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Los primeros meses con el bebé

Los primeros meses con el bebé

Descansar... ¿Misión Imposible? Ya estáis en casa y ahora sois uno más. Por fin acabaron los 9 meses de espera y ya tenéis a vuestro bebé con vosotros. La misión de estas escasas 16 semanas de baja maternal están claras: recuperarse del parto, conocer y adaptarse al niño y descansar todo lo que se pueda.

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Aunque esto último parezca imposible con un recién nacido que demanda alimento cada 3 horas y que no para de llorar, no lo es si te dejas guiar por tu instinto y recibes un  poquito de ayuda de tu entorno. Siguiendo unos sencillos consejos, podrás descansar a la vez que te recuperas del embarazo y el parto y conoces a tu hijo

 

¿Como duermen los recién nacidos?

Es muy importante conocer cómo es el sueño normal de los recién nacidos para saber adaptarnos a él. Muchos padres primerizos tienen ideas equivocadas por los mitos bienintencionados que personas cercanas (que ya no se acuerdan de lo que es un bebé recién llegado) les han contado.

Los bebés llegan al mundo sabiendo dormir, de hecho, es algo que ya hacen en la barriga de la mamá meses antes sin que nadie les enseñe. Y hay que saber cuáles son sus necesidades para vivir con el mínimo de miedos y de angustia esta etapa tan delicada en la que los nuevos padres -y especialmente la mamá- necesitan tranquilidad y seguridad.

Da esperanzas saber que los recién nacidos pueden llegar dormir entre 14 y 20 horas diarias dependiendo de su temperamento. Pero también es necesario saber que de 0 a 3 meses presentan básicamente las siguientes necesidades:

Comer frecuentemente: Necesitan comer muy a menudo para evitar hipoglucemias, para crecer y para instaurar correctamente la lactancia materna. Suelen hacer siestas cortas y frecuentes y el resto del tiempo que están despiertos generalmente lo emplean en comer.

Mantenerse alerta: Es básico para garantizar su supervivencia; todos los bebés luchan por sobrevivir manteniendo una actitud de alerta constante y asegurándose de que su cuidador esta con él.

Desarrollar la mente y madurar: Mucho antes de nacer ya empezamos a desarrollar nuestra capacidad cognitiva, creando conexiones entre nuestras neuronas. Los recién nacidos lo hacen incluso dormidos, ya que el sueño ligero que presentan les permite que su actividad cerebral siga creando conexiones a la vez que les mantiene alerta ante el menor estímulo o cambio en el entorno.
 

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Trucos para que el bebé duerma

Si tu hijo duerme bien, tú tendrás más fácil asegurar tu descanso. Generalmente los niños pequeños duermen sin dificultad cuando sus necesidades están cubiertas, es decir, no tienen hambre, están limpios, satisfechos de mimos y se sienten seguros. A estas edades tan tempranas no tienen tanta memoria como para relacionar hábitos, así que ten por seguro que si llora y no duerme, es porque o necesita otra cosa, o no tiene sueño, o le pasa algo.

- Tener sus necesidades cubiertas: Si el neonato ha comido y está satisfecho, dormirá.

- Estar con mamá: A los bebés pequeños les gusta y necesitan estar cerca de su madre, es muy positivo tenerle en brazos o incluso dormir a su lado. Además, si le tienes cerca por la noche te será más cómodo darle la toma nocturna. Dormir con mamá también es lo que ellos innatamente esperan. Además ayuda a establecer patrones de respiración correctos: cuando vayas a dormir a tu bebé, prueba a echarte con él o cógelo en tus brazos y respira pausadamente mientras te relajas, también lo hará él y se dormirá más fácilmente.

- Lactancia materna: Recientemente se ha demostrado en varios estudios la relación de la lactancia materna con los patrones de sueño de los bebés. En estas investigaciones se ha identificado la proteína L-triptófano en la leche materna, que es la responsable de los estados de vigilia y de sueño, y se ha comprobado que su concentración en la leche varía durante el día y la noche. El descubrimiento es tal que algunas leches artificiales lo están empezando a añadir a sus fórmulas.

También se comprobó en otro estudio que los bebés que maman vigorosamente presentan un mejor sueño que los que se alimentan con biberón. Se cree que es por el esfuerzo físico que ha de hacer el pequeño para mamar.

- Calor: Para tranquilizar a un bebé va muy bien el calor. Antes de acostarle, puedes atemperar la cuna con una bolsa de agua caliente (es muy importante que no queme, sólo para caldear). La dejas en su sitio mientras le atiendes y cuando le vayas a acostar, la quitas y compruebas la temperatura antes de echarle a dormir.

- Diferenciar noche-día: Para ayudarle a diferenciar el día de la noche -y más adelante a organizar periodos de sueño más prolongados durante la noche-, intenta cuando le atiendas en las horas nocturnas no estimularlo, ni hablarle, ni encender luces fuertes, y que la casa esté silenciosa. En cambio, durante el día puedes ponerle a dormir en una habitación tranquila con las persianas algo levantadas para que entre un poco de luz y con los ruidos habituales de una casa.

- Envolverle: A muchos bebés les gusta estar envueltos, se sienten seguros porque les recuerda la protección del útero materno. Muchos de ellos se desplazan a una esquina del moisés y duermen apretados contra ella, como lo hacían dentro de tu barriga con la cabeza entre los huesos pélvicos. Envolverles de esta forma también les alivia cuando padecen cólicos del lactante.

- El arrullo o almohadita: Este truco consiste en darle de mamar o el biberón sobre su arrullo para que así cuando se quede dormido y le dejes en la cuna siga teniendo el mismo tacto por debajo y el mismo olorcito a mamá y leche. Eso sí, con los calores del verano, a veces es imposible usar este truco o  hay que asegurarse de que el arrullo sea de algodón para que no pase calor.

