Mi bebé no duerme en la cuna

Índice

• El síndrome de la cuna con pinchos
• Consejos para ayudarle a dormir en su cuna

 

El síndrome de la cuna con pinchos

Tu hijo se ha dormido tan a gusto en tus brazos, le dejas en la cuna y un minuto después, se despierta llorando. Cada vez que intentas dejarle en la cuna, se despierta y no aguanta nada de tiempo dormido en ella, lo que te obliga a tenerle todo el día en brazos dormido.

Este problema es muy habitual en los bebés y, si lo piensas, es algo normal. El bebé se duerme en los brazos de su mamá o al pecho, tranquilo, calentito, seguro y feliz. Y, de repente, se nota solo, en un sitio frío y sin su mamá cerca. Es normal que se despierte y se ponga a llorar, ya que en brazos de mamá o papá se está mucho mejor y, además, tus brazos le recuerdan al embarazo.

Además, hay que entender cómo es el sueño de los bebés. Por una parte, los recién nacidos tienen dos fases de sueño predominantemente: activo (superficial) y tranquilo (profundo). Sus ciclos de sueño son más cortos que los de los adultos, duran unos 60 minutos, y se despiertan a menudo durante la fase de sueño superficial. Por otra parte, necesitan comer cada 2 o 3 horas, así que es normal que duerman muchas horas, pero no seguidas, para poder seguir con las tomas de lactancia.

Durante los primeros meses no distinguen el día de la noche, tienen un ritmo de sueño que llamamos ultradiano.

Cuando un bebé se duerme, lo hace en la fase de sueño activo en la que se mueven, emiten gruñidos y su respiración es irregular. 30 minutos después empieza la fase de sueño profundo, donde no se mueva y se le nota relajado y tranquilo. Esta fase dura otros 30 minutos.  Los bebés van alternando ambas fases hasta que se despiertan, pero en la fase de sueño activo es muy sencillo despertarles, por lo que es normal que tengan tantos despertares.

Hacia los 4 meses incorporan nuevas fases de sueño y están se van alargando, por eso empiezan a dormir más horas seguidas.
 

Consejos para ayudarle a dormir en su cuna

Sin embargo, cualquier hábito se puede cambiar siguiendo una serie de pautas:

- Te será más fácil si le cambias antes de los 6 meses, momento a partir del cual puede surgir en el niño el síndrome de ansiedad por separación, que le causará ansiedad y estrés cada noche al tener que irse a dormir.

- Instaura una rutina para irse a la cama y cúmplela todos los días: baño, cena y a la cuna a la misma hora cada noche.

- Colócale en la cuna cuando esté adormilado, no dormido. Si se acostumbra a dormirse sin vuestra presencia, se despertará menos.

- Si llora, espera un poco a ver si se calma solo. Si no, acude a la habitación y quédate a su lado, sin hablarle ni decirle nada. Simplemente tócale, acaríciale, que note tu presencia para que se calme. Si hace falta, cántale una nana, pero nunca le cojas si no es necesario (enfermedad, dolor, etc.).

- Si se despierta en cuanto sales del cuarto, espera a que esté profundamente dormido, al menos unos 10 minutos.

- No recurras a dormirlo en cualquier sitio (en el sofá, en su sillita de paseo, en el coche…) y luego llevarlo a su cuna. A largo plazo traerá problemas de sueño más duraderos.

- Si usa chupete, dáselo, le ayudará a relajarse y dormir.

- Ten paciencia, el proceso puede durar entre 2 semanas y un mes.

- Si sigues haciendo colecho, ten cuidado con el síndrome de muerte súbita del lactante.

Para establecer rutinas saludables para el sueño del bebé también puedes ayudarte de aplicaciones que van marcando paso a paso cómo conseguirlo. Y preguntar a su profesional de pediatría y medicina.