• Buscar

La natación para bebés

La natación para bebés

Hasta al menos los cuatro años los niños no tienen autonomía ni desarrollo como para nadar por sí mismos, pero es recomendable que se familiaricen con el agua desde que nacen. La forma más fácil de que estos se adapten con facilidad al agua es comenzar lo antes posible. Además, y aunque parezca sorprendente, cada vez hay más opciones para hacerlo. De las tradicionales clases de matronatación pasamos en la actualidad a algo mucho más novedoso como lo es el baby spa, por ejemplo.

Publicidad

Indice

 

Está demostrado que los bebés disfrutan mucho en el agua, a la vez que es beneficioso para ellos ya que mejora su coordinación, su equilibrio, su fuerza muscular, les relaja, les hace comer y dormir mejor… Toda una serie de ventajas que hace imprescindible que este verano vayas a nadar con tu hijo, tenga la edad que tenga


¿A qué edad empezar a nadar?

Hasta los 4 o 5 años los niños son incapaces de nadar como un adulto, ya que son demasiado pequeños para desarrollar autonomía en el agua y adquirir los movimientos de la natación. Por lo tanto, hay que distinguir entre bañarse y disfrutar en el agua, y aprender a nadar.

Sin embargo, desde que nacen los bebés pueden jugar en el mar o en la piscina con sus papis, lo cual les resultará muy divertido y beneficioso. Lo recomendable es esperar hasta los 3 o 4 meses de vida, incluso en algunas escuelas de natación no los aceptan hasta los 6 o 7 meses porque sus instalaciones no son adecuadas para niños tan pequeños.

A partir de los 9 meses los bebés pierden una serie de reflejos innatos muy útiles para la natación, por eso se recomienda que empiecen su contacto con el agua antes de su primer cumpleaños: se adaptan mejor que los niños mayores. 

Además, el miedo al agua se adquiere conforme el niño va creciendo, mientras más tiempo esté apartado del agua, más probabilidades de que desarrolle sentimientos de desconfianza y hasta fobia, que posteriormente dificultarán el aprendizaje de la natación.
 

¿Matronatación o baby spa?

La matronatación es muy buen método para iniciar a un bebé en la actividad acuática: la natación con los padres. Está demostrado que los pequeños disfrutan mucho en el agua, además de ser muy beneficiosa para ellos. En este método, es fundamental el papel de los padres. Éstos deben mostrar seguridad al bebé, a la vez que se refuerzan sus vínculos posibilitando una experiencia original, única e irrepetible.

Es conveniente esperar hasta el cuarto mes de vida, ya que a esa edad termina de madurar el sistema inmunológico del bebé y las posibilidades de resfriados y de infecciones como la otitis son menores. 

Cada clase de matronatación varía según la escuela. En general, duran de 30 a 45 minutos, dependiendo de la resistencia y reflejos del bebé. En las clases se trabajan con materiales didácticos (pelotas, tablas, etc.) adecuados a cada edad. En ellas, les van enseñando a sobrevivir en el agua y a flotar.

Y el baby spa, por su parte, se realiza lo que se denomina flotación en el agua postnatal. Es una técnica relativamente novedosa, consistente en un baño en la piscina con un elemento de flotación en torno al cuello del bebé. Se persigue con ello la estimulación acuática temprana del bebé con el objetivo de fomentar el desarrollo motriz y cognitivo.

Recuerda que enseñar a niños y niñas a flotar lo antes posible hará que vuestros veranos sea un poquito más seguros, aunque hay que dejar claro que nunca, bajo ningún concepto, habrá que perderlos de vista.
 

Beneficios de la natación

La natación para bebés tiene beneficios en múltiples planos, tanto de desarrollo como afectivos y emocionales.

- Favorece el desarrollo psicomotor: Mejora la coordinación, el equilibrio y el conocimiento del espacio. Incrementa la fuerza gracias a los ejercicios musculares, haciendo que haya un desarrollo temprano de las habilidades psicomotrices tales como gatear y caminar.

- Fortalece el sistema cardiorrespiratorio: Es beneficioso para la condición cardiovascular y, por lo tanto, mejora la resistencia del bebé. Amplía la capacidad de su sistema respiratorio y la regulación adecuada a su circulación sanguínea.

- Relaja al niño: Los ejercicios suaves combinados con el agua a una temperatura agradable relajan al bebé, estimulan su apetito, le hacen comer y dormir mejor, y en consecuencia de eso, mejora su carácter y comportamiento.

- Refuerza su seguridad e independencia: El bebé se siente más seguro y disfruta mucho aprendiendo a nadar al sentir que sus padres tienen su atención concentrada en él. Incrementa su sentimiento de independencia y de autoconfianza.

- Aumenta el coeficiente intelectual: Está demostrado que los bebés que han hecho natación en los 2 primeros años de vida desarrollan una percepción mayor del mundo que los rodea con lo que ya están aprendiendo a ser más creativos y observadores. El agua estimula la capacidad de juego del niño y este hecho repercutirá muy positivamente en aprendizajes futuros.

- Desarrolla las habilidades vitales de supervivencia. Aprenden a salir de dificultades, lo que más adelante utilizarán en el día a día para ser más autónomos.

- Ayuda a su socialización: Estimula la confianza en uno mismo y por lo tanto mejora la comunicación con los demás. La convivencia en la piscina con otros niños le ayudará a relacionarse mejor, además de aprender a compartir y realizar actividades junto a otras personas.

