El gato y el ratón

Había una vez un pequeño ratón que salió de su madriguera a buscar comida; en una calle común y corriente se encontró con un gato hambriento que era de la iglesia y lo empezó a corretear, el ratón se paró y le dijo - ¿Por qué quieres cazarme? – y el gato respondió - ¡pues porque tengo mucha hambre! – Y el ratón le empezó a hacer más la plática para que no se lo comiera y en una de esas, se escape del ratón; el gato estaba muy confundido del por qué le hacía mucho la plática

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El ratón le dijo al gato que el por qué vivía en una iglesia, y el gato respondió – por que el señor Doraemon tiene una divinidad espectacular y puede hacer gatos color azul-, el ratón se empezó a reír, el gato se enfadó. Aunque el ratón pensó que Doraemon era un robot y podía hacer cosas inexplicables, después el gato le empezó a explicar que él era salvador de la comunidad de gatos, pero ni así el ratón creía en él; El gato le dio una oportunidad, le dijo que, si creía en el señor Doraemon, lo dejaba libre y en paz; pero pensó el ratón que no le convendría ese trato porque solo era salvador de los gatos pero de los ratones no, así que no quiso el trato; el gato enojado ya no quiso hacer más platica con el ratón así que el gato alzo al ratón y lo llevo directo a su boca y se lo comió ya que cuando platica mucho le da mucha hambre.