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La llegada de un bebé a una casa... con mascotas

La llegada de un bebé a una casa... con mascotas

A muchos padres les preocupa qué pasará cuando regresen a casa con el bebé tras el parto y éste se encuentre con la mascota (sobre todo si se tiene un perro, más apegado a sus dueños). Los celos de la mascota frente al nuevo miembro, los problemas de higiene, los posibles ataques… pueden hacer dudar a los padres de la conveniencia de seguir con el animal en casa. Pero a pesar de los problemas que pueden surgir, las mascotas también son beneficiosas para el desarrollo social del niño

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Cuando un recién nacido llega a casa, es fundamental seguir unos pasos que permitan establecer una relación afectuosa y sin celos entre el bebé y la mascota, sobre todo si hablamos de un perro o un gato, ya que con otro tipo de mascotas como peces o pájaros no surgen este tipo de problemas.

Los especialistas coinciden en lo beneficioso que resulta la convivencia con un perro, ya que los gatos son menos cariñosos y lo más probable es que ignoren al bebé. En el caso de los niños, les ayuda a ser más sociales y a desarrollar un mayor sentido de la responsabilidad. Por eso no es necesario plantearse qué hacer con la mascota sino simplemente tomar algunas precauciones.

Para evitar que se produzcan problemas de convivencia, se pueden seguir los siguientes consejos.


Preparativos para recibir al bebé en una casa con mascotas

La primera precaución es tener al animal bien vacunado y desparasitado. Es particularmente importante prevenir la hidatidosis de los perros, causada por una pequeña tenia, que si bien a ellos apenas les causa problemas, es grave para el hombre. Para ello, es preciso administrar a los perros con regularidad –al menos dos veces al año- un medicamento que la elimina de su tubo digestivo.

Los gatos transmiten la toxoplasmosis, que siendo inofensiva para niños y adultos sanos, resulta muy peligrosa para el feto. La mujer embarazada debe lavarse cuidadosamente las manos después de tocar a un gato y emplear guantes para recoger sus deposiciones.

Pero la principal duda que les surge a los padres es el riesgo de que el animal ataque al bebé. Para evitarlo, es indispensable que el animal sepa acatar la orden más elemental, quedándose quieto cuando se le solicita, y puede ser útil ejercitar y poner a prueba su obediencia en la futura habitación del bebé. En cualquier caso, lo mejor es seguir el pie de la letra la regla más sencilla y eficaz: No dejar nunca solos a la mascota y al bebé.
 

La llegada del bebé

a) Mientras el bebé está en la clínica:

- No dejéis a vuestra mascota sola en casa. Si no podéis estar con ella, dejadle con algún familiar.

- Llevad alguna toalla o manta con el olor del bebé a casa, jugad con vuestro perro o gato, acariciadle y dadle premios mientras se la mostramos. De este modo, asociará el olor del bebé con experiencias agradables.

- Llevad al animal al veterinario para limar un poco sus uñas. Así evitaréis que pueda arañar al bebé si, por accidente, le tocara con las patas.

b) La llegada a casa

- Vuestro animal mostrará una curiosidad natural ante la llegada del bebé. Debéis permitirle que investigue al nuevo miembro de la familia evitando que pueda, sin querer, hacerle daño.

- Es importante actuar de la forma más relajada posible para evitar transmitir excitación a la mascota.

- No debéis castigarle por querer investigar al bebé, ya que podría asociar la presencia del niño con algo negativo.

- Debéis dejar que se acerque al bebé pero con calma.

- Si la mascota se acerca al bebé y lo huele de forma calmada, debéis premiarle con caricias y palabras suaves.

- Debéis intentar que las visitas le hagan un poquito de caso a vuestra mascota, por ejemplo dándole una golosina, acariciándolo, jugando con él, etc.
 

¿Qué hacer cuando aparecen los celos?

 

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La llegada de un bebé suele absorber gran parte del tiempo. Por ello, la mascota puede interpretar que cuando el bebé está delante no se le hace caso y puede que comience a ver al bebé como un competidor, apareciendo así los celos. Para combatirlos hay que seguir una serie de reglas:

- Si el bebé está presente, debéis prestar atención también a vuestra mascota. Todos los juegos, caricias y golosinas deben ser entregados en presencia del niño.

- Si el bebé no está, debéis, de forma deliberada, reducir el grado de caricias y atenciones al animal.

Ahora el aprendizaje de nuestro perro será:

... cuando el bebé está delante, me hacen caso y me divierto como siempre.

... cuando el bebé no está, me aburro y ellos me ignoran.

 

Las 5 claves para una buena convivencia

1- Realizar los preparativos con antelación.

2- Actuar con calma.

3- Presentar al bebé a vuestra mascota de forma gradual.

4- Supervisar a ambos en todo momento.

5- Conseguir que vuestra mascota relacione la presencia del bebé con cosas positivas.
 

 

La educación del niño que convive con una mascota

Según muchos especialistas la convivencia con un perro es muy beneficiosa ya que contribuye a la educación de un niño más sociable y responsable.

1) Los primeros años

Estos primeros años son los más difíciles para la convivencia entre el bebé y la mascota, ya que el niño no está preparado para hacer frente a la responsabilidad que supone tener una mascota. Todavía no entiende que los animales tiene capacidad sentir dolor y sufrir. El niño tratará a tu mascota como un juguete más, al que sin querer puede hacer daño al tocarle la cabeza, los ojos y las orejas.

Los agudos gritos del niño pueden excitar a la mascota y ponerle nervioso. Aunque tu mascota adore al bebé, es necesario poner unos límites cuando ambos comparten juegos y enseñar al niño a tratarlo bien. Leer libros sobre animales puede ayudarle a entender que también tienen sentimientos y que le puede hacer daño.

Es fundamental enseñarle a acariciar a tu mascota, ya que hasta los 2 o 3 años el niño conoce su entorno fundamentalmente a través del tacto. Al ver al animal, intentará acariciarlo, palpar su piel y su pelo:

- No debéis inquietaros porque vuestro perro lama al niño. Si el primero está en buenas condiciones higiénicas y de salud, no existe motivo de preocupación.

- Es importante enseñar al niño qué zonas del animal no conviene tocar y qué fuerza debe aplicar.

- Si utiliza una fuerza excesiva, apartaremos su mano y le enseñaremos, cogiendo su mano con la nuestra, cómo acariciarle con mucha suavidad.

- Si bien la comprensión verbal del niño a estas edades es limitada, es recomendable explicarle qué es todo aquello que ve y que toca.

2) La convivencia

Pasados estos primeros años, el niño es lo suficientemente mayor como para manejarse con la mascota. Debes enseñarle a no molestarla cuando duerme o come, no jugar a perseguirla ni nada que implique hacerle daño.

Es beneficioso que tu hijo te ayude en el cuidado de la mascota. Enséñale a darle de comer, sacarlo a pasear, cambiarle la arena si es un gato…

También debes enseñar a tu mascota a comportarse, a no mordisquear los objetos, a obedecer todas las órdenes, a controlarse. De esta manera conseguirás que paséis ratos muy buenos jugando todos juntos.

 


Fuente. Fundación Affinity (www.fundacion-affinity.org).

Fecha de actualización: 20-05-2020

Redacción: Irene García

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