Lactancia materna tras pruebas de contraste

Índice

• ¿Qué son las pruebas de contraste?
• ¿Se puede seguir dando el pecho tras una prueba de contraste?
• ¿Y con los contrastes radioactivos?
• ¿Qué efectos puede causar el contraste en el bebé?

¿Qué son las pruebas de contraste?

Los exámenes con contraste, también llamados medios de contrastados, son exámenes de imagen de radiología hechos con el uso de ciertas sustancias que ayudan a obtener una mejor definición de las imágenes formadas, lo que facilita el diagnóstico.

Estos contrastes se pueden dividir en ionizantes o radiactivos (usados en medicina nuclear) y no ionizantes o no radioactivos (usados en pruebas radiológicas como la Tomografía Axial Computarizada o la Resonancia Magnética Nuclear).

- Agentes no radioactivos

- Medios de contraste yodados: son sales de yodo que, tras su inyección intravenosa, se distribuyen hacia el espacio intersticial de todo el organismo. Su excreción es por vía renal y tienen una vida media de 1-2 horas cuando se aplican de forma intravenosa, desapareciendo totalmente de la sangre a las 24 horas.

- Compuestos de gadolinio: son contrastes mejor tolerados ya que la carga osmolar es muy baja. También se distribuyen por el tejido extracelular y, en su mayoría se eliminan por vía renal. La vida media es similar a la de los contrastes de yodo.

- Agentes radioactivos

Existen muchas sustancias que entran dentro de esta categoría, como sodio-radioactivo, yodo, cobre-64, etc.
 

¿Se puede seguir dando el pecho tras una prueba de contraste?

En los últimos diez años, el uso de técnicas de imagen médica en mujeres embarazadas y madres lactantes se ha incrementado más de un 100%. Aunque las técnicas de ultrasonidos continúan siendo la primera opción, en muchas ocasiones es necesaria la realización de estudios de medicina nuclear, tomografía computarizada (TC) o resonancias magnéticas (RM) con y sin contraste para llegar a un diagnóstico.

En general, para que un fármaco sea seguro durante la lactancia debe llegarle menos del 10% de la dosis terapéutica al bebé a través de la leche. En cuanto a las sustancias de contraste no radioactivas, tanto los contrastes yodados como los compuestos de gadolinio tienen una adhesión a las proteínas del plasma y a las existentes en la leche materna muy reducida, por lo que la cantidad que llega a la leche materna oscila entre el 0,01 y 0,5% de la dosis intravenosa administrada a la madre y, de esta cantidad, solo una parte insignificante (menos del 1%) llega al tracto gastrointestinal del lactante para ser absorbida, por lo que cumplen la norma de menos del 10% y se consideran seguros.

En cuanto al factor tiempo, se sabe que la concentración pico en la leche materna sucede unas 5 horas tras la infusión y 22 horas después ya es sólo la quinta parte.Dado que la vida media de los contrastes en una mujer sana es de en torno a 1-2 horas, a las 12 horas de la infusión la cantidad de contraste que aún permanece en la mujer es prácticamente indetectable.

Eso significa que, en general, pueden usarse estos contrastes sin problema durante la lactancia. Aunque alguna sociedad médica recomienda la interrupción de la lactancia de 24 a 48 h tras la infusión del contraste (especialmente de gadolinio debido a su potencial efecto nefrotóxico), la mayoría de los investigadores y de las sociedades médicas (American College of Radiology, el comité de fármacos de la American Academy of Pediatrics) creen innecesario dejar pasar un tiempo sin dar el pecho al bebé.

Sin embargo, en el caso de un bebé prematuro sí se debe tener más cuidado con los contrastes yodados ya que estos niños tienen una mayor sensibilidad tiroidea a los compuestos yodados, siendo más sensibles a variaciones en TSH y teniendo un mayor riesgo de desarrollar hipotiroidismo transitorio.

Asimismo, se debe informar a la madre de que una muy pequeña cantidad de contraste puede pasar al niño a través de la leche para que sea ella la que decida qué hacer dentro de las diversas opciones que se le plantean:

- Continuar con la lactancia a demanda con normalidad.

- Dar el pecho justo antes del contraste para que pase más tiempo hasta la siguiente toma y se espacie un poco más.

- Extraerse leche para darle las siguientes tomas tras el contraste con la leche extraída.

- Interrumpir la lactancia materna entre 12 y 24 horas, pero nunca más de ese tiempo.

Asimismo, hay que saber que el contraste yodado puede alterar el sabor de la leche durante unas horas, por lo que puede que el bebé la rechace si la nota extraña.
 

¿Y con los contrastes radioactivos?

El caso de los contrastes radioactivos es diferente ya que la mayoría de los radionúclidos no sólo son captados por los tejidos patológicos, sino también por los sanos, lo que incluye el tejido mamario. Eso significa que sí puede pasar esa sustancia en cantidades importantes al bebé, por lo que se recomienda suspender la lactancia hasta que el compuesto haya sido excretado totalmente del cuerpo de la madre. Durante ese tiempo, se le puede dar leche extraída previamente para no suspender la lactancia materna exclusiva o, si no es posible, recurrir a la leche de fórmula.

Este es el tiempo que tarda el organismo materno en deshacerse del contraste según la sustancia y, por lo tanto, el tiempo que se debe suspender la lactancia:

Cobre-64: 50 horas

Fluor-18: 24 horas

Galio-67 Citrato                      7 Mbq: 1 semana

                                               50 Mbq: 2 semanas

                                               150 Mbq: 4 semanas

Indio-111, Satumomab Pendetido: 24 horas

                                      20 Mbq: 1 semana

Sodio-radioactivo: 16 días

Talio-201: 2 semanas

Tecnecio TC-99M: menos de 24 horas

Xenon-133, Xenon-127: pocos minutos

Yodo        -123: 36 horas

                -125: 12 días

                -131: 14 días

Yodo-hipurato-sódico I-123, I-131: 24 horas
 

¿Qué efectos puede causar el contraste en el bebé?

No se sabe con exactitud ya que no se ha probado, pero se cree que podrían aparecer cuadros de toxicidad directa y sensibilización alérgica. No obstante, son riesgos teóricos, ya que no se ha publicado ningún episodio de este tipo secundario a la absorción de contraste a través de la leche materna.