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Estoy amamantando y tengo gases, ¿qué hacer?

Estoy amamantando y tengo gases, ¿qué hacer?

Actualmente hay muchas creencias erróneas en relación con la lactancia por lo que a veces las madres piensan que un problema que presentan, como los gases, puede ser generado por amamantar a sus hijos, pero realmente está relacionado con tu alimentación.

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Índice


¿Amamantar me provoca gases?

La lactancia es una etapa muy delicada que llega después del parto, por lo que tienes que seguir considerando ciertos cuidados durante este tiempo, además de estar atenta a cualquier tipo de molestia que se presente.

Debes saber que la lactancia es un proceso completamente natural que tu hijo necesita para vivir, ya que de esta depende que tenga un desarrollo pleno puesto que de tu leche obtiene los nutrientes exactos que su cuerpo necesita.

Cortar la lactancia debe ser una decisión médica tomada cuando realmente exista un problema que ponga en peligro tu salud o la del bebé, pero es algo que le toca evaluar con precisión al doctor.

Una vez que termina el embarazo tu cuerpo comienza a adaptarse para regresar a su forma anterior poco a poco, por lo que también tus hábitos se modifican de cierta forma, pero recuerda que debes seguir cuidando de tu salud y estar en un buen estado físico y mental.

Actualmente existen muchas creencias populares que se han descontrolado por internet acerca de la lactancia, ya que a veces se piensa que una molestia es generada por el acto de amamantar.

En caso de que experimentes alguna molestia durante esta etapa es necesario que evalúes con claridad su origen, ya que puede ser una etapa completamente nueva para ti y desconocer muchas situaciones.

Si durante la lactancia estás experimentado gases o inflamación es probable que la causa sea tu manera de comer, ya que tener gases por amamantar no tiene relación alguna, a menos que se trate de gases en el lactante.


¿Por qué tengo gases durante la lactancia?

Muchas veces las mamás queremos regresar a como era todo antes del embarazo, por lo que nuestros hábitos vuelven a cambiar al dar a luz, pero tienes que ser consciente de que debes seguir cuidándote.

Anteriormente mencionábamos que la manera en la que comes puede ser la causante de tus gases durante la lactancia, ya que es probable que después del embarazo hayas querido comer algo que no habías podido probar durante 9 meses y tu cuerpo no haya reaccionado adecuadamente.

Lo que te recomendamos es que mantengas el buen hábito alimenticio que tenías durante la gestación, aunque es probable que la cantidad y horas de comida sí regresen a la normalidad, ya que no hay nada apretando tu estómago.
 

Alimentos poco aconsejados

También es necesario que consideres que algunos alimentos no son recomendados durante la lactancia por el daño o molestia que le pueden causar al bebé:

- Alcohol: se ha demostrado que el alcohol es perjudicial para el desarrollo del cerebro de los bebés. El efecto del alcohol sobre el bebé amamantado dependerá de la cantidad de alcohol que bebe la madre y el tiempo que ha bebido. Se debe tener en cuenta que el alcohol pasa rápidamente a la leche materna, entre los 30 y los 60 minutos después de haber bebido.

El comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría aconseja no beber alcohol durante los primeros tres meses de lactancia. Una vez se haya pasado este tiempo, se puede beber en pequeñas cantidades y, a ser posible, alejado de las tomas para que el alcohol no llegue al bebé.

- Café: se ha demostrado que, cuando la madre consume cafeína (no solo café, refrescos, chocolate negro, té o algunos medicamentos), esta aparece rápidamente en la leche materna, especialmente a la hora u hora y media de ser ingerida.

En los bebés, la metabolización de la cafeína es más lenta que en los adultos, esto hace que, si la madre consume gran cantidad de cafeína (más de 5 tazas de café al día), esta puede ir acumulándose en el organismo del bebé y puede provocar síntomas como insomnio, nerviosismo e irritabilidad.

- Picantes: es uno de los condimentos que la madre debe eliminar por completo de su régimen alimenticio en el caso de que estuviera habituada a consumirlo. Los picantes interrumpen la función intestinal en cuanto al ritmo de las evacuaciones, algo que puede ocasionar síntomas muy molestos en el pequeño.

- Cebolla: algunos alimentos, como la cebolla, el ajo, la alcachofa, los cítricos o la coliflor, pueden alterar y cambiar el sabor de la leche. Esto no tiene por qué hacer que el bebé rechace el pecho y le puede preparar para cuando empiece con la alimentación complementaria.

Si tras tomar algún alimento notas que tu bebé rechaza el pecho, evítalo durante unos días y vuelve a probar más tarde. Seguramente haya sido algo puntual.

- Brócoli: puede llegar a cambiar el sabor de la leche, algo que no tiene por qué ser malo.

- Frituras: alimentos fritos en aceite compuesto y reciclado, comidas muy aderezadas o condimentadas. Esto puede sentar mal a la madre al tener una digestión muy pesada. Lo mejor es seguir comiendo sano.

Embutidos: en su mayoría de cerdo y de carnes con un alto porcentaje de contenido de grasas trans.

- Tabaco y otras drogas: el tabaco y las drogas puede ser la principal causa de futuras enfermedades o de daños irreversibles en el recién nacido. Evita consumir y rodearte de gente consumidora.

Los alimentos pesados pueden ser causantes de que el bebé sufra de cólicos, tenga gases o hasta perciba que la leche tiene un sabor feo, además de provocar nerviosismo, irritabilidad o insomnio. Aunque no siempre pasa, algunos bebés sí reaccionan así ante estos alimentos, por lo que deberás dejar de consumirlos si es el caso de tu hijo.

Es buena idea que visites a tu médico para que te indique qué es bueno para los gases durante el embarazo, ya que si te automedicas puedes tomar algo que le haga daño al bebé, así que debes informarle a tu doctor que estás en lactancia.


Fuente: Guía de lactancia materna, Asociación Española de Pediatría. http://www.aeped.es/sites/default/files/7-guia_baleares_esp.pdf

Fecha de actualización: 17-12-2020

Redacción: Genaro Aguilar

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