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Síntomas de preeclampsia en el embarazo

Síntomas de preeclampsia en el embarazo

La preeclampsia en una complicación grave del embarazo, que está relacionada con una anomalía de la placenta. Sucede casi desde el principio de la gestación y requiere, a falta de tratamiento, de vigilancia médica continua, en especial al final del embarazo. 

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¿Qué es la preeclampsia?

La preeclampsia, también llamada toxemia en medicina, es una complicación del embarazo caracterizada por presión arterial alta y signos de daños en otro sistema de órganos, más frecuentemente el hígado y los riñones.

Suele desarrollarse a partir de la semana 20 de embarazo y afecta al 15% de las mujeres gestantes.

Las causas de la aparición de esta enfermedad se desconocen, aunque se cree que es una combinación de factores genéticos, alimenticios, vasculares (vasos sanguíneos) y autoinmunes.

Consecuencias de la preeclampsia

Esta afección, conocida también por toxemia gravídica, tiene unas consecuencias nefastas para la mujer y/o el feto ya que el aumento de la tensión impide que la placenta reciba suficiente sangre, por lo que al bebé le llegará menos oxígeno y nutrientes, provocando bajo peso al nacer y déficit en el desarrollo.

Además, algunos casos desarrollarán eclampsia (convulsiones causadas por la toxemia), dolencia muy grave tanto para la salud de la madre como para el bebé.

La preeclampsia aumenta el riesgo de tener desprendimiento de la placenta, un trastorno que consiste en la separación de la placenta de la pared interior del útero antes del parto.

También se puede desarrollar Síndrome de Hellp, complicación muy grave de una preeclampsia con hemólisis, alteración de enzimas hepática y trombocitopenia. La degradación de los glóbulos rojos puede causar anemia y pueden suscitarse problemas de coagulación.

Por último, la preeclampsia puede dañar los riñones, el hígado, los pulmones, el corazón o los ojos, y puede causar un accidente cerebrovascular u otra lesión cerebral.

Aunque con control médico, en la actualidad, es raro que sus efectos comprometan la salud o la vida de madre o hijo.

Afortunadamente también es una de las pocas afecciones en las que la gestante puede detectar por sí misma los síntomas y controlar el trastorno de forma precoz.

 

Síntomas de la preeclampsia

Los síntomas suelen aparecer con mayor frecuencia a partir del 7º mes de embarazo. Aunque en algunos casos la preeclampsia puede manifestarse desde la semana 20 o en los últimos días de gestación.

Entre las señales más características se encuentran:

- Presencia de albúmina (o proteinuria) en la orina. En las revisiones rutinarias te someterán a diversos análisis de orina con los que detectarán si hay albúmina o no. También puedes hacerte tú misma un examen casero con tiras reactivas que cambian de color en presencia de esta proteína. Si el resultado es positivo no dudes en acudir de inmediato al médico.

- Edemas. Aunque la hinchazón de algunas partes del cuerpo es un síntoma normal y benigno del embarazo, también puede ser un signo de toxemia gravídica. Especialmente si se te hinchan los tobillos, las muñecas, los dedos e incluso la cara, de manera repentina y rápida o se acompañan de un aumento exagerado de peso.

- Hipertensión. Una subida anormal de la presión arterial también debe alertarte. Se considera anormal una cifra igual o superior a 14/9.

- Dolores de cabeza. Las cefaleas persistentes pueden indicar una subida de tensión y de preeclampsia.

- Aumento de peso súbito en 1 o 2 días. No es el aumento de peso normal y gradual, sino engordar varios kilos en tan solo 48 horas.

- Mareos y zumbidos en los oídos.

- Cambios en la visión (visión borrosa, ceguera repentina). Los cambios en la visión son uno de los signos más llamativos de la preeclampsia.

- Dolor en la parte superior del abdomen, por lo general, debajo de las costillas y en el lado derecho que puede ir acompañado de náuseas o vómitos.
 

Factores de riesgo de la preeclampsia

- Primer embarazo

- Mujeres con edad superior a 40 años

- Embarazo gemelar

- Mujeres diabéticas

- Mujeres con hipertensión previa al embarazo

- Mujeres afroamericanas

- Padecer obesidad

- Tener bebés con menos de dos años o más de 10 años de diferencia

- Haber concebido al bebé mediante fecundación in vitro
 

¿Qué hacer si tengo preeclampsia?

Para confirmar la preeclampsia, se puede hacer un análisis de sangre, de orina, una ecografía fetal y una prueba en reposo para comprobar cómo reacciona la frecuencia cardíaca del bebé cuando este se mueve.

El único tratamiento actual es el parto, por lo que, si el embarazo está ya en la semana 36, se provocará el parto para causar más daños a la madre o al bebé. Alargar los embarazos después de la semana 36, sobre todo si el feto tiene posibilidades de supervivencia, puede producir complicaciones para la madre, así como la muerte del bebé en un 87% de los casos.

Si el bebé es demasiado pequeño y sus posibilidades de sobrevivir son escasas, se recomienda reposo en cama, control exhaustivo e inducir el parto tan pronto como el bebé esté preparado para vivir fuera del útero, lo que se puede ayudar con inyecciones de corticoides para madurar los pulmones del feto.

Durante la inducción del trabajo de parto y el parto propiamente dicho, se suministran medicamentos para prevenir las convulsiones y mantener la presión sanguínea bien controlada. La decisión de optar por parto vaginal o cesárea se basa en la tolerancia que pueda tener el feto al trabajo de parto.

Aunque existen medicamentos para controlar la tensión, no suelen usarse en la gestación, ya que pueden ser peligrosos para el feto. Tampoco se recomienda eliminar la sal por completo de la dieta de la mujer, ya que el cuerpo necesita la sal para mantener el fluido de los líquidos en su cuerpo, así que es necesario que ingiera una cantidad de sal normal.

Si la preeclampsia es grave, el médico puede recetarte un medicamento anticonvulsivo, como el sulfato de magnesio, para evitar una primera convulsión.

Y si la mujer desarrolla eclampsia, edema pulmonar o una presión sanguínea diastólica superior a 100 milímetros de mercurio de forma sistemática por un período de 24 horas; o si el feto no crece o sufre pérdida de bienestar fetal, se tiene que provocar el parto sea la semana que sea.


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La subida de peso en el embarazo debe controlarse mensualmente para no adquirir más kilos de los debidos y así evitar la aparición de problemas de salud tanto para la madre como para el bebé.

Fuente:

American College of Obstetricians and Gynecologists; Task Force on Hypertension in Pregnancy. Hypertension in pregnancy. Report of the American College of Obstetricians and Gynecologists' Task Force on Hypertension in Pregnancy. Obstet Gynecol. 2013;122(5):1122-31. PMID: 24150027 www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/24150027.

Fecha de actualización: 18-09-2020

Redacción: Irene García

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