.
          Por fin era verano otra vez, y como Juan y Fernando habían sacado muy buenas notas ellos ganaron viajes de fin de curso: un día fueron a Toledo para aprender un poco más la historia de su país y del mundo. El otro día fueron a pasar el día en el acuópolis con sus amigos, a final ellos se lo habían curado todo el curso y merecían un día de aventura.
          Mientras Juan y Fernando estaban de paseo, Diego estaba en la finca, cansado de hacer lo mismo todos los días. Estaba arrepentido de no haber ido al colegio, se dio cuenta de que tenía poco conocimiento del mundo en que vivía y empezó a llorar. Su madre María se acercó y preguntó a su querido hijo que le pasaba y Diego contestó:
          - Lo siento mamá, me he equivocado. Creía que estudiar era malo pero me di cuenta que es divertido, malo es no estudiar. Estoy muy arrepentido.
          Su mamá le abrazó y dijo que él tenía que esperar que empezara el curso siguiente. Ella estaba muy orgullosa de Diego por haber dicho la verdad. Y Diego, con la ayuda de Juan y Fernando, empezó a contar cuantos días le quedaba para empezar a ir al cole.

FIN

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