¿Cómo lograr que coma de todo?

Indice

• ¿Por qué el bebé no acepta algunos alimentos?
• Trucos para que el bebé pruebe y le guste todo tipo de alimentos

 

¿Por qué el bebé no acepta algunos alimentos?

El problema radica en el momento en que se empieza a dar estos comestibles: su sabor les parece fuerte, la presentación no les resulta agradable, se los damos siempre de la misma manera, las espinas les molestan, la verdura o la fruta no le gusta… Y, si en ese primer momento no se intenta solucionar el problema, el niño cada vez tendrá mayor aversión por esos platos y cuando sea mayor, será imposible lograr que se los coma.

También es posible que esté cansado y no tenga hambre, así que comprueba primero por qué no quiere comer, si no tiene hambre o si es que no quiere comer algún alimento o plato determinado. 

Por eso, desde que empiezan con la alimentación sólida, hay que seguir una serie de pautas y, sobre todo, no permitirles nunca que dejen de comer algún grupo de alimentos. Una dieta sana y variada es la mejor garantía de salud para nuestros hijos, tanto ahora como en el futuro.
 

Trucos para que el bebé pruebe y le guste todo tipo de alimentos

- Varía la forma de elaboración de estos alimentos. No hagas siempre las verduras cocidas y con aceite ni el pescado rebozado, hay múltiples opciones para cada uno de ellos. Busca cuál es la que más le gusta a tu hijo.

- Usa diferentes salsas para enmascarar el sabor: bechamel, tomate, salsa rosa…

- Mezcla estos alimentos con otros que sí le gusten. Por ejemplo, puedes hacer macarrones con atún, lasaña de verduras, etc.

- En el caso concreto del pescado, escoge trozos que no tengan espinas. Si no puedes limpiarlo tú ni en la pescadería, compra pescado congelado, es igual de sano y viene ya sin espinas.

- Presenta el plato de manera atractiva (combina los colores y las formas) y acompáñalo con guarniciones variadas y sanas: patatas al horno, ensalada, compota…

- Habitúale a comer este tipo de alimentos con frecuencia y no le permitas negarse a comerlos. Debe acostumbrarse a tomar de todo.

- Cuéntale cuentos o historias relacionadas con lo que esté comiendo, así le resultará más atractivo. Por ejemplo, una historia de calamares gigantes que asustaban a los pescadores, la manzana envenenada de Blancanieves, las judías mágicas…

- Comed en familia. Al veros comer a vosotros esos mismos platos, tendrá más ganas de probarlos. Aprovechad para contaros cosas, pasar un buen rato juntos y, sobre todo, nada de tele ni de distracciones.

- No le llenes el plato ni le pongas muchas cantidades. Ver el plato lleno le desanimará. Es mejor poner menos cantidad y que coma un poco, a que no pruebe nada.

- Si ya es un poco mayor, llévalo a comprar contigo y deja que elija él los tomates o las zanahorias que cogéis. Así, se sentirá parte del proceso y tendrá ganas de probar esos alimentos que él mismo ha elegido.

- Y, de vuelta en casa, déjale que te ayude a cocinar. A los niños les encanta sentirse parte de las tareas, así que puede ayudarte con tareas sencillas adaptadas a su edad como lavar algo, batir los huevos, colocar las aceitunas en la ensalada…

- Déjale jugar con la comida, llevársela a la boca con las manos, investigar sus formas con los deditos, explorar con el olfato, tomarse su tiempo… Todo ello potencia su interés del niño por los alimentos.

- Instaura una rutina para la comida, se aconseja comer siempre a la misma hora y en el mismo lugar. Los niños deben ver que el momento de la comida es importante y hay que respetarlo.

- Nunca te des por vencido ante el primer “no”, ya que puede ser circunstancial (quizá ese día estaba cansado o enfadado). Además, los niños necesitan un tiempo para que sus papilas gustativas se acostumbren a los nuevos sabores.

Y, sobre, todo, mucha paciencia. Gritar o regañar al niño solo conseguirá que se niegue aún más a comer.