- Ruidos suaves: Es sorprendente cómo pueden calmarles y relajarles los sonidos monótonos como el secador de pelo, la ducha o el lavavajillas Esto es porque cuando estaba dentro de tu barriga oía ruidos muy parecidos continuamente y ahora el silencio de la noche le asusta porque no lo conoce. Si ves que funciona y en tu caso le ayuda a dormir, graba un cd y pónselo a la hora de dormir. Otra idea que también suele funcionar es colocar cerca de él un reloj con un  tictac ruidoso que le recordará el sonido de tu corazón.

- Mecerle: Tampoco falla, son pocos los bebés que se resisten al sueño cuando son mecidos, ya que durante los 9 meses de gestación estaba continuamente mecido: cuando caminabas e incluso cuando dormías, tu respiración le acunaba.
 

No hay que olvidar el descanso de los padres

Ahora que has logrado que tu bebé duerma a pierna suelta con estos sencillos truquitos, conviene que aprendas cómo lograr tú lo mismo tras una agotadora jornada.

Además de tener que adaptarte a los horarios del recién nacido, los cambios hormonales del puerperio también influyen en tu sueño. Los estrógenos y la progesterona actúan en el cerebro femenino sobre las zonas relacionadas con el sueño, regulando los niveles de vigilia o somnolencia. Durante el posparto disminuye bruscamente la progesterona, una hormona que produce una excitación del estado de vigilia y predispone a padecer insomnio. Como consecuencia, también se altera el ritmo circadiano y se padecen episodios de somnolencia durante las 24 horas del día.

Lo mejor que se puede hacer en estas semanas de baja es estar en sintonía con el bebé y aceptar toda la ayuda posible para recuperar tu salud.

- Las visitas: Hace años, durante la cuarentena o puerperio, familiares, amigas y vecinas le hacían la vida fácil a la nueva madre para que pudiese descansar, comer bien y estar con el bebé. Ahora es muy distinto, nada más salir del hospital nos encontramos con la casa llena de visitas que quieren conocer al recién llegado y nos vemos haciendo de anfitrionas cuando tendríamos que estar en la camita descansando. Una buena idea para solucionar este problemilla es pactar horarios de visita (una hora o dos como mucho al día) en los que haya alguien cercano que se pueda encargar de atender a los amigos y familiares.

- Descansa cuando el bebé descanse. Como hemos comentado, los recién nacidos suelen dormir bastante, aprovecha y duerme a la vez que él. Ni se te ocurra aprovechar las mini siestas de tu bebé para limpiar la casa, esto hazlo cuando tengas ayuda o simplemente delégalo.

- Aprende a calmarle: debes aprender cómo calmar a tu neonato cuando llora: paseos, ruido blanco, porteo, chupete, nanas... Siempre manteniendo la calma tú. 

- Acepta toda la ayuda posible: Seguro que tu madre, tu suegra o alguna buena amiga te ofrece su ayuda sincera; no lo dudes, acéptala. Déjate ayudar con la casa, con la comida, con lo que necesites, esto es temporal y lo más importante en este momento es que te recuperes, descanses y disfrutes de tu niño.

- Diario del bebé: Elabora uno, es muy útil para ir conociéndole y así poder anticiparte a sus necesidades. Crea un pequeño cuadro-horario con los días de la semana y anota brevemente en él todo lo que creas relevante (comidas, cambios de pañal, cabezaditas, horas a las que está nervioso, etc.). Los datos referentes a las noches no los apuntes todavía, es pronto y no tiene sentido desvelarse anotando las tomas nocturnas. Te servirá para ir conociendo un poquito sus ritmos, aunque recuerda que a esta edad son algo caóticos y cambiantes.

- Pon al bebé a dormir cerca de ti: Puede ser en su moisés, en una cuna independiente al lado de tu cama o en una cuna en modo sidecar. Los bebés necesitan estar cerca de su cuidador y por las noches reclamará vuestra presencia, ya sea para comer o para sentirse seguro. El teneros cerca os proporciona seguridad mutua (son muchas las mamás que se levantan en la noche para comprobar que su niño respira) y evitará que os tengáis que pasear por el pasillo para atenderle.

- Mejor lactancia natural: Como hemos dicho, tiene proteínas que ayudan al bebé a dormir y también favorece el descanso de la mamá ya que la oxitocina, la hormona responsable de la lactancia, favorece la relajación y el sueño de la mamá. Busca una postura cómoda para dar el pecho y ten todas las precauciones posibles si metes a tu hijo en la misma cama que vosotros. La seguridad es siempre lo primero.

- Deja hacer al padre: no intentes hacerlo todo tú sola, deja que el padre colabore en la crianza de peque cambiando pañales, bañándole, paseándole o durmiéndole... Lo único que no puede hacer es darle el pecho, y si te sacas leche, hasta eso con un biberón. 

En conclusión, la llegada del bebé requiere mucha tranquilidad, seguridad y apoyo para la familia. Es necesario reorganizarse y adaptarse a las necesidades del pequeño y es muy importante que la madre disponga de estas tres cosas. Esperamos que estos pequeños trucos sirvan para hacer más fácil los primeros días con tu bebé en su nueva vida.
 

 


Fuentes:

Rafaela López Gómez, creadora de la web http://www.dormirsinllorar.com/

Stoppard, Dra. Miriam (2006), Padres primerizos, Barcelona, Pearson.

Silveira, Dr. Manuel (2011), 50 cosas que debes saber sobre un recién nacido, Barcelona, Libros Cúpula.

Fecha de actualización: 12-07-2021

Redacción: Irene García

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