- Fortalece su sistema inmunológico. Son niños que no sufren tantos resfriados, otitis, etc. ya que su sistema se acostumbra a una serie de circunstancias.
 

¿Cuándo comenzar las clases de natación?

Parece ser que lo de la estimulación temprana está de moda, y hay cada vez más papás y mamás que piensan que, cuanto antes, mejor, aunque son muchos los pediatras que prefieren esperar. De hecho, la realidad es que cada niño va a su ritmo y, aunque hay ciertos estándares que nos ayudan a tener una idea aproximada al menos de la manera en la que deben progresar, no hay reglas absolutas.

Sin embargo, la moda de la estimulación temprana impulsa a cada vez más padres a llevar a sus hijos a la piscina antes de lo recomendable. Para muchos de ellos el agua podrá hacer que los niños se desarrollen mucho más rápido y permitirá que sobrevivan si se presenta el riesgo de un ahogamiento. Sin embargo, la Asociación Americana de Pediatra (AAP) sugiere algo diferente, asegurando que además de que los adultos han sobrevalorado con el paso de los años el poder de la piscina, “no existe ninguna evidencia que sugiera que los programas de natación para niños menores de un año sean beneficiosos para evitar el riesgo de ahogamiento de estos”. Por eso, la AAP recomienda que los niños empiecen las clases de natación después de cumplir un año aclarando a su vez que la decisión de los papás y las mamás debería ser siempre individualizada. Una vez el niño cumple los cuatro, no habría por qué esperar más.

Después, y dependiendo ya del tipo de clases que elijáis, el bebé podrá comenzarlas en un momento u otro. Si se opta por el baby spa, se puede comenzar desde tres o cuatro días después del nacimiento, pero si se escogen las clases de matronatación mejor consultar con el centro ya que en muchos de ellos no ofrecen clases al menos hasta los seis meses.
 

Requisitos que debe cumplir una piscina para bebés

La natación en familia desde los primeros meses de vida ayuda, como ya veíamos más arriba, a reforzar el vínculo materno y paterno filial, además del desarrollo psicomotor y de la personalidad, y aumenta la capacidad pulmonar. El bebé aprende a escuchar, a observar y se despiertan sus reflejos innatos. Pero el hecho de entrar en una piscina no es ninguna tontería. De hecho, esta ha de ser segura para los más pequeños. ¿Cuáles son los requisitos que ha de cumplir una piscina para bebés?

La piscina deberá seguir una serie de normas para que se adapte a las características físicas de un bebé:

1. La temperatura del agua deberá estar a unos 32º C, aunque puede variar un grado arriba o abajo dependiendo de la época del año.

2. El nivel de cloración del agua deberá estar entre el 0,5 y el 0,6% (frente al 1% en las de adulto).

3. Es muy recomendable que la piscina sea cubierta y climatizada y por supuesto cumpla con los requisitos higiénicos-sanitarios establecidos.

4. La zona de los vestuarios donde cambiarán las mamás (o papás) a sus niños deberá igualmente estar climatizada y cumplir las norma higiénicas.

5. Algunos vestuarios están bastante apartados de la piscina y en este trayecto los niños se pueden quedar fríos. Por ello es muy conveniente que cerca de la piscina exista un banco o lugar especial para desnudar y vestir al niño.

6. La piscina de los pequeños debe ser sólo para ellos, nunca compartida. Estas piscinas suelen medir 6 por 4 metros, aunque estas dimensiones no se establecen como una norma, existiendo en la actualidad de muchos tamaños y formas.

 

Aprendiendo a nadar

A partir de los 4-5 años, dependiendo del desarrollo físico y mental del niño, ya se le puede enseñar a nadar como a un adulto, no sólo a flotar. Algunos trucos son:

- El papá o la mamá deben estar muy relajados y tranquilos, sobre todo con niños menores de 3 años, ya que estará apoyado sobre las manos de sus padres y, si estas manos están rígidas, el niño estará tenso y no podrá sentirse cómodo dentro del agua.

- Es importante no pedir demasiado a sus hijos, cada niño evoluciona según su ritmo normal madurativo, incluso dentro del agua, por eso es importante que no se les exija más de la cuenta ya que si no, después nos encontramos con niños que no se sienten cómodos dentro del agua y no quieren seguir realizando la actividad.

- También les puede ayudar realizar juegos donde el niño disfrute y pueda experimentar en el agua.


Fuente: Centro Valle 36 (www.valle36.es). Centro Lenoarmi, C/ Dr. Roux, 19-21 (www.lenoarmi.com).

Fecha de actualización: 19-02-2021

Redacción: Irene García

Publicidad
Publicidad

TodoPapás es una web de divulgación e información. Como tal, todos los artículos son redactados y revisados concienzudamentepero es posible que puedan contener algún error o que no recojan todos los enfoques sobre una materia. Por ello, la web nosustituye una opinión o prescripción médica. Ante cualquier duda sobre tu salud o la de tu familia es recomendable acudir a unaconsulta médica para que pueda evaluar la situación en particular y, eventualmente, prescribir el tratamiento que sea preciso.Señalar a todos los efectos legales que la información recogida en la web podría ser incompleta, errónea o incorrecta, yen ningún caso supone ninguna relación contractual ni de ninguna índole.

×