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Complicaciones en los bebés engendrados mediante reproducción asistida

Complicaciones en los bebés engendrados mediante reproducción asistida

Hasta hace poco, se pensaba que el aumento de los partos prematuros y de los bebés con bajo peso al nacer estaba directamente relacionado con las técnicas de reproducción asistida –o al menos con el hecho de que la mayoría de estos tratamientos dan lugar a embarazos múltiples y se llevan a cabo en mujeres mayores de 40 años. Sin embargo, recientes investigaciones de un grupo de científicos noruegos apuntan a otra causa: la infertilidad de los padres y no las técnicas en sí

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Indice

 

Aumento del número de bebés prematuros

En los últimos años, la cifra de partos prematuros ha aumentado considerablemente. El número de recién nacidos con un peso inferior a un kilo ha crecido hasta en un 39%. Estos bebés con bajo peso no sólo tienen que superar los problemas derivados de su inmadurez al nacer, sino que presentan más complicaciones al crecer: problemas respiratorios, gastrointestinales, dificultades en el aprendizaje, etc.

La principal causa de este incremento es el aumento del número de bebés concebidos mediante reproducción asistida. De hecho, recientes investigaciones revelan que el 30% de los niños que nacen con bajo peso proceden de la reproducción asistida.

Además, el retraso en la edad en las mujeres a la hora de tener hijos y el aumento de los embarazos en adolescentes de los últimos años también ha influido, así como la llegada de población inmigrante que mantiene un menor seguimiento y control de sus gestaciones. 

Diferentes estudios llevados a cabo en la última década mostraron cómo el uso de procedimientos de fertilización asistida suponía un aumento de partos múltiples y de cesáreas. Según sus datos, el 66% de los partos múltiples en los que los bebés pesaron menos de un kilo se debió a técnicas de reproducción asistida. Asimismo, en un 65% de las cesáreas practicadas en los nacimientos de niños de extremo bajo peso, éstos habían sido fecundados mediante estas técnicas.
 

Otras complicaciones

A raíz de este incremento y de los riesgos que presentan los bebés prematuros, se llevaron a cabo numerosas investigaciones sobre los niños concebidos gracias a las técnicas de reproducción asistida.

A través de ellas se pretendía averiguar qué futuras complicaciones podían presentar estos bebés una vez llegaran a la etapa adulta. Esta preocupación se explica por el hecho de que el primer bebé concebido mediante estas técnicas, Louise Joy Brown en 1978, cumple ahora 30 años, con lo que aún se desconoce si estos niños presentarán enfermedades al envejecer derivadas de su concepción.

Estos estudios abordaron 5 tipos de problemas: neonatales, malformaciones, anormalidades genéticas, cáncer infantil y problemas de salud físicas y psíquicas durante el primer año de vida.

Las conclusiones revelaron que no existen evidencias que asocien las técnicas de reproducción asistida con malformaciones, enfermedades genéticas o cáncer; pero sí con bajo peso al nacer, mortalidad perinatal y parto prematuro.
 

Nuevas investigaciones

Por eso, hasta ahora, se pensaba que había una relación directa entre las técnicas de reproducción asistida y los partos prematuros. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que la clave podría estar en la infertilidad de los padres.

Los investigadores, miembros de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Trondheim (Noruega), han publicado recientemente en la revista The Lancet un estudio en el compararon  la salud de bebés nacidos de una concepción natural con la de niños engendrados tras un proceso de reproducción asistida y comprobaron que estos últimos tenían un peor pronóstico: dos veces más posibilidades de nacer antes del término del embarazo y casi tres de pesar menos de 1.500 gramos, entre otros problemas.

"Encontramos diferencias entre ambos grupos, pero no sabíamos si se atribuían a factores relacionados con la infertilidad de los progenitores o a características propias de la tecnología reproductiva", explican los investigadores. Para salir de dudas, realizaron un seguimiento a los bebés (partos únicos, no gemelos o trillizos) nacidos de 2.546 mujeres noruegas que habían dado a luz tanto a un hijo engendrado de forma natural como a otro concebido a través de la reproducción asistida.

Entre otras variables, midieron el peso al nacer, la edad gestacional, o si habían sido prematuros. Al analizar los datos, y después de tener en cuenta si el orden de los embarazos podía influir, comprobaron que no había diferencias entre los niños. Por tanto, “los resultados adversos que se han asociado con este tipo de fertilización podrían deberse realmente a factores relacionados con la infertilidad más que a la tecnología reproductiva", señalan los investigadores.

