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Fimosis

Fimosis

Aunque es un problema bastante frecuente con el que nacen casi todos los bebés y que suele desaparecer espontáneamente con el paso de los años, la fimosis genera cierta duda y temor en los padres, que tendrán que saber diferenciar entre el estado común y cuándo éste se convierte en una cuestión más seria

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Indice

 

¿Qué es la fimosis?

En torno al 80% de los niños menores de seis meses padecen fimosis, un estrechamiento del extremo o abertura del prepucio, que impide su retracción y la exposición del glande; sin embargo, ésta suele resolverse sin ayuda alrededor de los 2 o 3 años de edad, pudiendo diferenciar así tres tipos principales de fimosis:

• La fimosis fisiológica, aquella que puede considerarse normal, no produce molestias, salvo en casos extremos, y suele desaparecer espontáneamente.

• La fimosis congénita o patológica, la que no desaparece con la edad, puede ocasionar otros problemas y suele necesitar cirugía o tratamiento.

. Parafimosis, estrangulamiento del glande por el prepucio

Es decir, al nacer, el prepucio está fusionado con el glande y no se puede retraer, es decir, todos los varones recién nacidos tienen fimosis, pero va desapareciendo durante la infancia y la pubertad. De hecho, hacia los 13 años el prepucio debería poder retraerse dejando el glande al descubierto, tanto cuando el pene está flácido como cuando está erecto. Si no, el niño tiene fimosis.

En el 95% de los recién nacidos es difícil la retracción prepucial. A los 6 meses solo el 20% de los prepucios son retráctiles, al año el 50% son retráctiles y a los 3 años más del 90% son retráctiles. Por eso, solo el 2% de los menores de 17 años padece fimosis.
 

Causas de la fimosis

Existen tres opciones diferentes de la aparición de fimosis:

- La punta del prepucio es demasiado estrecha para pasar sobre el glande, algo normal en niños y adolescentes prepúberes.

 - La superficie interna del prepucio se fusiona con el glande del pene, normal en niños y adolescentes, pero anormal en adultos.

 - El frenillo del pene es demasiado corto para permitir la retracción completa del prepucio, lo que se conoce como frenillo breve o corto).

La fimosis patológica es rara y las causas son variadas. Algunos casos pueden surgir tras sufrir una balanitis (inflamación del glande del pene). Otras veces aparece tras el liquen escleroso y atrófico, un anillo blanquecino de tejido endurecido que aparece cerca de la punta del prepucio. Este tejido sin elasticidad impide la retracción.

Otra causa de fimosis también puede surgir en los pacientes diabéticos no tratados, por infección en el prepucio.

Además, la fimosis en congénita, pero también puede aparecer debido a retracciones forzadas del prepucio de los bebés durante su higiene por los padres, que crea anillos fibrosos en el prepucio y adherencias balanoprepuciales.
 

Síntomas de la fimosis

- Estrechez del prepucio y dificultad para retraerlo

- Dolor al orinar

- Dolor en las relaciones sexuales

- Balanitis: infección del pene debido a la acumulación de esmegma en el espacio balanoprepucial

 - Infecciones frecuentes de orina si la infección del esmegma asciende por la uretra

- Adherencias balanoprepuciales


¿Qué se debe hacer ante la fimosis?

Para confirmar que el pequeño padece fimosis, los padres deberán observar si pueden bajar la piel del prepucio durante la higiene diaria o, para estar seguros, acudir al pediatra, que será quien confirme si se trata tan sólo de adherencias balanoprepuciales o, por el contrario, de fimosis. Sin embargo, esta edad es muy temprana y conviene esperar a que el niño sea más mayor para comprobar si es la situación común que tienen todos los bebés y que acabará desapareciendo.

Aunque hay medidas higiénicas que se pueden llevar a cabo en casa, no conviene realizarlas antes de los dos años, como puede ser la retracción o deslizamiento del prepucio hacia atrás de forma suave y sin forzar, ya que un tirón de forma brusca puede producir heridas en el pequeño, que al cicatrizar cierren aún más el prepucio.

El estiramiento manual puede llevarse a cabo sin la ayuda de un médico. La expansión del tejido promueve el crecimiento de nuevas células de la piel para ampliar permanentemente el estrecho anillo prepucial que impide la retracción.

Hasta hace unos años, si el problema no desaparecía era necesario acudir a la cirugía mediante procesos como la circuncisión o la prepucioplastia. Mientras que la primera consiste en quitar la parte necesaria de la piel del prepucio, quedando parte del glande o entero al descubierto, la segunda sólo requiere una pequeña incisión transversal al anillo del prepucio; sin embargo, actualmente ya no es necesario acudir a estas técnicas de medicina y ver a nuestro pequeño pasar por el quirófano, gracias a la aparición de un tratamiento basado en la aplicación de una crema de corticoides y cuya eficacia ronda el 100%.

A partir de los 3 años de edad, durante unos dos o tres meses y con la ayuda de retracciones suaves, esta opción terapéutica puede solucionar la fimosis sin necesidad de pasar por quirófano.

Otros tratamientos quirúrgicos son: la frenuloplastia, cuando el frenillo es demasiado corto; la hendidura dorsal, se realiza una incisión a lo largo de la longitud superior del prepucio; hendidura ventral, la incisión se realiza a lo largo de la longitud inferior del prepucio; y la prepucioplastia, que consiste en una pequeña incisión a lo largo de la banda de constricción.

 

¿Qué consecuencias puede tener la fimosis?

La fimosis puede tener consecuencias tanto a corto como a largo plazo:

1.    Impide la correcta higiene del glande, lo que provoca la acumulación de una secreción fisiológica denominada esmegma, pudiendo dar lugar a infecciones locales dolorosas y con frecuente presencia de pus.

2.    En algunos casos, la fimosis puede llegar a dificultar la micción o hacerla muy incómoda, llegando incluso a entorpecer la salida de orina o reteniendo un poco de ella y provocando infecciones en las vías urinarias.

3.    Además, la fimosis puede provocar, en el futuro, problemas en las relaciones sexuales, debido a la sensibilidad del glande.

4. Si no se trata, puede causar parafimosis. 

Sin embargo, a esta edad el bebé es todavía muy pequeño, así que considéralo algo normal y no te preocupes, aunque no debes olvidar realizarle inspecciones en la higiene diaria, según vaya pasando el tiempo. Si pasados los 2 años el prepucio sigue prácticamente cerrado, consúlta a tu pediatra, que será quien evalúe la situación y os proporcione los consejos adecuados.
 


Fuente:

Blog EnFamilia de la AEP: "Fimosis, ¿qué es?", https://enfamilia.aeped.es/temas-salud/que-es-fimosis

Fecha de actualización: 29-04-2021

Redacción: Silvia Paredes

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