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S.O.S.: ¡En el súper con mi bebé!

S.O.S.: ¡En el súper con mi bebé!

Toca visita al supermercado y hoy no te queda más remedio que contar con la compañía de tu hijo. ¡Que no cunda el pánico! Presta atención a estos sencillos consejos y verás que hacer la compra con tu niño no tiene por qué ser una misión imposible

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Es cierto que algunos niños se lo pasan genial en el súper, pero por esta misma razón debemos estar especialmente atentos, pues pueden sobresaltarse y entusiasmarse al verse rodeados de tantos colores y ruidos y pueden comportarse mal. Otros sin embargo son incapaces de tolerar tanta actividad y lo manifestarán, sin lugar a dudas, con su conducta; lo que probablemente en el mejor de los casos te obligará a abandonar el establecimiento sin cumplir tu objetivo. Si por el contrario el niño se divierte sin protestas, puedes convertir la visita en una experiencia de aprendizaje. Sea cual fuere la actitud de tu niño ante esta situación, lo más recomendable es que no te coja desprevenida.
 

Mujer preparada vale por dos

Tener escrita una lista con lo que necesitas antes de salir de casa hará que el viaje sea más rápido y organizado. Y con un poco de suerte no tendrás que volver después a por los huevos que se te olvidaron. Si puedes organiza los artículos en la lista por categorías, te simplificará el itinerario dentro del recinto y evitarás dar mil vueltas.
 

Elegir el momento adecuado

Ir a la compra durante la hora de la siesta del niño es la fórmula ideal para que la excursión resulte un auténtico desastre. Ten en cuenta sus necesidades ¿Está cansado, tiene sueño, hambre, calor? Ir justo antes de la cena, cuando además las tiendas están especialmente concurridas y tanto tú como el niño estáis cansados y hambrientos, puede ser desesperante. Procura hacerlo por la mañana o a primeras horas de la tarde en los días de semana. Si consigues evitar el estrés de comprar en una tienda llena de gente y largas colas, tendrás más energía y tolerancia para satisfacer las necesidades del niño.
 

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Establecer límites desde el principio

Deja claro antes de salir de casa qué es lo que tu niño puede y no puede hacer. Asegúrate de que ha entendido qué no está permitido. “No puedes separarte de mí”, “No te puedes poner de pie en el carrito”, “No puedes coger nada”, etc.

Si bien, te advertimos que no va a resultar tan sencillo como parece, los niños son curiosos por naturaleza, y el mundo que les rodea es un imán a cuya atracción no pueden resistirse sus manitas. Querrán examinar todos los objetos que haya alrededor, así que no merece la pena regañarles. Te recomendamos que le ayudes a sostener de forma segura lo que le llame la atención, o bien explícale de forma calmada que lo puede ver pero no tocar, ya que podría romperse. Si algo le gusta y lo quiere, no dudes en compartir su entusiasmo, pero si no vas a comprarlo dile tranquilamente: “¡Qué bonito! Míralo bien y cuando lleguemos a casa lo pondremos en tu lista de cumpleaños”.
 

Otorgar tareas al bebé

Puede ser más divertido si consigues que participe en el proceso de la compra. Incluso si son algo mayores puedes involucrarlos en las decisiones preguntándole: “¿Cuál de estos tomates crees que está mejor?” ”¿Compramos espaguetis o macarrones?” Apreciarán que tengas en cuenta su opinión. A los más pequeños puedes preguntarles por los colores o las formas de los alimentos. Acércate a la pescadería y muéstrale los diferentes peces que hay, las langostas o los bogavantes vivos. Pocos son los niños que no quedan cautivados ante las pinzas de un gran crustáceo.
 

El reto final: La cola de la caja

Las cajas para pagar tienen seductores, coloridos y apetitosos productos justo al alcance de los niños. No, su ubicación no es casual, se encuentran al final, cuando el niño está más cansado y hambriento y la espera permite que sus atractivos envases no escapen a su ángulo de visión. Si has conseguido llegar hasta aquí, has de saber que este es el desafío más grande. Pero he aquí una posible solución: Lleva de casa un snack, un bocadillo, un plátano, un zumo, etc. Algo que suponga una alternativa más sana y económica a estas chucherías, y dáselo justo al llegar a la caja. Saciará su hambre y, lo más importante, distraerá su atención de los “nuevos caramelos de frambuesa del Hada Tinky Pinky”.
 

Otras opciones

También puede ser útil llevar un juguete o un libro con actividades para mantenerle distraído. El uso de una mochila portabebés puede ser una excelente opción. Pueden dar más comodidad y seguridad previniendo de la común experiencia de perder al niño entre la multitud.

Si aún así crees que no vas a poder superar la prueba, puedes intentar hacer la compra por Internet, aprovechando las siestas del niño. Es rápido, sencillo y cómodo.


Fuente:

AEP

Fecha de actualización: 12-07-2021

Redacción: Lola García-Amado

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