De igual modo piensa el Dr. Antonio Requena, director de la Clínica IVI-MADRID. Para él, no es cierto, como se pensaba hasta ahora, que los bebés que nacen gracias a la reproducción asistida tengan más riesgo de sufrir complicaciones que el resto de niños. “La mayor incidencia de problemas en el embarazo observados en pacientes que han hecho un tratamiento de reproducción asistida está relacionada con el factor de ser embarazos múltiples (lo que es más frecuente en estas técnicas aunque intentamos evitarlo) o con la edad avanzada de las pacientes (mujeres por encima de 43-44 años). Pero no se relaciona con el tratamiento en sí.

Se ha descrito mayor frecuencia de prematuridad, bajo peso del feto al nacer o terminación del embarazo por cesárea. Todo esto está ligado a los embarazos múltiples y ocurriría también aunque no fuesen conseguidos por técnicas de reproducción. Otros problemas descritos, tales como mayor frecuencia de diabetes gestacional o cuadro de hipertensión ligado al embarazo, estarían más relacionados con la edad de la paciente, lo que nos obliga a un mayor control de estas gestaciones en mujeres por encima de los 44 años”.
 

Algunos datos sobre la infertilidad

Más de 860.000 parejas españolas padecen infertilidad y la cifra aumenta en 16.000 nuevos casos cada año. En el mundo, una de cada seis parejas sufrirá algún problema de infertilidad durante su vida. Una de las causas principales es el aplazamiento de la maternidad, debido a la dificultad que tienen las parejas actualmente para establecerse, y desórdenes en la calidad del semen, entre otros.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) cree que hay entre 60-80 millones de parejas infértiles en el mundo, de ellas, entre un 2 y un 10% son incapaces de concebir un hijo y un 10-25% presentan infertilidad secundaria.

Según datos de la Sociedad Europea de Embriología y Reproducción Asistida (ESHRE), cerca del 2% de los bebés que nacen en Europa lo hacen por fecundación in vitro. Los países donde más se acude en caso de tener que viajar a otro país distinto al propio son España, Suiza, Bélgica, Grecia, Turquía, la República Checa y Eslovaquia.

Además, las parejas con problemas de infertilidad aprovechan las vacaciones de verano para someterse a los tratamientos de reproducción asistida. Las frecuentes visitas al médico y los días de baja que se requieren, lleva a muchas parejas a elegir los meses de vacaciones para intentar un embarazo sin tener que dar explicaciones ni pedir permisos a su centro de trabajo.
 

El futuro de la reproducción asistida

En un editorial que acompañaba a este trabajo en The Lancet, varios expertos en fertilidad daneses señalaban que deberían hacerse más estudios al respecto ya que "una cierta proporción de las concepciones naturales analizadas podrían estar causadas realmente por otros tratamientos de fertilidad distintos a la reproducción asistida, como la fecundación por inyección de esperma introcitoplasmático o la estimulación ovárica".

Estos expertos también explicaron que "considerando que entre un 1% y un 4% de los recién nacidos que vienen al mundo en Europa se conciben por reproducción asistida, (…) se deben conocer mejor las razones por las que la infertilidad y la estimulación de los ovarios podrían tener efectos adversos en la salud de los niños. Por tanto, es necesario vigilar los riesgos a corto y largo plazo de la reproducción asistida" y continuar investigando.

Sin embargo, el Dr. Requena difiere de esta idea. “Hay estudios publicados en los que se observa que los problemas descritos –prematuridad, bajo peso- no están relacionados con el tratamiento que se use sino con los otros factores comentados con anterioridad (mayor edad de las gestantes, embarazos múltiples...)”.

Para él, la solución pasa por “intentar evitar los embarazos múltiples, para lo cual hay que reducir el número de embriones a transferir en un tratamiento. Esto ya es normal en nuestros centros IVI, en los que la media de embriones transferidos está por debajo de dos. El objetivo es llegar a la transferencia de un solo embrión de calidad óptima para que tenga una alta posibilidad de implantar. La segunda medida es llevar un control cuidadoso de estos embarazos cuando existan los factores de riesgo comentados: multiplicidad o edad de la paciente”.

El futuro de la reproducción asistida, añade el Dr. Requena, pasa por “una medicina con tasas cada vez más altas de gestación en base a un mejor cuidado y selección de los embriones obtenidos tras un tratamiento de reproducción. Con un mejor diagnóstico en los embriones de enfermedades de los padres que puedan ser transmitidas a su descendencia para evitar que el niño esté afectado por la misma, y con una mayor relación con la medicina regenerativa con el objetivo de que podamos guardar células madres del propio embrión para que el futuro niño nacido de este tratamiento pueda tener ese ‹‹seguro de vida›› para el futuro”.

 

 


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El peso de los bebés es un dato clave que utiliza el pediatra para valorar si se está desarrollando adecuadamente en relación a otros bebés de su misma edad.

Fuentes:

Dr. Antonio Requena, director IVI-MADRID en la Cínica Ginefiv.

https://www.lainfertilidad.com/

Fecha de actualización: 24-05-2020

Redacción: Irene García

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