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¿Es normal que duelan las articulaciones después del parto?

¿Es normal que duelan las articulaciones después del parto?

El parto humano, que también se conoce con el nombre de alumbramiento, es la culminación del embarazo hasta la salida del bebé del útero. Se considera que una mujer inicia el parto con la aparición de contracciones uterinas regulares que van aumentando en intensidad y frecuencia, y que van acompañadas, además, de cambios fisiológicos en el cuello uterino. Un proceso que puede ser largo y complejo, y que puede originar posteriormente algunos dolores.

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Dolores en las articulaciones después del parto

Las articulaciones son las estructuras anatómicas que permiten la unión entre dos huesos, o un hueso y un cartílago. Estas se estabilizan mediante ligamentos que unen los extremos óseos y tienen movilidad gracias a los músculos que se insertan en sus proximidades. Y sí, está claro que pueden doler después del parto porque dichos dolores en las articulaciones se deben principalmente a un esfuerzo simbólico de los músculos y las articulaciones, que suele ser un dolor bastante intenso e incluso la consecuencia de otra enfermedad, aunque no siempre tiene por qué ser así.

Las posturas durante la segunda fase del parto incluyen sentarse erguida y acuclillarse, aunque si una prefiere estar sentada en una cama, sentarse en un ángulo de 45 grados puede ayudar a respirar y a reducir el riesgo de una condición conocida como compresión aortocava, que podría afectar a la circulación de la sangre en el cuerpo y hasta el bebé. Arrodillarse o acuclillarse aumenta la abertura de la pelvis por lo que son muchas las mujeres las que adoptan de forma natural una apertura en cuclillas o a cuatro patas para dar a luz que es para muchas la postura más fácil y cómoda para alumbrar.

¿Y cuál es el dolor más habitual? El de las rodillas, pues seguramente durante el embarazo y debido al aumento de peso las articulaciones tus rodillas sufrieran muchas molestias. ¿Por qué? En los meses de gestación, el organismo se prepara para el momento del parto produciendo relaxina, que es la hormona que permite que el cartílago de la articulación púbica y la pelvis tenga mayor elasticidad favoreciendo el paso del feto y favoreciendo a su vez el alumbramiento. Es decir, permitiendo que tenga más elasticidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta, además, que la acción de esta hormona no es exclusivamente sobre los cartílagos de la pelvis, sino que además afecta a las demás articulaciones del organismo, especialmente las rodillas. La rodilla o articulación de la rodilla es la articulación más grande del cuerpo y a su vez una de las más complejas. Esta sirve de unión entre el muslo y la pierna, y soporta la mayor parte del cuerpo en posición de pie. Es por ello por lo que mayormente es la que más sufre.

Durante el posparto los músculos de la pelvis y el abdomen volverán poco a poco a su tono normal, aunque a veces dificultado por la sobredistensión y los desgarros musculares que se pueden producir durante el embarazo y el parto. Por ese motivo, se deberán realizar ejercicios de rehabilitación abdominales y pélvicos con el fin de prevenir posibles prolapsos y hernias. No obstante, tampoco es demasiado adecuado iniciarlos demasiado pronto.


El proceso de recuperación

Hay que tener en cuenta que, si al cuerpo de la mujer embarazada le costó ocho meses aproximadamente prepararse para dar a luz, también va a necesitar algunas semanas y meses para recuperarse. Además, si ha habido cesárea el proceso de recuperación será mucho más lento porque en los partos por cesárea el dolor alcanza su mayor intensidad durante los primeros días que siguen a la operación, aunque después vaya a ir disminuyendo de manera gradual.

Este proceso de recuperación se conoce mayormente con el nombre de cuarentena del posparto, que suele durar entre cuatro y ocho semanas aproximadamente (dependiendo de cada mujer) y que se caracteriza principalmente por el retorno a la normalidad de todos los cambios orgánicos y fisiológicos que se sucedieron en el embarazo y en el parto. Es fundamental en estos momentos cuidarse y seguir una dieta sana y equilibrada, especialmente si se le está ofreciendo el pecho al bebé porque este va a necesitar un aporte calórico correcto y con todos los nutrientes necesarios.

Durante esta fase es posible también que la mujer embarazada tenga pérdidas de sangre. Y en el caso de que, por ejemplo, haya tenido un parto vaginal habrá que asegurarse de que no se marea, y si se le ha practicado una episiotomía estar tranquila y lavarse con agua y jabón y secar bien la herida. No hay que tener miedo ya que en realidad la episiotomía se trata simplemente de un corte que se realiza en el perineo para ayudar al alumbramiento del bebé. Aunque recordemos, no obstante, que la episiotomía era un corte que hace treinta años se consideraba algo rutinario que evitaba peores desgarros para la futura mamá. Sin embargo, con el paso del tiempo se ha demostrado que en realidad no es así y por eso no se realiza si no es necesario.

Finalmente, y tal y como recomienzan los expertos, se necesitan como mínimo diez días guardando reposo moderado y no realizar actividades demasiado pesadas, especialmente si el parto ha sido por cesárea, vigilar la temperatura corporal, preferiblemente por la tarde y asegurándose siempre de que se está por debajo de 37,5º C, cuidar la alimentación que durante la cuarentena o puerperio ha de ser sana y equilibrada, muy variada y rica en proteínas, como carnes, pescados y leche, en frutas y verduras y, prescindiendo, por supuesto, de comidas picantes, especias, vinagres y grasas animales.

Podría ser necesario también el uso de una faja abdominal de compresión moderada y, en la medida de lo posible, realizar ejercicios suaves para que los tejidos vayan poco a poco volviendo a la normalidad. 


Fuentes: El puerperio o posparto https://institutomarques.com/obstetricia/embarazo-y-parto/posparto/

 

Fecha de actualización: 02-04-2021

Redacción: Ana Ruiz

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